Danzas típicas y bailes regionales

Cada entidad federativa posee sus propias celebraciones y los habitantes expresan sus sentimientos a través de diferentes géneros musicales y bailes.

Yolanda Trejo
Todo menos politica
El jarabe tapatío se considera el baile nacional de México
Foto: Lisa Andres / Creative Commons

La riqueza cultural de México se manifiesta entre otras cosas por la variedad de rituales y fiestas populares que se llevan a cabo en diferentes regiones geográficas. Cada entidad federativa posee sus propias celebraciones y los habitantes expresan sus sentimientos a través de diferentes géneros musicales y bailes. Algunas danzas tienen un origen prehispánico, otras incorporaron elementos europeos durante el periodo colonial.

Hay danzas características de los pueblos originarios. En el estado de Sonora, los yaquis ejecutan la Danza del venado con la intervención de tres personajes que simulan una cacería ritual. Se utilizan instrumentos musicales autóctonos de factura rústica.

En otras entidades federativas tiene gran arraigo la Danza de moros y cristianos, que representa la batalla que libraron ambos grupos y la imposición de una nueva religión: el cristianismo.

Otras danzas típicas son ejecutadas por concheros (en diferentes santuarios de México) y por quetzales (en la sierra norte de Puebla).

Las danzas folclóricas y los bailes regionales se acompañan de música. La indumentaria presenta atractivos colores y variados diseños.

Los barrios tradicionales, zonas rurales y comunidades originarias llevan a cabo en diferentes fechas las fiestas patronales. Se trata de festejos en honor del santo protector que en muchos casos da nombre a la parroquia principal e incluso al pueblo o ciudad. Entre sus elementos están presentes música, danzas típicas, comida y juegos pirotécnicos. Destaca la de Tecozautla, Hidalgo, en honor de Santiago Apóstol (25 de julio).

En diferentes partes del país tienen lugar el 4 de octubre los festejos en honor de San Francisco de Asís. Los gastos corren por cuenta de los lugareños: el dinero se recauda por medio de cuotas que administra el mayordomo en turno.

El jarabe tapatío se considera el baile nacional de México, su origen se remonta al siglo XIX en el estado de Jalisco. Los intérpretes ejecutan un baile conocido como “zapateado” y siguen el ritmo que interpreta el mariachi. Entre las piezas más conocidas están el Son de la Negra y el Jarabe tapatío. La imagen que ha caracterizado a México más allá de sus fronteras es la del charro mexicano y la china poblana.

Algunos festejos incluyen espectáculos artístico-musicales, eventos culturales, instalación de juegos mecánicos y concursos de diversa índole. En algunos casos las celebraciones tienen como objetivo el aniversario de la fundación de la ciudad o bien la devoción a alguna imagen mariana, como en Guadalajara y Zapopan (Jalisco) respectivamente.

En las fiestas de carácter cívico se exalta la obra de hombres y mujeres que destacaron en sucesos de la historia nacional. Incluyen discursos, desfiles, bailables y/o representaciones teatrales.

En cuanto a las fiestas de carnaval (de fecha movible, antes de la Cuaresma), sobresalen las que se organizan en Veracruz, Morelos, Tlaxcala y el Estado de México, entre otros.

Para conservar

Las fiestas de carnaval se llevan a cabo entre marzo y abril. Permiten dar rienda suelta a las manifestaciones de júbilo e incluyen diferentes bailables.

En Tepoztlán, Morelos, destacan las danzas de chinelos. Su traje consiste en una túnica negra y un bonete bordado con cuentas de chaquira, lentejuela o decorado con vivos colores. El complemento es una máscara con barba puntiaguda. Los ejecutantes (varones) se mueven en grupo y bailan “el brinco”. Forman comparsas dependiendo del barrio al que pertenezcan. Jóvenes, adultos y niños disfrutan la celebración anual y comparten sus risas y alegría con vecinos y visitantes. Fuera de la temporada del carnaval, la danza de los chinelos se aprecia en el Centro Histórico de Xochimilco con motivo de la procesión del Niñopan (Niño Dios del pueblo) que se realiza los fines de semana desde la casa del mayordomo en turno hasta la Parroquia de San Bernardino.

Han ganado fama los festejos anuales del carnaval que se realizan en el puerto de Veracruz, donde el atractivo principal es el desfile de carros alegóricos.

Por su parte, el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, organiza un festejo singular donde participan jóvenes (hombres y mujeres) que al compás de la música ejecutan diferentes pasos dobles y portan vistosos trajes de charro bordados con hilos de oro.

Mención especial merece el carnaval de Tlaxcala, donde se interpretan numerosos bailables con atractivos atuendos, desde los que tienen elementos propios hasta los que imitan modas extranjeras.

Respecto de danzas a cargo de grupos originarios está la de los Voladores que se realiza en Papantla, Veracruz, y en la sierra norte de Puebla. Se trata de un ritual a cargo de cinco hombres cuya finalidad es pedir a los dioses condiciones propicias para la agricultura. Se requiere de la instalación de un gran mástil y la colocación de un cuadrete en la parte alta para permitir que uno de los ejecutantes dirija la danza en tanto los cuatro restantes se lanzan al vuelo amarrados por una cuerda. El ritual requiere de mucha precisión, ya que los danzantes deben dar un número determinado de vueltas (relacionado con el ciclo calendárico) antes de tocar el suelo. Se ha convertido en un gran atractivo turístico que se presenta en diferentes espacios y eventos culturales, en varios estados de la República e incluso en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec (Ciudad de México).

Para disfrutar

Otro baile típico es el huapango, que se ejecuta en Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz. Requiere de un tablado o tarima de madera y del acompañamiento de músicos que toquen diferentes instrumentos de cuerda. La indumentaria del hombre consiste en pantalón blanco, guayabera y sombrero de palma, en tanto las mujeres visten ropa blanca y holgada.

La Danza de los viejitos y la de los Parachicos se ejecutan, respectivamente, en Michoacán y en Chiapas. La primera consiste en un baile interpretado por hombres con disfraces de viejos: portan jorongo, sombrero y un bastón que les permite marcar el ritmo musical. La danza empieza en forma lenta e incrementa su velocidad paulatinamente dando oportunidad a los ejecutantes de lucir sus dotes como bailarines. Respecto de la Danza de los Parachicos, su origen se remonta a la época colonial. Los trajes son muy vistosos, especialmente las máscaras de madera y los sombreros, y la música está a cargo de tamborileros. Por su importancia y significado fue declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En Oaxaca destaca la Danza de la pluma, que recrea el encuentro de indígenas y españoles al momento de la conquista. Los bailarines lucen grandes penachos adornados con pequeños espejos y plumas de colores.

En Yucatán destaca la jarana yucateca, donde los ejecutantes dan muestra de destreza y equilibrio al sostener sobre sus cabezas diferentes objetos. Las mujeres portan huipiles bordados con flores, en tanto los hombres visten pantalón blanco y guayabera.

Para conocer

En la zona norte del país es típica la polka, que tiene como antecedente un baile propio del centro de Europa. Se estima que llegó a México hacia mediados del siglo XIX. En el libro Polea, raíces de una tradición musical, el autor Radko Tichavský comenta que “en México las primeras polkas se tocaban durante las tertulias en las casas de las familias acomodadas y se interpretaban típicamente en piano…”

Asimismo, asienta que “la reacción de la conservadora sociedad mexicana fue tremenda: los jóvenes querían bailarla, pero los médicos de la época advertían que las repentinas vueltas y giros eran perjudiciales para la salud; los sacerdotes tronaban desde los púlpitos de las iglesias contra este libidinoso baile, influidos por los chismes surgidos en las academias de polka de París; además, durante la polka, ¡qué horror!, el bailarín abrazaba a la muchacha en público”.

En la actualidad la polka se interpreta con acordeón y la indumentaria típica consiste en pantalones vaqueros y cazadoras de piel.

En agenda

Los días 25 y 26 de octubre se llevará a cabo la 38 edición de la Feria Nacional del Mole en Milpa Alta, así como el Segundo Concurso Nacional del Mole Almendrado, en dos categorías: amateurs y profesionales. El evento busca fortalecer la economía regional incentivando la creatividad y revalorando un platillo que sin lugar a dudas es uno de los favoritos en las celebraciones de miles de mexicanos. Disfrute las manifestaciones del patrimonio cultural de México.