La nueva seguridad

Este 2013 es un enorme reto para el gobierno de EPN en materia de seguridad.

Juan Gabriel Valencia
Columnas
Ejército Mexicano
Foto: Internet

Entre otros rasgos distintivos del primer mes de Enrique Peña Nieto, se encuentra el tema de la reorganización de todo el aparato de seguridad pública del Estado mexicano, un escabroso tema de coincidencias y diferenciaciones con el pasado inmediato.

En su última semana de trabajo, el Congreso de la Unión aprobó la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública, por la que desaparece la Secretaría de Seguridad Pública Federal y sus funciones son absorbidas por la Secretaría de Gobernación.


A esa decisión habrá de seguir un nuevo reglamento interior de la Secretaría de Gobernación, para saber realmente cuál va a ser la nueva distribución de funciones dentro de la dependencia responsable de la política interior.

A ello agréguese que también se creará la Gendarmería Nacional en esa secretaría (no se confunda con la absorción de la Policía Federal, que será una corporación distinta con atribuciones acotadas, sobre todo en el campo de la lucha en contra del crimen organizado).

Añádase la función de coordinación interinstitucional de la Secretaría de Gobernación con las otras secretarías, prácticamente en todas las materias.

Es un diseño de gran complejidad en el que se enmarca el manejo de la seguridad, de la indispensable reducción de la violencia y del cambio de percepciones públicas hacia un gobierno cuyo principal objetivo en la materia es la convivencia pacífica y la disminución del riesgo personal y colectivo.

Todavía no está claro cuál será la división del trabajo y del territorio entre la Policía Federal ya existente y la nueva Gendarmería Nacional.

Tampoco se ha precisado quiénes habrán de integrar a la nueva corporación de Gendarmería. Puede ser que las autoridades ya lo tengan claro, pero no aporten detalles que prevendrían a la delincuencia sobre sus tareas a realizar y su futuro desempeño. Puede ser que el arreglo administrativo-presupuestal esté todavía en proceso de decisión, a fin de concretar los mecanismos de reclutamiento, los perfiles, los obstáculos en materia de sueldos y prestaciones que habrá que salvar.

Combinación

En materia de medios, durante el mes de diciembre se ha relegado el tema de la violencia. Esto se explica, en parte, por la variada e importante agenda que impuso el jefe del Ejecutivo federal. Y en parte, también, porque el presidente Enrique Peña Nieto ha diversificado el discurso presidencial sin incurrir en la retórica bélica y monotemática.

Sin embargo, y a pesar de que el mes de diciembre no ha sido un mes particularmente sangriento, las ejecuciones y los muertos inocentes o culpables no es algo que refleje una tendencia o un cambio de actitud en la criminalidad. Sigue habiendo enfrentamientos con el Ejército y entre bandas rivales, así como víctimas colaterales de Los Zetas y los Caballeros Templarios.

La reorganización, que no puede ser de un día para otro, de los cuerpos de seguridad pública, puede dar pie a un repunte, aunque sea temporal, de la violencia.

Son seis meses críticos para el establecimiento de una nueva estrategia que pruebe eficacia junto con prevención y contención del crimen y que refleje que, efectivamente, el nuevo arreglo administrativo significa una mejor combinación en el ejercicio del monopolio de la fuerza por parte del Estado mexicano, de manera que la percepción pública se transforme y sea ya no de pesimismo y horror, sino de esperanza en una sociedad ordenada.

¡Muy feliz 2013!