Tolerancia o cobardia

En México los responsables del gobierno y la seguridad cada vez se sienten más inseguros y prefieren dejar que los manifestantes hagan lo que quieran.

Sergio Sarmiento
Columnas
En México los responsables del gobierno y la seguridad cada vez se sienten más inseguros y prefieren dejar que los manifestantes hagan lo que quieran
Foto: Especial

Era el 1 de octubre de 2011. Cientos de jóvenes habían permanecido desde el 17 de septiembre en un campamento en el parque Zuccotti del distrito financiero de Wall Street en una protesta contra el capitalismo.

La policía de Nueva York los había dejado permanecer ahí. El campamento se había convertido ya en centro de atención de los medios de comunicación del mundo entero y también en atracción turística para los visitantes a la Gran manzana.

Ese sábado por la tarde los anticapitalistas decidieron marchar hacia Brooklyn, una zona de Nueva York que se encuentra fuera de la isla de Manhattan.

Al llegar al puente de Brooklyn se detuvieron y empezaron a bloquear la vía. En unos cuantos minutos la fuerza pública actuó, despejó el puente y detuvo a más de 700 manifestantes.

La policía señaló que los manifestantes habían provocado la acción de la fuerza pública. “Los que utilizaron las aceras peatonales del puente de Brooklyn no fueron arrestados”, señaló ese mismo día el vocero principal del Departamento de Policía de Nueva York, Paul J. Browne. “Aquellos que tomaron el camino con dirección a Brooklyn e impidieron el tránsito vehicular fueron arrestados” (The New York Times).

Las reglas parecen ser muy claras en Nueva York y de hecho en Estados Unidos: quieres expresar tus puntos de vista, no hay problema; quieres marchar o acampar en protesta, tampoco; aunque los reglamentos de las ciudades establecen que los líderes de los manifestantes deben solicitar permiso previo para cualquier marcha y el gobierno de la ciudad debe aprobar la fecha, la hora y la ruta de la manifestación para minimizar las afectaciones al resto de los ciudadanos.

Una y otra vez los tribunales en Estados Unidos han confirmado estas reglas: la libertad de manifestación no otorga derecho para bloquear vías de comunicación o para agredir a policías o a terceros.

Las reglas en la Unión Americana están hechas para respetar los derechos de todos y no nada más de los manifestantes.

Inseguros

En México las cosas no son así, por supuesto. Los únicos derechos que se reconocen aquí son los de los manifestantes. Los ciudadanos no tienen ninguno. Y los policías mucho menos. Si responden a una agresión, el castigado es siempre el policía y nunca el manifestante.

No me parece que Estados Unidos sea un país con menos libertades que México. Nueva York no es una ciudad represiva si se compara con el Distrito Federal. La única diferencia es que allá hay reglas claras y autoridades que tienen el valor de aplicarlas.

En México los responsables del gobierno y la seguridad cada vez se sienten más inseguros y prefieren dejar que los manifestantes hagan lo que quieran: robar autobuses, bloquear vías de comunicación, cobrar peaje en casetas de autopista, saquear comercios, golpear o arrojar bombas molotov a policías…

Los políticos mexicanos nos dicen que actúan como lo hacen porque son tolerantes. Los ciudadanos afectados saben bien que el término es otro: se dice cobardía.