Después de las reformas

El periodo de las reformas ha terminado. Esto es por lo menos lo que sugirió el presidente Enrique Peña Nieto en su mensaje a la nación del 2 de septiembre.

Sergio Sarmiento
Columnas
Enrique Peña Nieto, presidente de México
Foto: Cortesía Presidencia

El periodo de las reformas ha terminado. Esto es por lo menos lo que sugirió el presidente Enrique Peña Nieto en su mensaje a la nación del 2 de septiembre. “De un país detenido —escribió en Twitter el 28 de agosto— a uno con once reformas audaces, reconocidas en el mundo”. Llega el momento de consolidar estas reformas y sobre todo aprovecharlas para impulsar un mayor crecimiento.

La economía todavía no está avanzando al paso que Peña Nieto prometió en su campaña. Aun si se cumpliera el objetivo de 2.7% en 2014 se tendría un crecimiento promedio de solo 1.9% en los dos primeros años de gobierno. El candidato priista prometió 6% al año al finalizar su sexenio.

Para lograr el crecimiento Peña Nieto está en espera de que las reformas generen nuevas inversiones. Las del sector energético podrían ser las más importantes, pero quizá pasen un par de años antes de que empecemos a verlas. La reforma de telecomunicaciones ha provocado en principio una reducción en la inversión, aunque se espera que una vez aclaradas las reglas aumente fuertemente la inversión en este campo.

En su mensaje del 2 de septiembre Peña Nieto anunció otros proyectos de inversión muy importantes, los cuales no dependen de las reformas. Uno de ellos es el muy esperado nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, un proyecto de largo plazo que ha sido diseñado por el arquitecto británico Norman Foster y el mexicano Fernando Romero, y que por lo pronto para 2020 permitiría tener dos pistas con operaciones simultáneas con una capacidad de 50 millones de pasajeros al año, bastante más que los 33 millones del actual aeropuerto. El proyecto se extiende hacia el futuro, hasta 2060, cuando se podrían tener seis pistas para manejar 120 millones de pasajeros al año.

Tiempos

A este proyecto se suman otros, incluyendo el tren Toluca-Ciudad de México y el tren de alta velocidad México-Querétaro. Además el presidente anunció en su mensaje a la nación cuatro nuevas líneas de Metro que conectarían puntos del Distrito Federal con el Estado de México y añadirían 20% a la actual red capitalina.

Son proyectos importantes dentro de un plan global de infraestructura de 7.7 billones de pesos. Si los proyectos se manejan bien, deberán ayudar a acelerar el ritmo de la economía.

Muchas de las consecuencias de las reformas solo podrán verse en el largo plazo. Está ahí la educativa, que en el fondo es quizá la más importante. Pasarán años, sin embargo, para que podamos ver los resultados en un sistema educativo con mejor desempeño.

El gran reto del presidente Peña Nieto es dar un mejor nivel de vida a la población en un tiempo relativamente corto. El presidente tiene un nivel de popularidad bajo, que no llega a 50% de aprobación, según Consulta Mitofsky. Esto hará más difícil que su partido aspire a un buen resultado en los comicios de 2015. El presidente tiene así mucha prisa, aun después de haber completado en menos de dos años un programa de once reformas que parecía imposible en un principio.