Patrick Modiano: autor sobrio, elegante y conciso

Rebasó por la izquierda y alcanzó la cima: el nombre de Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1949) no figuraba entre los favoritos.

Hector González
Cotidianidad
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Rebasó por la izquierda y alcanzó la cima: el nombre de Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1949) no figuraba entre los favoritos a principios de semana, pero conforme se acercó la fecha del anuncio del Nobel de Literatura 2014 el francés subió escalones hasta alcanzar el más alto.

Habría que decir que Modiano es un autor poco conocido, aunque accesible en el mercado mexicano. Sus novelas llegan a nuestro país vía el sello catalán Anagrama. Quien ya lo conoce sabe que su campo de acción es París y sus obsesiones se relacionan con la vida cotidiana, la ausencia, casi siempre dentro del contexto de la Segunda Guerra Mundial, y la persecución judía del régimen nazi de Vichy.


La academia sueca argumentó su dictamen destacando “su arte de la memoria, con el que ha evocado los destinos humanos más difíciles de retratar y desvelado el mundo de la ocupación” nazi en Francia.

Su prosa bibliografía incluye los títulos Calle de las tiendas oscuras, Domingos de agosto, Viaje de novios, El rincón de los niños, Villa triste, En el café de la juventud perdida y Un pedigrí o Las desconocidas. Mención aparte merece La trilogía de la ocupación (El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación), tal vez su proyecto más ambicioso hasta la fecha, dada su investigación e inmersión en los periodos del dominio nazi en tierras francesas.

Autor sobrio, elegante y conciso, Modiano casi siempre parte de su infancia. En 2009 declaró al diario español El País: Hay una clase de atención especial que hace que las cosas te impresionen fuertemente cuando eres un niño. Además, ese periodo para mí es triste. Sé que hay niños felices, pero mi infancia fue triste. Además hay conversaciones que no entiendes bien y que te dan miedo. Cuando yo era niño me paseaba solo por París. Eso era impactante a esa edad porque normalmente a los niños no les dejan pasearse solos. Yo podía. Experimentaba al mismo tiempo miedo y curiosidad. Por eso la infancia: por esas primeras imágenes que te impresionan para siempre”.

El reconocimiento al escritor francés reitera la vocación del Nobel de Literatura por premiar a autores preocupados y ocupados en narrar, desde la trinchera de la cotidianidad, los acontecimientos que han marcado el desarrollo de la historia, cosa que reafirma también el perfil político del galardón más importante a la palabra escrita.