Ante la alerta mundial por la epidemia de ébola el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, John F. Kelly, advirtió que esta enfermedad amenaza con entrar a su país por la frontera sur con México, a través de una inmigración masiva ayudada por las redes de traficantes de personas que introducirían ilegalmente a los enfermos.
No es desconocido que en México existen redes de traficantes de migrantes provenientes de todo el mundo, incluyendo África, que llegan a Chiapas u otro estado mexicano con el objetivo de alcanzar posteriormente territorio estadunidense, pero la declaración sin sustento de Kelly causó revuelo e inquietud en ambos países.
El doctor Rodrigo Muñoz Soto, profesor-investigador de la Carrera de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, coincide en que se trató realmente de “una declaración aventurada, pero no podemos estar ajenos a que existe un flujo de inmigrantes importante que proviene de África, que no necesariamente llega por vía aérea sino que arriba por vía marítima”.
—¿Cómo se percibe hoy esta nueva epidemia?
—Hay un factor muy importante a tomar en cuenta: el origen de esta enfermedad. Proviene del continente africano, cuyos países durante décadas han tenido problemas económicos, de alimentación, etcétera, que sin duda acentúan la incidencia de la enfermedad. Si no fuera por la ayuda internacional, seguramente veríamos cosas más graves. En este sentido creo que en cuestiones medicas o de salud el virus o el brote se puede contener o aislar, siempre y cuando se tengan las medidas adecuadas en el manejo de pacientes.
Temores
En Estados Unidos se habla ahora de una supuesta urgencia de cerrar la frontera con México a la amenaza del ébola. Y no sólo en voz de John F. Nelly.
Scott Brown, ex legislador y ahora candidato al Senado por New Hampshire, demandó por ejemplo al gobierno de Barack Obama cerrar la frontera bilateral para evitar el posible ingreso del ébola.
Mientras, el secretario adjunto de Defensa Nuclear, Química y Biológica de la Secretaría de la Defensa, Andrew C. Weber, señaló que los países deben reportar información sobre brotes de enfermedades e indicó que “si México hubiera tenido un mejor sistema de biovigilancia en 2009 el AH1N1 no se habría extendido por todo el mundo ni convertido en una pandemia”.
—¿Qué opinión le merecen estos comentarios?
—Me parece que en primera instancia es exagerado hablar de un cierre de fronteras, porque de todas maneras las enfermedades, los virus, no conocen de estas y por más de que se les cierre el paso pueden entrar por alguna vía. Y no solamente hablo del ébola, hablo de todo tipo de enfermedades en seres humanos e incluso en animales. Es exagerado pensar que un cierre de fronteras puede contener una enfermedad. Por otro lado, durante aquel brote de influenza en 2009 muchos países no estábamos preparados para el surgimiento de esta enfermedad. No obstante, a final de cuentas se actuó bien y en forma. A raíz de aquella crisis los niveles de vigilancia epidemiológica se han incrementado y se han vuelto más eficaces. En este sentido, opino que hay que aprender más que condenar.