Violencia contra la mujer: práctica lacerante

Este tipo de violencia va desde la sicológica, pasando por la sexual y la patrimonial, hasta la más grave: el feminicidio.

Redacción
Bienestar
Este tipo de violencia va desde la sicológica, pasando por la sexual y la patrimonial, hasta la más grave: el feminicidio.
Foto: Especial

Por: Ricardo Pérez Valencia

Hay realidades que duelen o lastiman, pero otras laceran e indignan al ser humano: una de ellas, tal vez la más preocupante, es la violencia que sufren las mujeres.

Cifras de la Organización de Naciones Unidas indican que siete de cada diez mujeres en el mundo han sufrido algún tipo de violencia durante su vida, tomando en cuenta que las estadísticas contemplan solo casos que se dan a conocer o son denunciados. Si se incluyeran aquellos que no son ventilados o expresados los datos, sin duda, serían aún más alarmantes.

Sin embargo, por desagracia, la impunidad y el silencio siguen siendo la respuesta más socorrida a este tipo de delitos.

Es necesario señalar que la violación a los derechos humanos de la mujer incluye maltrato emocional, físico, patrimonial, económico, sexual e incluso la muerte, y abarca todo acto y omisión que dañe la estabilidad y dignidad de ellas y su entorno.

Llamados

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señala en este sentido que los delitos contra las mujeres que presentan una mayor incidencia en México son la violencia familiar y el abuso sexual.

Por ello la CNDH ha hecho exhortos para que la sociedad levante la voz ante cualquier acto de violencia contra la mujer e impulse acciones en la familia, la calle, la escuela, el trabajo y en cualquier ámbito, público y privado, para prevenir y superar todo acto de discriminación y misoginia.

Ana Güezmes, representante de ONU-Mujeres en México, alertó recientemente que en 2013 ocurrieron en nuestro país dos mil 502 muertes de mujeres con presunción de homicidio, lo que da un promedio de siete crímenes de este tipo perpetrados al día.

Resaltó que, no obstante, las leyes mexicanas continúan teniendo lagunas para combatir este tipo de violencia.

Organismos internacionales preocupados porque la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, además de ser un fenómeno social que crece lejos de menguar, han implementado tratados de derechos humanos aprobados y firmados por México, como son la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer Belém do Pará.

Compromisos

Precisamente en un acto conmemorativo por los 20 años de implementación de la Convención Belém do Pará, el Poder Judicial de la Federación asumió el compromiso de erradicar toda forma de violencia contra las mujeres.

Los participantes en el evento coincidieron en señalar que cualquier sospecha de discriminación debe ser analizada con el mayor detenimiento y cuidado por parte de los impartidotes de justicia.

El magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), José Alejandro Luna Ramos, expresó por ejemplo que para alcanzar una verdadera justicia es necesario contar con jueces comprometidos con la no discriminación por encima de cualquier obstáculo legal.

“No es posible pensar en una realidad favorable para las mujeres hasta que encontremos una judicatura responsable, que actúe y enfrente cualquier tinte de violencia. ¡No hay cabida para la violencia de género! ¡No hay tolerancia para atrocidades semejantes!”, dijo Luna Ramos

Carmen Moreno Toscano, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, aseguró por su parte que la adopción de cada vez más leyes contra la violencia hacia las mujeres es un indicador de voluntad y compromiso con los derechos humanos.

En México tenemos la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en vigor desde 2007, para prevenir el daño que esta ocasiona y todo tipo de modalidades de violencia contra las mujeres en relación con el lugar donde sucede.

Al respecto la diputada Martha Lucía Micher, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en la cámara baja, dice a Vértigo que hablar de violencia contra la mujer no es solo hablar de golpes: “Hay otros tipos de violencia contra las mujeres que dañan su seguridad y su dignidad: la violencia física, la sicológica, la sexual, la patrimonial y la mayor violencia contra nosotras, la violencia feminicida. También hablamos de modalidades, es decir, que no solamente se comete al interior de las familias sino que se comete en la escuela, en el trabajo, en la calle…”

Micher añade que la ley en cuestión ha sido reconocida a nivel internacional, pero a siete años de su implementación se trabaja ahora en revisar lo que se ha logrado y lo que sigue pendiente, con el fin de que sea una sola autoridad la que garantice la aplicación de las medidas de protección a las mujeres.

“La violencia contra las mujeres no es un problema: es un delito que se castiga. Entonces lo que tenemos que hacer es que todo mundo se ponga a trabajar y se persiga el delito con personal especializado, con personas capacitadas, con policías y Ministerios Públicos que no nos juzguen”, señala.

La diputada Micher agrega que a las mujeres “hay que empoderarlas, hay que hablar con ellas, hay que darles a conocer sus derechos, hay que acompañarlas a hacer una denuncia… Pero también hay que reconocer que lo que las mujeres quieren no es denunciar: lo que quieren es vivir una vida libre de violencia”.

Visibilidad

Por su parte el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) expresa que la política nacional para la igualdad entre mujeres y hombres avanza de manera sostenida, pero todavía falta mucho por hacer.

Pablo Navarrete, coordinador jurídico de Inmujeres, dice a Vértigo que el estado de mayor visibilidad en el que se encuentra la violencia contra la mujer ha permitido dimensionar el verdadero alcance de este fenómeno, que por su persistencia, por su arraigo social y cultural, así como por los patrones estructurales que alimentan la espiral de la violencia, es una realidad alarmante en nuestro país.

Navarrete coincide con la diputada Micher al señalar que la ley vigente posee mecanismos novedosos, como las órdenes de protección para las mujeres en situación de violencia o la declaratoria de alerta de violencia de género, así como la tipificación del feminicidio, pero también existe la necesidad de hacerle reformas para que, entre otros aspectos, se incorporen nuevas formas o expresiones de violencia como la obstétrica, la política o la cibernética.

“Hay que reconocer que lo más importante no es la creación de leyes sino que se apliquen a favor de la vida y la segundad de las mujeres. Seguimos enfrentando un desafío fuerte porque hay resistencias que solo se explican en una cultura patriarcal, machista y misógina como la nuestra”, expresa el funcionario.

Añade Navarrete que la creación de la Ley General fue en su momento un acontecimiento jurídico, político y social importante “pero hoy, obligados por esta lacerante violencia contra las mujeres, debemos dar el siguiente paso: practicar esas normas en favor de las mujeres. Porque de poco nos sirven los derechos de papel si no son aplicados a casos particulares y concretos”.

Uno de los aspectos importantes en la lucha contra la violencia hacia las mujeres es la denuncia, práctica que sin embargo no se realiza en nuestro país debido a aspectos entre los que destacan la creencia de que la agresión se trató de algo sin importancia, por vergüenza, para que la familia no se entere, por los hijos, porque el agresor le dijo que cambiaría, o porque piensa que su pareja tiene derecho a reprenderla.

Tampoco se busca ayuda debido al miedo, porque no saben que pueden hacerlo o porque no confían en las autoridades.

Como apunta Pablo Navarrete, el desafío mayor es pasar a un nuevo pacto social en el que se coloque en el centro el respeto irrestricto a los derechos humanos de todos, pero principalmente de los grupos en mayores condiciones de desventaja como las mujeres, que dicho sea de paso son un grupo mayoritario en el país, pues de acuerdo al último censo del Banco Mundial (2013) 51.6% de la población en México son mujeres, es decir más de 60 millones.

Modalidades de violencia contra las mujeres

- Violencia familiarInsultos, menosprecio, indiferencia, prohibiciones, golpes, abuso físico, sexual y sicológico.

- Violencia laboralHostigamiento o acoso sexual, discriminación de trato, falta de oportunidades equitativas, condicionar la contratación por estar casada, tener hijos o estar embarazada, limitación a cargos de toma de decisión y pago desigual por el mismo trabajo en comparación con los hombres.

- Violencia docenteConductas que violentan a las alumnas, como pedirles que no usen prendas supuestamente “provocativas”, no tomar en cuenta sus opiniones durante la clase, dar ejemplos sexistas para explicar algún tema, limitarles el acceso a los estudios, acoso u hostigamiento por parte de compañeros o profesores.

- Violencia en la comunidadSe presenta en lugares públicos (calle, transporte, parque, etcétera) y comprende los “piropos”, tocamientos e insinuaciones. El trato discriminatorio por ser mujer en servicios como información automovilística, de informática, trámites bancarios o administrativos. La negación de su libre tránsito y acceso en bares, tiendas, deportivos, así como la participación en festividades, actividades o tomas de decisiones comunitarias.

- Violencia institucional Imponer, negar o condicionar el ejercicio de los derechos humanos en los servicios públicos, imponer un método anticonceptivo, no darle información objetiva de los procedimientos y consecuencias. Cuando al denunciar se duda de su palabra y se le responsabiliza de la violencia que ha vivido; no respetar su privacidad y confidencialidad.

- Violencia feminicidaLa violencia extrema que elimina los derechos humanos de las mujeres, que promueve el odio hacia ellas y que incluso llega hasta el asesinato.

Tipos de violencia


Física

Golpes, fracturas, torceduras, cachetadas, empujones, daños en el cuerpo.

Sicológica

Frases que las mujeres escuchan en algún momento de su vida, como: ¡Calladita te ves más bonita!, ¡Mujer al volante peligro constante!, ¡Tenías que ser mujer!

Patrimonial

Quitarle su dinero, romper, esconder, robar o vender sin su permiso sus objetos de valor, así como sus documentos personales y de bienes.

Económica

No aportar dinero intencionalmente para atender las necesidades de salud, educación o alimentación de la mujer y de los hijos, así como la manutención de la casa. No dejarla trabajar, controlar el ingreso familiar, recibir un salario menor en comparación con los hombres por un trabajo igual.

Sexual

Tocamientos, insinuaciones, acercamientos no deseados, introducción forzada y sin su consentimiento del pene, dedos o algún otro objeto, por cualquier persona o la pareja; limitarle, negarle o imponerle la anticoncepción o el embarazo. La prostitución forzada, la trata de personas con fines sexuales, la mutilación genital, así como revisiones forzadas para “asegurar” la virginidad, el no embarazo y/o la fidelidad.