Regenerar órganos o extremidades del cuerpo será una realidad en el futuro

Se estudian los genes de las especies que tienen la capacidad de regeneración, abriendo camino para su aplicación en humanos.

Arturo Moncada
Todo menos politica
Se estudian los genes de las especies que tienen la capacidad de regeneración, abriendo camino para su aplicación en humanos
Foto: Especial

Actualmente la tecnología registra grandes avances en prótesis biónicas para sustituir miembros como brazos y piernas amputados o malformados.

Sin embargo para muchos el auténtico logro se alcanzará cuando estos brazos o piernas vuelvan a crecer o se desarrollen de nuevo de forma natural por el ser humano.

A pesar de que el tema parece surgir de una novela de ciencia ficción, no es ajeno a los investigadores y, toda proporción guardada, se han dado pequeños pasos sobre esa línea con la esperanza de que lesiones de médula espinal y enfermedades como la artritis puedan frenarse o evitarse por completo gracias a la regeneración de tejidos.

Y aunque esta capacidad no se encuentra dentro de las posibilidades del organismo humano podría ser factible, como demuestra una investigación realizada en algunos lagartos por científicos de la Universidad Estatal de Arizona (UEA), en Estados Unidos.

Investigación

De acuerdo con el profesor de la UEA Kenro Kusumi, autor principal de una investigación publicada en la revista Plos One, los lagartos utilizan la misma “caja de herramientas genéticas” que los humanos.

De hecho los lagartos son vertebrados amniotas como los humanos y entre los varios tipos de animales que pueden regenerar partes de su cuerpo ellos son los más parecidos a nuestra especie.

Kusumi señala que lograron descubrir que para regenerar su cola los lagartos activan por lo menos 326 genes diferentes, incluyendo los implicados en el desarrollo embrionario, los responsables en las respuestas hormonales y en la cicatrización de las heridas.

Los investigadores se centraron particularmente en el análisis de la regeneración de la cola de Anolis carolinensis, una especie de lagarto cuyo genoma apenas fue secuenciado en 2011.

“Si seguimos esta receta genética hallada en los lagartos y aprovechamos estos mismos genes en células humanas,en el futuro podría ser posible regenerar cartílagos, músculos e incluso la médula espinal”, agrega Kusumi.

Avances en México

En México la investigación sobre medicina regenerativa también se encuentra a la vanguardia. En el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) del Cinvestav se realiza un proyecto que permitiría que las personas que han perdido alguna de sus extremidades puedan recuperarla.

Para la investigación la pieza clave es el ambystoma mexicanum, mejor conocido como ajolote, debido a su gran capacidad de regenerar partes de su cuerpo y órganos como el corazón, la retina y el hígado.

Luis Alfredo Cruz Ramírez, investigador titular docente del Cinvestav y jefe del proyecto, señala que se empezó con el ajolote porque es la especie de vertebrado con la mayor capacidad de regeneración en el planetacomparado con cualquier otro vertebrado.

El ajolote, agrega, es capaz de regenerar todas sus extremidades, sus patas y su cola, si se les amputa o sufre una herida. Esta investigación se enfoca a obtener los transcriptomas del ajolote, es decir, su secuenciación genética del ácido ribonucleico. Ello permitirá obtener información básica y completa del genoma y trabajar con él.

Otro punto a destacar, señala el investigador, es la capacidad del ajolote para crear un nuevo órgano completo de manera ordenada sin que ocurra un desorden genético como los que dan origen al cáncer. Y es que en el caso de humanos o ratones hay un descontrol del ciclo celular que puede causar la formación de tumores y en muchos de los casos cancerosos.

Los primeros resultados experimentales de esta investigación a mediano plazo se verán en tres o cinco años. Y como afirma el investigador Cruz Ramírez: tomará decenios llegar a conclusiones específicas para que estos pequeños avances se puedan aplicar en la medicina regenerativa.