La plata y el oro

Te doy este curioso dato que a lo mejor te resulta increíble: si de pronto todo el oro sobre el planeta desapareciera, no pasaría nada.

Guillermo Fárber
Columnas
La plata será el primer elemento de la tabla periódica en extinguirse
Foto: Creative Commons

Te doy este curioso dato que a lo mejor te resulta increíble: si de pronto todo el oro sobre el planeta desapareciera, no pasaría nada. Bueno, nada fuera de provocar unos cuantos suicidios entre los megahiperricos que saben que los papelitos pronto no valdrán nada y previsoramente atesoran lingotes y monedas. En cambio, si de pronto desapareciera la plata la civilización entera se colapsaría de inmediato, por su absoluta necesidad industrial.

¿Cómo es eso posible? Lo que pasa es que, aun cuando tanto el oro como la plata han sido por milenios (hasta que Su Majestad Keynes los declaró “reliquias bárbaras”) considerados metales “preciosos”, es decir, monetarios, de orfebrería o atesorables, sus usos industriales son muy diferentes.


El oro tiene muy escasos usos industriales, que son fácilmente sustituibles; se recicla casi todo y además esos usos industriales no son vitales para la existencia de la humanidad actual. La plata, en cambio, es esencial en más de diez mil procesos fundamentales para nuestra vida cotidiana (en las industrias eléctrica y electrónica, médica, fotográfica, química, etcétera) y no se recicla, porque no es rentable a los precios actuales. Se va, pues, para siempre.

“La plata es un metal muy dúctil y maleable, algo más duro que el oro. La plata presenta un brillo blanco metálico susceptible al pulimento. Tiene la más alta conductividad eléctrica y conductividad térmica de todos los metales”.

Extinción a la vista

Otro dato, también sorprendente: una asociación de geólogos gringos dictaminó que la plata será el primer elemento de la tabla periódica en extinguirse. Esa fue la palabra que usaron: extinción. Como la de miles de especies biológicas, pues.

Hoy se producen 25 mil toneladas anuales, y el mayor productor es México. Y aunque su producción ha venido creciendo ligeramente en los últimos años, las existencias de plata (above ground) han ido en acelerado descenso en el mismo lapso, porque desde hace 13 hay un déficit cada vez mayor entre oferta y demanda, hoy de al menos 100 millones de onzas.
De 300 mil toneladas de reservas mundiales en 1950, hoy quedan solo como la décima parte (nadie lo sabe con exactitud). Las “reservas probadas” de plata (underground) se calculan suficientes para satisfacer tan solo la demanda de los próximos diez años. En cuanto al otro factor de precio, la relación entre oro y plata (gold-silver ratio; cuántas onzas de plata hay que dar para conseguir una onza de oro) ha ido de un mínimo de 15 en 1981, a un máximo de 100 en 1991, a 65 hoy. Hubo algunos momentos en la historia que esta ratio llegó a ser de uno a uno.
Estos parámetros escuetos sugieren la enormidad de la manipulación de precios de la plata hoy, y su increíble potencial explosivo. Existencias declinantes, reservas en vías de extinción, severa, irremediable y creciente sobredemanda (con la tecnología actual). ¿Es preciso decir más?
Haz tus cuentas y vete de espaldas.