Empleadas domésticas, invisibles para la sociedad

Hay 2.2 millones de empleadas domésticas en México.

David Moreno
Política
Existen 16,386 mujeres que realizan las tareas de limpieza y cuidado de un hogar que no es suyo sin recibir remuneración económica
Foto: Creative Commons

Guillermina Aguilar es una empleada doméstica de 55 años, baja estatura, cabello corto y mirada cansada, pero afable. Tenía 5 meses trabajando en la última casa antes de que la despidieran por enfermarse en un país que se supone se comprometió a proteger a este tipo de trabajadoras.

“Lo que pasa es que me dio gripa, entonces me dijo la señora que me fuera yo a descansar porque a ella la iban a operar y no quería alguna infección, entonces le dije que sí, y me salí", narró.

El sábado 13 de julio, la señora de la casa la contactó, le dijo que la necesitaba el domingo, pero Guillermina seguía enferma. Aún así estaba dispuesta a trabajar, si para la señora no representaba una molestia recibirla así.

No obstante a su patrona no le gustó que Guillermina siguiera enferma, por lo que la despidió el domingo sin pagarle los días que había trabajado y sin ninguna especie de compensación. La hizo firmar una carta de renuncia y le recomendó que no protestara. Sólo accedió a darle una carta de recomendación para que pudiera conseguir trabajo en otro lugar.

Guillermina tomó sus cosas y se marchó. Siguió la recomendación de sus ex empleadores, no protestó. “Así claro me acentuó el señor que con cordialidad aceptara mi renuncia voluntaria porque pues como es gente pudiente no puede uno hacer nada, y yo lo entiendo”.

Como ella hay 2.2 millones de empleadas domésticas en México, de las cuales el 76% no cuenta con ninguna prestación, el 44% no tiene acceso a los servicios públicos de salud y el 65% recibe dos salarios mínimos o menos.

El 20% de las mujeres que realizan las tareas de limpieza y cuidado de un hogar que no es suyo sin recibir remuneración económica alguna por sus servicios, de acuerdo a datos del INEGI. Pese a esto, México no ha ratificado el Convenio 189 que firmó en junio de 2011 con la Organización Internacional del Trabajo, cuyo fin es proteger los derechos laborales de las trabajadoras domésticas.

En los 22 años que tiene como empleada doméstica, Guillermina nunca ha recibido vacaciones ni aguinaldo, mucho menos seguro médico.

Gracias a un segundo trabajo en una empresa de limpieza contaba con estas prestaciones, pero tenía que trabajar el doble: como doméstica en una casa por la mañana y como personal de limpieza para la compañía por la tarde, o al revés, según lo necesitaran sus jefes.

En esta ocasión no tenía seguro, y tampoco la apoyaron para comprar medicamentos, mejorarse y volver a trabajar.

Además de la falta de prestaciones y garantías muchas empleadas domésticas padecen malos tratos y la violación a sus derechos humanos. Guillermina en una ocasión pasó dos días sin comer en una de las casas donde trabajó.

“Y así lo tratan a uno, hay veces que está uno a la hora lo que diga el señor, no sabe si usted si caminar, no caminar, porque hasta el ruido les molesta. Y yo por mi edad ya no me es fácil conseguir trabajo”.

De tener prestaciones por sus 22 años de trabajo, Guillermina ya tendría antigüedad o puntos en Infonavit para comprar una casa, pero sobre todo la seguridad de una próxima jubilación.

En lugar de eso tiene incertidumbre, la carencia de una fuente de ingresos fija y una deuda económica muy grande por una situación de extorsión que le da miedo detallar ante la cámara.

“A mí me extorsionaron. Sufrí otras cosas que no puedo mencionar y pagué mucho dinero, por eso sigo trabajando. Me endrogué mucho con una empresa que presta dinero. Yo casi gano 1,500 y yo pago 1,300 a la semana. A parte interés”.

Convenio no ratificado

Hace más de dos años, México y otros 182 países firmaron el Convenio 189 con la Organización Internacional del Trabajo, que establece los derechos básicos de las y los trabajadores domésticos, y exige a los gobiernos tomar medidas para asegurar que tengan un trabajo digno.

En resumidas cuentas, el convenio obliga a los países firmantes a procurar que las trabajadoras domésticas tengan beneficios y prestaciones al igual que todos los demás trabajadores, como el respeto a horas de trabajo y pago de horas extra, descanso diario y semanal, así como vacaciones pagadas al año y protección y seguridad social.

A la fecha, el convenio ha sido ratificado sólo por 8 países: Bolivia, Italia, Mauricio, Nicaragua, Paraguay, Filipinas, Sudáfrica y Uruguay.

Guillermina lamenta no poder actuar cuando le quitan el trabajo de manera injusta, aunque considera que aún con leyes que protejan su trabajo la corrupción siempre impera.

“Que sea cierto, porque pues, vuelvo a repetir, como la gente es pudiente, pues compran hasta a las autoridades. En ese caso está igual, o peor, porque haga de cuenta que yo hago un problema, yo perjudico a la agencia, perjudico a los señores que me dan trabajo, y yo también los entiendo, porque yo no puedo venir y decirle, échele pleito señora, o usted joven, porque ellos también dependen de estas personas”.

La Ley Federal del Trabajo en México fue reformada en septiembre de 2012, y se incluyeron algunas consideraciones para el trabajo doméstico, sin embargo sólo establece horas de descanso mínimas para las trabajadoras, indemnización en caso de despido y la obligación del patrón de otorgar alimentación y habitación cómoda y limpia, además de pagar los servicios médicos de sus empleadas en caso de enfermedad crónica, pero sólo hasta por tres meses. Prestaciones como seguridad social, aguinaldo y vacaciones no son mencionadas.

Miguel Ángel Castañeda Silve, gerente general de Security and Clean, comenta que en su agencia comienzan a trabajar bajo un sistema de “outsourcing”, donde la empresa brinda a las empleadas prestaciones, aunque admite que por lo general cuando trabajan por su cuenta en los hogares no corren con la misma suerte.

“Muchas veces se les contrata, o están trabajando más de 10 años en casas y al final de todo este lapso laboral pues simplemente se les da las gracias o se les da una carta de recomendación y eso es todo, y la verdad es que todo lo que pudieron haber logrado en estos años, para estar cotizando para alguna casa, para su retiro, sin embargo no lo pueden hacer”.

En México hay miles de Guillerminas que trabajan sin los beneficios y derechos que la ley ofrece a los demás trabajadores, como si su trabajo fuera menos o no contara, aunque las trabajadoras domésticas representen el 3.7% de la fuerza laboral en el país.

Mientras tanto el convenio que México firmó con la Organización Internacional del Trabajo continúa en el Senado, donde aún no ha sido ratificado, mientras que Uruguay, Brasil, Costa Rica y Perú ya cuentan con una legislación que otorga a las trabajadoras domésticas los mismos derechos laborales que a los demás, y Argentina, Brasil y Paraguay han ampliado su cobertura de salud y seguridad.

Guillermina llora, quizá por la impotencia que siente cuando la despiden injustificadamente, por no poder actuar al respecto, porque no tiene trabajo para seguir pagando su deuda sin que se acumulen intereses o porque recordó que tiene que pensar en cómo dar de comer a su familia con poco dinero, pues su esposo también está desempleado.

- Yo pago 1,300 pesos a la semana, me quedan 200 nomás para mí. ¿Otra cosa que quiera saber?

Esta historia fue originalmente publicada en Vértigo el 30 de marzo de 2013, se actualizaron los datos para su republcación.