Pa’lestina... ¿Pa’los leones de Judá?

Todos los que apoyan un “Estado palestino” no están ni la mitad de interesados en el bienestar de su pueblo como lo están en la agenda que prevé la destrucción de Israel

José Luis Belmar
Columnas
Palestinos y jordanos, una misma cosa.
Foto: Especial

Apenas inaugurado un gobierno en Suecia hace unas cuantas semanas, al primer ministro Stefan Löfven y a su jefa de Relaciones Exteriores Margot Wallström se les ocurrió declarar a los cuatro vientos el reconocimiento a la existencia del Estado de Palestina: la manada mediática se unió al rebuzno de que lo hecho por Suecia tenía como objetivo coadyuvar al proceso de paz entre Palestina e Israel.

Pero Israel se quedó con el ojo cuadrado y el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, dijo al diario Haaretz que “Suecia no tiene la menor idea de que las relaciones en Oriente Medio son mucho más complicadas que armar un mueble en casa, de esos que se compran en IKEA. La ministra sueca debió actuar con responsabilidad y sensibilidad”.


Yo estoy con Lieberman, pues se debe analizar bien a qué país han reconocido Suecia y otros 130 más o menos. ¿A Palestina? ¿Un país que nunca existió antes de ser inventado en 1947 en Naciones Unidas para ver si así se acababa el conflicto entre los habitantes de esa zona?

De 1947 en adelante todo ha sido un verdadero relajo por culpa de unos cuates que han insistido en ser lo que nunca han sido.

Los “mártires” que viven ahí y lloran como plañideras para que los países reconozcan la existencia de un Estado palestino son y se convertirán en un Estado terrorista mientras Hamas gobierne sus vidas. Vivirán más peligrosamente como una nación independiente. ¿No sería mejor devolvérselos a Jordania? Ellos no reconocen a Israel y no pueden vivir pacíficamente con los israelitas. Necesitan ser parte de otra nación musulmana pero ¿quién los aceptaría? Eso está pelón.

Razones

No hay más que leer lo que dice el Covenant de Hamas para entender que el despelote para llegar a tener dos Estados independientes no se resolverá de un plumazo y menos si este es uno que viene del reino (Suecia) con delirios de grandeza.

El Covenant de agosto 18 de 1988 dice: “...es un manifiesto exhaustivo compuesto de 36 artículos, todos los cuales tienen como objetivo básico de Hamas destruir al Estado de Israel por medio de una Jihad (o guerra santa islámica)”.

Y, como yo jamás estaré de acuerdo con Hamas y me importan un comino todos los países que han reconocido la existencia de un Estado que de hecho no existe, declaro que Palestina no debe ser reconocida. ¿Por qué? Pues por lo siguiente:

1. ¿Cuáles eran sus fronteras?

2. ¿Quiénes fueron sus gobernantes (antes de Arafat, but of course)?

3. ¿Cuál era su forma de gobierno?

4. ¿Cuál era su divisa?

Todos los que apoyan un “Estado palestino” no están ni la mitad de interesados en el bienestar de su pueblo como lo están en la agenda que prevé la destrucción de Israel. Esto va a estar todavía más pelón.

Los palestinos no son capaces de formar un Estado para ellos, porque se niegan a aceptar la responsabilidad de que funcione realmente. Ellos han demostrado estar mucho más cómodos en la aceptación de cantidades masivas de ayuda exterior, mientras que continuamente tratan de socavar la legitimidad de Israel en el escenario mundial.

Además, ya existe un Estado palestino: Jordania. Antes de llamarse Jordania se llamaba Transjordania y antes de eso Palestina. No hay ninguna diferencia étnica entre un palestino y un jordano. Incluso las banderas de ambos países son una fotocopia. Jordania es Palestina y Palestina es Jordania. Son dos nombres para una misma cosa.

Entonces, ¿pa’ qué le buscan cuatro pies al gato si saben que tiene cinco?