Eslovaquia: un ejemplo a seguir

Con grandes fanfarrias y balandronadas, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció hace unos días su propuesta de “reforma hacendaria”.

José Luis Belmar
Columnas
Grandes reformas
Foto: Creative Commons

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció hace unos días su propuesta de reforma hacendaria. La propuesta incluye medidas que buscan incrementar los ingresos públicos en un total de 230 mil millones de pesos. Esa cantidad equivale —si Pitágoras no me falla— a 1.4% del Producto Interno Bruto estimado para 2014.

Para nosotros México es uno de los tantos países en el mundo que debiera imitar lo que hace Eslovaquia, nación que se ganó a pulso la reputación de ser un país enfocado a las reformas que hace hasta lo imposible para lograr un crecimiento económico y cambios institucionales.


A pesar de que las reformas radicales se supone ya son obsoletas, recientes acontecimientos políticos indican que el radicalismo, especialmente en el renglón de la política de impuestos, no es cadáver.

Liderazgo


En 2005, el Banco Mundial nominó a Eslovaquia como el país líder en reformas económicas. Su récord ha sido impresionante: de 2000 a 2010 la economía eslovaca creció al ritmo de 4.9% anual, pegándole duro a las economías de Bulgaria, Rumania y los Estados del Mar Báltico, Estonia, Letonia y Lituania, a pesar de haber empezado desde una base más alta.

En poco tiempo Eslovaquia ha hecho grandes progresos en las políticas fiscales y estructurales. El déficit presupuestario va en declive después de la implementación de un paquete de consolidaciones. Hubo una gran reforma al sistema de pensiones para incrementar la edad de retiro de acuerdo con el promedio de vida de los individuos. Un plan efectivo para combatir el fraude, reformas para el empleo y el crecimiento fueron lanzadas; pero aún falta mucho que hacer en el renglón de reformas a la administración pública, educación y servicios públicos de empleo.

Actualmente el impuesto individual es de 19% para ingresos que lleguen a 34 mil 200 euros (609 mil 200 pesos) y de 25% para ingresos que excedan de esta cantidad. El IVA es de 20%; en México sigue siendo 16% y 11% para la zona fronteriza.

La tasa de crecimiento real del PIB en Eslovaquia fue de 3.3% en 2011, mientras que en México fue de 3.8 por ciento.

Debido a que el año pasado Eslovaquia solo recaudó 80% de IVA, comparado con el plan de recaudaciones, para luchar contra la economía sumergida y la evasión fiscal el gobierno puso en marcha una lotería quincenal de facturas, en la que los ciudadanos podrán participar mediante la validación de sus recibos y facturas por importes superiores a un euro (17.78 pesos) y cuyos premios oscilarán entre los mil y los diez mil euros, con el fin de combatir el fraude fiscal, de acuerdo con lo que anunció el Ministerio de Finanzas. Los eslovacos podrán usar los recibos y facturas de sus compras como boletos.

Eslovaquia, un país chipilinguito dentro de la Unión Europea, es, sin lugar a dudas, un ejemplo a seguir.

¿Y México? Bien, gracias.