Por una nutrición adecuada desde los primeros meses de vida

La transición desde la lactancia materna exclusiva hasta el consumo de los alimentos de la familia es un periodo delicado.

Lorena Ríos
Todo menos politica
La transición desde la lactancia materna exclusiva hasta el consumo de los alimentos de la familia es un periodo delicado
Foto: Creative Commons

Desde el vientre materno el producto desarrolla en el cerebro el gusto por los azúcares y carbohidratos cuando la mujer embarazada abusa en el consumo de estos alimentos, en especial cuando no son de origen natural. Esta necesidad de consumir golosinas o harinas en los niños se acentúa cuando no son alimentados con leche materna y a los seis meses, en la etapa en que necesitan alimentación complementaria, reciben primero las papillas dulces y después las elaboradas con verduras, cuando lo recomendable es al revés, señalan especialistas en nutrición infantil.

En México, lamentablemente, recibe alimento materno solo 14.4% de los 2.5 millones de recién nacidos que se registran al año, además de que las madres primerizas no están informadas de los productos adecuados para alimentar a sus hijos a los seis meses de vida, ni de las porciones, por lo que se abusa en el consumo y repercute en bebés obesos.

“Una adecuada alimentación desde los primeros meses de vida permite un adecuado desarrollo físico, mental y emocional de los bebés, condición que les permitirá aprender, jugar, convivir y crecer en armonía”, precisa la nutrióloga infantil Aída Sánchez.

Para que el crecimiento, el desarrollo y la salud sean óptimos, hay que alimentar a los lactantes exclusivamente con leche materna durante los seis primeros meses de vida. Es decir, no proporcionar al lactante ningún alimento ni bebida (ni siquiera agua) que no sea la leche materna. Se puede, no obstante, darle gotas o jarabes (vitaminas, minerales y medicamentos).

Menciona que existe una confusión en la forma de alimentar a los bebés de cero a seis meses, pues algunas madres al ver que el bebé continúa llorando piensan que no se llena con el alimento materno, por lo que empiezan a darle fórmula láctea.


“Lo ideal es que el pediatra observe al bebé, pues podría tratarse de otro factor que incomoda al infante y no necesariamente que tenga hambre. Y es que al combinarse ambos alimentos podrían presentarse cuadros de diarrea o estreñimiento”, advierte.

Algunas madres les dan infusiones o té a los bebés endulzados con azúcar, lo cual no se recomienda, pues el sistema digestivo del pequeño no está preparado para eso ni para cosas saladas: “El estómago no cuenta con las enzimas necesarias para aprovechar ciertos alimentos y los riñones aún están inmaduros”.

Brindar a los bebés una alimentación balanceada y controlada, con un horario definido, ayudará a prevenir de manera temprana la obesidad en la infancia. “En fecha reciente se realizaron estudios que revelan que los alimentos que consume la mujer gestante tiene mucha relación con los gustos por algunos alimentos que tienen los niños en sus primeros meses de vida, por lo que es bueno fomentar una adecuada nutrición desde la etapa gestacional”, destaca.


Seis a doce meses

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que a los seis meses (180 días) a los lactantes se les empiece a proporcionar alimentos complementarios.

“Lo recomendable es empezar por un vegetal diferente cada día, de tres a nueve cucharaditas, extra suave y de fácil digestión, además de leche materna: de dos a tres veces al día entre los seis y ocho meses, y tres veces al día más un refrigerio nutritivo de los nueve a los once”, menciona la pediatra Regina Ramírez Ranero, especialista en nutrición infantil.

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