‘El Buscapersonas': 20 años de reunir gente en todo el mundo

David Nostas comenzó buscando deudores bancarios en su natal Perú en 1974. Gracias a ese trabajo se dio cuenta que podría encontrar a cualquiera, por lo que decidió convertirse en “El Buscapersonas”.

Isaac Caporal
Política
Nostas comenzó buscando deudores bancarios en su natal Perú en 1974. Gracias a ese trabajo se dio cuenta que podría encontrar a cualquiera, por lo que decidió convertirse en “El Buscapersonas”. .
Foto: Facebook/El Busca Personas

La última vez que Deysi Olguín Torres vio a su padre fue cuando tenía 4 años y vivía en Sonora. Hoy tiene 31 y vive en Phoenix, Arizona, Estados Unidos.

Para encontrar a su padre, a mediados de julio de 2014, buscó la ayuda de “El Buscapersonas”, un peruano llamado David Nostas Arequipa.

“El Buscapersonas” encontró al papá de Deysi un par de días después de la petición: el hombre vivía en Bahía de Kino, Sonora, trabajaba en un puesto cerca del mar y se dedicaba a hacer figuras de Palo Fierro.

El caso de Deysi y su padre es uno de los 28 mil reencuentros que “El Buscapersonas” asegura ha hecho posibles desde hace 20 años.

Nostas Arequipa comenzó buscando deudores bancarios en su natal Perú en 1974. Gracias a ese trabajo se dio cuenta que podría encontrar a cualquiera, por lo que decidió convertirse en “El Buscapersonas”.


Su oficina está en la Ciudad Blanca de Arequipa, en Lima, capital peruana. Es un lugar de 3 metros cuadrados, sólo cuenta con un escritorio, una silla, una computadora, un teléfono fijo y uno móvil y las paredes están llenas con

fotografías de personas desaparecidas.

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Él es economista por la Universidad Peruana Unión y se especializó en comercio internacional y administración. El 27 de septiembre de 1974 comenzó a laborar haciendo análisis económicos, riesgos crediticios y buscando deudores de empresas.

Trabajaba con bases de datos, las cruzaba y encontraba posibles direcciones de deudores. Gracias a esto se dio cuenta que podría encontrar a cualquier persona.

Así que mandó a hacer volantes para ofrecerse como “buscapersonas”. Su primer cliente fue el mismo joven que hacía los impresos: le pidió ayuda para encontrar a su hermana; llevaba 7 años sin saber de ella.

- ¿Usted puede ayudarme? ¿Usted puede localizar a cualquier persona?- preguntó el muchacho.

- A cualquier persona, tú no te preocupes- contestó Nostas Arequipa.

Encontrar a la hermana fue sencillo, recordó “El Buscapersonas”. Lo que tuvo que hacer fue buscar en las bases de datos y vio que la hermana del joven tenía un juicio con el Sistema de Abastecimiento de Aguas de Perú. Le reclamaban una invasión a un predio.


Ese fue el primer caso que resolvió y con el que empezó su carrera de “buscapersonas” . hasta hoy asegura que ha reunido a 28 mil personas. No recuerda muchos detalles sobre cada caso, pues al día recibe

300 peticiones de ayuda en promedio.

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Al hablar de sus inicios en la búsqueda de personas, “El Buscapersonas” enciende un cigarrillo, hace una pausa y dice que al principio nadie creía en él ni en su trabajo, hasta que varios meses después los directores del periódico Ojo se acercaron a él y le ofrecieron empleo.

Con el respaldo de su trabajo y el reconocimiento de la gente, varias televisoras se acercaron a él para ofrecerle programas, pero él se negó.

“Yo no soy un payaso de televisión, yo me dedico a buscar personas”, dice.

Actualmente, tiene un programa de nombre Fábrica de Sueños, en ATV, que pasa todos los sábados a las 18:00 horas, tiempo local. Aceptó ese trabajo porque la televisora le dio libertad total para realizarlo. Él decide en qué caso trabaja y cuál rechaza.

Los parámetros que sigue para aceptar o no un caso son:

“Si vienes y me dices que estás buscando a tu papá por simple curiosidad, no me encaja la idea a menos que haya desaparecido, pero si me dices: ‘tengo 40 años y me crié con un padrastro que fue malo conmigo, no me daba comida, me echó a la calle y siempre he pensado que con mi padre las cosas hubieran sido diferentes’, de ese caso me enamoro, porque tiene corazón y ánimo de buscar. Yo te atiendo de corazón o no te atiendo. Me enamoro de la historia. Hay gente con casos muy complicados y muy pocos recursos”.

“El Buscapersonas” no cobra por los servicios que hace a través del programa televisivo, sólo cuando se trata de un trabajo privado. La tarifa es de 500 dólares al día, más pasaje y alojamiento en el lugar al que vaya. Si se trata de una zona peligrosa también cobra para pagar un guardaespaldas.

A pesar de que no cobra por su trabajo, la gente le lleva cosas de agradecimiento. En ese contexto recuerda el caso de Gloria y su hermano. Él llegó a pedir su ayuda hace 2 años. Le contó que los 2 vivían con sus papás en Ayacucho, y una noche los militares llegaron, mataron a sus papás
enfrente de ellos y se lo llevaron a él y a su hermana por separado.

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Todos los días, el hermano de Gloria iba a ver a Nostas, le llevaba cigarros y yogurt. Meses después de que “El Buscapersonas” conoció el caso, recibió una llamada. Se trataba de una mujer que buscaba a su hermano, le contó la historia de cómo los separaron y de inmediato supo que la que hablaba con él era Gloria.

El que busca encuentra, ese caso lo recuerdo mucho por la perseverancia. Yo no fui el que encontró a la hermana, él con su persistencia fue quien la encontró”, dice mientras enciende otro cigarro.

No recuerda con exactitud cuál fue su primer caso en el extranjero, pero sí que fue cuando una televisora alemana lo contrató para encontrar a la mamá biológica de una mujer hondureña que fue criada por una familia alemana.

Los alemanes eran de un programa llamado Desaparecidos, querían que Nostas Arequipa encontrara a la madre de la mujer por medio del documento con el que el hospital hondureño registró el nacimiento.

“El Buscapersonas” tuvo que viajar con el equipo de filmación alemán a Honduras. Encontraron el hospital y para dar con la madre tuvieron que entrar en la selva y buscar por varios días. Cuando finalmente la localizaron y la entrevistaron, la mamá cayó en contradicción, la historia no encajaba.

Después de horas de platicar con la señora, confesó que en realidad la madre no era ella, sino su hermana. Ella tuvo que firmar el papel del hospital pues la madre concibió a la hija cuando el esposo estaba en Estados Unidos y si él se enteraba ya no le mandaría dinero.

La búsqueda comenzó de nuevo y encontraron a la verdadera madre en un poblado al norte de Honduras. La hija se la llevó a Alemania.

“El Buscapersonas” comenta que también tiene casos fallidos, pero dice que son casos irresolubles.

“ Hay ocasiones que llegan y me dicen: ‘David, mi papá se cayó de un barco hace 47 años y no encontraron el cuerpo, tal vez esté vivo’. Y les contesto que soy un “buscapersonas”, pero no tengo nada de chaman. También hay casos en donde me dicen: ‘mi papá se llamaba Juan y era de Puno’. Cuándo hay un primer apellido, o apellido poco común o una referencia firme, sí se puede hacer algo”, detalla Nostas desde su oficina en Lima.

Para ese tipo de casos complicados, “El Buscapersonas” prepara un nuevo segmento en su programa de televisión que se llamará “Fábrica de Esperanzas”.

“Espero que la televisión y las redes sociales sirvan para algo bueno y no sólo para decir tonterías o tomar fotos de comida o decir que fuiste a Disneylandia. Los medios de comunicación y las redes deben servir para ayudar a la gente. Espero que con este nuevo programa se puedan solucionar los casos complicados”, explica.

Él lamenta que en Perú la gente no sea tan solidaria como en México, pues dice que cuando publica en Facebook una foto de una persona desaparecida de ese país, ésta se comparte poco, caso contrario de lo que pasa cuando publica algo de México.

En promedio, al día, “El Buscapersonas” recibe 50 peticiones de ayuda de México. Y una foto de un mexicano desaparecido alcanza 200 compartidos; la de otros países, 50.

“Luego me reclaman que mi Facebook parece mexicano, me dicen que por qué atiendo los casos mexicanos si no he terminado con los peruanos, pero a mí no me importa el país del que sea una persona, las lágrimas por perder a un ser querido duelen igual en cualquier parte del mundo”, comenta.

“El Buscapersonas” dice que desde joven tuvo una vocación social y encontró en ayudar a la gente el sentido de su vida.

“Esto realmente me llena muchísimo, con lo que gano me alcanza para vivir, no necesito mucho, yo tomo un café y fumo un par de cigarros, con lo poco que gano me alcanza y no necesito más. Yo tengo un hijo, le he dicho que no le voy a dejar plata, pero sí una gran lección de vida”, dice “El Buscapersonas” , antes de apagar el cigarro y despedirse dese su oficina de Lima.

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