Circuito: antiguos hospitales de México

Entre los sitios más visitados están la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, la Iglesia de Santo Domingo y el Palacio de Bellas Artes.

Yolanda Trejo
Todo menos politica
Antiguo hospital de San Hipólito
Foto: Creative Commons

El Centro Histórico de la Ciudad de México resulta muy adecuado para caminar los sábados y conocer los sitios más emblemáticos: templos, edificios públicos, plazas, parques, fuentes, etcétera. Varias calles conservan una placa con su nombre original relacionado con alguna anécdota o hecho histórico, un oficio, un personaje o un elemento especial.

Entre los sitios más visitados están la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, la Iglesia de Santo Domingo y el Palacio de Bellas Artes.

Del periodo prehispánico se conservan tanto la zona arqueológica del Templo Mayor como los vestigios que se ubican debajo de construcciones de los siglos XVII y XVIII, principalmente.

Periódicamente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) organiza recorridos denominados Ventanas arqueológicas, que incluyen la visita a varios edificios y casonas que tienen en sus cimientos restos de templos prehispánicos.


Trazando un eje imaginario de la Academia de San Carlos a la Iglesia de San Hipólito se localizan varios sitios y construcciones que funcionaron como hospitales durante la época virreinal: Hospital del Amor de Dios, de Jesús, del Divino Salvador, de Terceros, de San Juan de Dios y de San Hipólito.

Raíces

En 1521 la conquista española dejó una gran desolación entre los pueblos vencidos y ocasionó un trauma que perduró por mucho tiempo y que ha sido estudiado por connotados investigadores desde diversos puntos de vista. En el libro La visión de los vencidos el doctor Miguel León Portilla hace una atinada selección detextos nahuas que expresan la triste condición de los indígenas después del sitio y caída de la Gran Tenochtitlán (capital del imperio mexica). Se expresa el lamento de un pueblo que perdió su poderío y experimentó la muerte de sus seres queridos y el abandono de sus dioses. El choque de culturas fue tan terrible, que hubo personas que perdieron la razón y deambularon sin rumbo por las calles de la ciudad. A la lucha armada siguió la conquista ideológica y cultural, a cargo de las órdenes religiosas.

Las epidemias fueron otro factor de gran impacto en la vida de las comunidades indígenas, pues aparecieron enfermedades que hasta entonces eran desconocidas… La viruela, el sarampión y el cocoliztli ocasionaron en diferentes fechas la muerte de miles de indígenas que carecían de defensas naturales para enfrentar sus efectos.

En épocas de calamidades era común realizar procesiones en las calles, lanzar plegarias y ponerse bajo la protección de determinados santos o símbolos cristianos, como la cruz.

Antiguos hospitales

Siguiendo un modelo medieval los primeros hospitales que se construyeron en la Nueva España tuvieron una función social, pues además de proporcionar tratamiento médico a los enfermos daban alojamiento a los necesitados y prodigaban auxilio espiritual.

Entre los hospitales del siglo XVI está el del Amor de Dios, fundado por el arzobispo fray Juan de Zumárraga. Se construyó en el mismo sitio donde hoy se encuentra la Academia de San Carlos.

Otra institución hospitalaria de especial interés es el Hospital de la Purísima Concepción de Nuestra Señora (hoy Hospital de Jesús), fundado por Hernán Cortés (1524) para brindar atención médica a los españoles. Con el tiempo se aceptaron indígenas, siempre y cuando no padecieran lepra, sífilis, fuego sacro o demencia.

Desde el punto de vista arquitectónico el inmueble resulta muy interesante. Se conserva un busto del conquistador y un mural que muestra las bondades de la medicina tradicional en ciertos padecimientos.

Otro hospital importante fue el Real de San José de los Naturales (estuvo ubicado en la Avenida San Juan de Letrán).

Además de la viruela y el sarampión hubo otras enfermedades recurrentes: tifo, tabardillo, paludismo y fiebre amarilla.

En 1573 se dispuso que los hospitales dedicados a los enfermos contagiosos se ubicaran fuera de las ciudades.

En el predio donde se sitúa el Edificio de Correos funcionó en el siglo XVIII el Hospital de Terceros, destinado a los enfermos de la Tercera Orden de San Francisco.

Los más necesitados

Con un sentido de profunda caridad, algunos hombres piadosos fundaron hospitales para atender a las personas dementes: el Divino Salvador, para mujeres, fundado en el siglo XVII por el carpintero José Sayazo, y el de San Hipólito, para hombres, fundado en 1577 por Bernardino Álvarez.

El primero se ubicó en la Calle de la Canoa (hoy Donceles) y el segundo en el convento anexo a la Iglesia de San Hipólito.

Debido a que se desconocía el origen y tratamiento de los padecimientos mentales era común que se les atribuyeran causas fuera de lo terrenal. De ahí que muchas veces los tratamientos incluyeran medidas severas, como en el caso de personas que sufrían convulsiones y eran sometidas a baños de agua helada y golpes con palos, para liberarlas de algún “mal espíritu”. En enfermedades desconocidas era común recurrir a prácticas religiosas.

El Archivo Histórico de la Secretaría de Salud y el de la Antigua Escuela de Medicina conservan documentación muy antigua relacionada con el origen y funcionamiento de los hospitales novohispanos, las epidemias, el abastecimiento de boticas, el tipo de exámenes que debían presentar los médicos, las primeras cirugías, etcétera.

En la época novohispana había hospitales generales y otros especializados en ciertos males. Muchas de las disposiciones alimentarias subsisten hasta nuestros días, como la recomendación del caldo de pollo para recuperar fuerzas.

En el siglo XVII la atención hospitalaria recibió un gran impulso con el arribo de las órdenes hospitalarias: religiosos que tenían el voto de la hospitalidad. Estaban obligados a cuidar enfermos y crear hospitales. Su presencia se dejó sentir en el Hospital de San Juan de Dios (se ubicó donde se encuentra la Iglesia de San Juan de Dios, sobre Avenida Hidalgo).

En esta misma zona funcionó el Hospital Morelos, dedicado a atender a mujeres sifilíticas. También estuvo la Primera Casa de Niños Expósitos (hoy Museo Franz Mayer). Si bien la ciudad se ha transformado rápidamente, conserva algunas huellas de las fundaciones hospitalarias novohispanas.

Si quiere mayor información puede consultar la obra Hospitales de la Nueva España, de la doctora Josefina Muriel, quien abordó con detalle el origen y funcionamiento de las fundaciones hospitalarias en los siglos XVI, XVII y XVIII.

Algo más

Puede disfrutar de una mañana en el Centro Histórico de la Ciudad de México conociendo algún sitio emblemático, ampliando su cultura e intercambiando puntos de vista con guías especializados en la historia y el arte de México. Hay recorridos personalizados, donde el interesado recibe un equipo de audio y material impreso para aprovechar al máximo las explicaciones del guía en turno.

Le sugiero visitar la Catedral Metropolitana, recorrer la Calle de Plateros (actualmente Madero), la Plaza de Santo Domingo y alrededores, el Museo y la zona arqueológica de Templo Mayor y el Edificio de Correos y sus museos, entre otros.

Los recorridos son muy atractivos, pues se realizan en grupos pequeños lo que permite dar una atención personal a los asistentes. El recorrido a la Catedral resulta especialmente interesante por las cualidades estéticas del inmueble, los relieves de las portadas y la iconografía de los retablos. Existen 14 capillas interiores y devociones sumamente interesantes que reciben muestras curiosas de fervor como el Señor del Cacao, el Cristo del Veneno y San Ramón Nonato, a quien los creyentes ofrecen candados a cambio de quedar libres de chismes y habladurías. Además del Altar Mayor y del de Los Reyes se visita la Cripta de los Arzobispos.

El acceso a ciertos varios espacios requiere de contar con permisos de las autoridades a cargo. Se incluye la visita al coro para apreciar el espléndido trabajo de ebanistería en la sillería y los acordes de los órganos. Asimismo, se accede al campanario para escuchar la historia de las campanas y su repique al mediodía. Finalmente puede bajar a los cimientos de la construcción para conocer los vestigios prehispánicos de la pirámide mexica dedicada al Sol. La maestra Margarita C. García Rodríguez, especialista en Historia del Arte y Museología, comenta que este tipo de visitas tienen como objetivo dar a conocer los tesoros de México. Añade que la primera Iglesia Mayor de la Ciudad de México se construyó por orden de Hernán Cortés en 1524 y que la catedral actual presenta diferentes estilos artísticos dado que su construcción duró de 1573 a 1813. Disfrute de una caminata y conozca un legado que es patrimonio de los mexicanos.