¿Qué es el fracking?

Es posible explotar hidrocarburos no convencionales provocando poco daño ambiental.

Martha Mejía
Bienestar
Es posible explotar hidrocarburos no convencionales provocando poco daño ambiental.
Foto: Getty

Es posible explotar hidrocarburos no convencionales provocando poco daño ambiental.

La fractura hidráulica, mejor conocida por su término anglosajón fracking, es una técnica de extracción de gas y petróleo de yacimientos no convencionales: estas formaciones geológicas se ubican a varios miles de metros de profundidad y para acceder a ellas se debe perforar o fracturar mediante la inyección de fluidos de capas de rocas profundas.


El agua administrada en el proceso contiene arena y aditivos químicos que ayudan a disolver el gas atrapado en la lutita. La arena penetra en las fracturas e impide que se cierren. De esta forma el gas puede fluir hasta la superficie con parte del líquido y el resto queda en el subsuelo.

Desde 2010 Estados Unidos promueve este método como un medio para alcanzar la autosuficiencia energética, que de acuerdo con proyecciones de la Administración de Información Energética (EIA) se puede dar en 20 años.

En Europa hay países como Francia y Bulgaria que están totalmente en contra del fracking mientras que otros, como Reino Unido y Polonia, están cambiando sus leyes para hacer más fácil la instalación de pozos de explotación de este gas.

De acuerdo con Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, si bien este método comenzó casi sin control y hubo problemas de contaminación, actualmente es posible explotar este gas produciendo muy poco daño ambiental.

“Hay decenas de miles de pozos en la Unión Americana y muchos pueden funcionar bien. Estudios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) nos dicen que si se invierte una cantidad moderada (de 7% del costo de extracción) en cuidar el aspecto medioambiental no surgen problemas significativos”, señala Mario Molina.

En México

Iván Guerrero, del Departamento de Ingeniería Petrolera de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, señala que tomando en cuenta la recién aprobada reforma energética se espera que los programas de exploración continúen con mayor intensidad que hace cuatro años, cuando comenzaron a realizarse los primeros proyectos de investigación.

Dice que después de cuantificar y clasificar las reservas de hidrocarburos y luego de llevar a cabo las evaluaciones técnico-económicas correspondientes, se procederá a realizar la explotación comercial de estos recursos petroleros.

El fracking ha desatado cierta oposición en el país, representada sobre todo por la Alianza Mexicana Contra elFracking, grupo que aglutina a diferentes organizaciones civiles y advierte sobre un presunto uso de grandes volúmenes de agua para este proceso, así como contaminación de diversos cuerpos de agua e incremento de la actividad sísmica.

Sin embargo el titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld Federman, dice al respecto que el agua que se utilizará para la extracción de gas natural en el país mediante fracking no competirá con la destinada para otros usos.

Para esta técnica, explica, se privilegiará el uso de agua de pozos profundos, reciclada y de mar, por lo que no se pone en riesgo la que es para uso humano.

Sismos y contaminación

De acuerdo con el estudio Repercusiones de la extracción de gas y petróleo en el medioambiente y la salud humana, realizado en 2011 por el Parlamento Europeo, el fracking puede causar movimientos telúricos pero no hay evidencia de que contamine el agua.

Víctor Manuel Cruz, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, indica que la inyección del fluido dentro de una fractura con presión acumulada ocasiona que la resistencia en el terreno se reduzca y se disparen rupturas. De ahí que esta técnica para explotar gas shale pueda eventualmente provocar un sismo.

Sin embargo, apunta, diversas publicaciones científicas internacionales muestran que esa misma posibilidad puede darse por el almacenamiento de aguas residuales en pozos profundos.