Joaquín Rocha aún recuerda con alegría y con cierta nostalgia la medalla de bronce que logró en los Juegos Olímpicos de México 68.
Han pasado 46 años y el espigado ex boxeador parece recordar con precisión la manera en cómo consiguió ese metal y desde luego ve pasar el tiempo.
“El tiempo ha sido hermoso para mí, porque lo recuerdo con bastante agrado el haber obtenido una medalla olímpica es una satisfacción grandísima”, comentó.
Rocha, quien desde el 2007 se convirtió en entrenador, mencionó que a sus 70 años de edad ya es parte de la historia olímpica de México: “Me considero como una leyenda viviente porque aún me recuerdan y las nuevas generaciones saben lo que hice”.
El ex pugilista recuerda que a sus 23 años de edad llegó al Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), donde el entrenador de boxeo nacional, era el polaco Enrique Nowara, quien se impresionó por la estatura y corpulencia de Joaquín.
“Con 1.95 de estatura y 85 kilos, pues era de temer”, comentó entre risas, Rocha, quien antes de entrar a los cuadriláteros practicó voleibol y beisbol.
Lo aprendido ahora los transmite a las nuevas generaciones en el Centro Nacional de Detección de Talentos (CNAR), donde tiene a un grupo de 10 pugilistas con grandes cualidades para regresar al boxeo su prestigio que inició Fidel Ortiz en Berlín 36 con una medalla de bronce hasta mismo metal de Cristian Bejarano en Sydney 2000.
Y hasta la fecha el boxeo mexicano no ha subido al podio olímpico, por eso Joaquín Rocha aseguró que tiene en su poder el don de hacer deportistas con hambre de triunfo.