Un refugiado salvadoreño en la Ciudad de México

La delegación Azcapotzalco es una de las demarcaciones donde más migrantes en condición de huéspedes habitan en la ciudad. 

Isaac Caporal
Política
La delegación Azcapotzalco es una de las demarcaciones donde más migrantes en condición de huéspedes habitan en la ciudad.
Foto: NTX

Álvarez, como pide que lo llame, tiene 24 años, es salvadoreño, es un “huésped” de la Ciudad de México desde hace 2 semanas y quiere quedarse a vivir aquí.

Está en calidad de refugiado en el Distrito Federal.

A finales de diciembre de 2013, Álvarez revisaba el carro de un motor cuando un grupo de 5 pandilleros entró a su local, el líder de ellos le dijo que a partir de 2014 la cuota pasaría de 10 a 50 dólares mensuales.

“Si hubiera tenido ese pisto (dinero) lo hubiera pagado, pero fue un mal año, pasaron los meses y no pagaba, y cada mes que no pagaba los de la Mara se llevaban un motor o unas llantas o algo de algún carro, y yo me endeudaba para reponer lo que ellos me quitaban. Hasta que me harté, ingenuamente fui con la policía y ellos (los Maras) se vengaron”.

Álvarez comenta que la misma tarde que fue a la policía los de la Mara llegaron a su taller y lo golpearon.

“Les expliqué casi llorando que no tenía pisto, que eso a veces era lo que ganaba en un mes, que me dejaran en paz.”, recuerda Álvarez.

Cuando volvió a su casa, encontró a su esposa golpeada y... muerta. Cuando habla de ella, hace pausas largas, los ojos se le ponen rojos, se muerde los labios y cierra los puños.

Álvarez huyó de la Mara, de El Salvador, quería llegar a Estados Unidos pero lo que vio camino a México lo hizo cambiar de opinión.

Me tocó ver un vato que cayó de La Bestia, los pandilleros violando mujeres, secuestros. El viaje es un infierno, viajas a la intemperie, con sol, lluvia, frío, hambre, sed, sin dormir, si cierras los ojos un momento te caes o te tiran. Eso es una ruta sin ley ni piedad, yo creía en Dios, pero esta ruta me demostró que no hay Dios”.

Álvarez llegó a un refugio para migrantes en la delegación Iztapalapa, ahí unos activistas le ayudaron a obtener la credencial Huésped Migrante, que el gobierno de la Ciudad otorga a los refugiados que habitan en la capital del país.

Actualmente renta un pequeño cuarto en una azotea de un edificio en la delegación Azcapotzalco, al norte de la Ciudad, donde también busca trabajo de mecánico.

La delegación Azcapotzalco es una de las demarcaciones donde más migrantes en condición de huéspedes habitan en la ciudad.

Delegaciones donde viven los migrantes huésped.
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“Esta Ciudad es un caos, está muy contaminada y su clima está demente, pero la mayoría de su gente es amable un poco loca en el Metro, pero amable, siempre dispuesta a ayudar. Y tienen comida por todos lados y su cultura, todo es muy bonito acá. A mi esposa le hubiera gustado, ella siempre quiso conocer las pirámides”, comentó Álvarez.

Álvarez dice que nunca imaginó tener las oportunidades que le dan al ser huésped migrante en la Ciudad de México, por eso quiere aprovechar y seguir sus estudios que dejó inconclusos, sólo cursó la primaria.

Su intención es estudiar una carrera que tenga que ver con los autos, conseguir un mejor trabajo y regresar por su mamá a El Salvador.

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