Nuevo Aeropuerto: Instalación estratégica

Me refiero al anuncio hecho por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el discurso con motivo del II Informe de Gobierno para, de forma protocolaria, comenzar la construcción de una obra de infraestructura que será crítica para la seguridad nacional de México e internacional.

Javier Oliva Posada
Columnas
Enrique Peña Nieto durante la presentación del nuevo aeropuerto
Foto: Especial

Me refiero al anuncio hecho por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el discurso con motivo del II Informe de Gobierno para, de forma protocolaria, comenzar la construcción de una obra de infraestructura que será crítica para la seguridad nacional de México e internacional.

He leído una cantidad considerable de estudios, análisis, opiniones, entrevistas e incluso he tenido la oportunidad de ver varios videos sobre el tema.

Sin embargo me ha llamado la atención que no haya habido ninguna, ni una sola, palabra sobre el tema de la seguridad nacional, regional e internacional que implicará tan importante obra.

Las conexiones de lo que será el tercer aeropuerto más importante del mundo de ninguna forma pueden ser interrumpidas por una manifestación o un bloqueo promovido por cualquier protesta. También por cuanto hace a los flujos migratorios y ante la escalada de nuevos y más violentos grupos terroristas las medidas de seguridad física a aplicar en las instalaciones del nuevo aeropuerto serán determinantes para mantener su adecuado y eficiente funcionamiento.

Por las características geopolíticas de México una obra como la anunciada servirá para la conexión comercial entre América del Norte, Centro y Sudamérica, Asia y Europa. Las dimensiones de los aviones que podrán aterrizar llevarán a que se cuadruplique la cantidad de pasajeros, que hoy llega a 35 millones al año.

Y es que vivimos una era donde las instalaciones críticas de infraestructura deben ser pensadas para seguir en plena actividad hasta por 60 o más años.

Recordemos por ejemplo la construcción de la presa Tres Gargantas en China, que dada la cantidad de hierro necesario llegó a desestabilizar el precio mundial de dicho metal. Además se tuvieron que desviar los cursos de dos ríos para generar la electricidad y distribución del agua requeridas.

Exigencia

Ahora nos encontramos ante lo que será una ciudad-aeropuerto, con zonas habitacionales en el entorno y una inmensa cadena de proveedores, lo que en pocos años será, sin duda, una nueva y extensa conurbación entre el DF y el Estado de México.

Pero volviendo al tema de las seguridades nacional e internacional, para México es un asunto prioritario, sobre todo por la referencia que será el aeropuerto para los negocios, acuerdos, intercambios y demás fórmulas financieras que se darán en las instalaciones y zonas aledañas a la nueva obra. En consecuencia el tema de las telecomunicaciones (por tanto de la ciberseguridad), así como la dinámica de la migración, se convertirán en unos de los aspectos fundamentales para el adecuado funcionamiento de las instalaciones en general.

No hay duda de que la visibilidad que alcanzará el aeropuerto ubicará a México como un destino y centro de conexión para todo tipo de intercambios (y tal vez algunos ilícitos). De allí que los protocolos y medidas de seguridad aplicadas deban ser muy precisas a la vez que ágiles, para no entorpecer las intensas dinámicas de ese tipo de lugares. Como ejemplos están los aeropuertos de Shanghai, Schiphol, Charles de Gaulle, Heathrow o John F. Kennedy, entre otros.

Conforme pase el tiempo y la construcción avance se verá la imperiosa necesidad de tratar la aplicación de las políticas para la seguridad nacional; el proceso y aplicación de las medidas de adaptación, fase específica para este tipo de casos, requerirá valoraciones que superen el corto plazo y vean por los intereses de la nación y del Estado. El nuevo aeropuerto así lo exige.