La infanta Cristina será juzgada por fraude

El abogado de la infanta anunció que recurrirá la decisión del juez.

Agencias
Política
La infanta enfrenta una pena de hasta 4 años de cárcel como ‘cooperadora necesaria’ en el fraude fiscal cometido presuntamente por su marido.
Foto: Internet/ AP

La infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI de España, será juzgada como presunta cooperadora en dos delitos fiscales de los que se acusa a su marido, Iñaki Urdangarin.

El juez José Castro dictó este lunes apertura del juicio oral contra Cristina, su esposo Iñaki Urdangarin y otras 15 personas vinculadas a una presunta trama de malversación de fondos públicos en las mediterráneas Islas Baleares.

La infanta enfrenta una pena de hasta 4 años de cárcel como ‘cooperadora necesaria’ en el fraude fiscal cometido presuntamente por su marido en los ejercicios 2007 y 2008. Para Urdangarin se piden más de 19 años de prisión por 8 delitos. El juicio se celebrará en Palma de Mallorca probablemente a fines de 2015.

El abogado de la infanta anunció que recurrirá la decisión del juez.

La acusación sostiene que Urdangarin y su socio, Diego Torres, se apropiaron presuntamente de unos 5.6 millones de euros (6.9 millones de dólares) en subvenciones públicas asignadas entre 2004 y 2006 al sin ánimo de lucro Noos relacionado con el mundo del deporte, que presidía Urdangarin.

Cristina fue desvinculada de cualquier relación con Noos, pero el juez dijo que hay gastos de la pareja en lujosos hoteles, viajes y clases de salsa, entre otros, facturados a la sociedad mercantil Aizoon, creada en un 50% por Cristina y su esposo en 2003. Aizoon era presuntamente una ‘sociedad pantalla’ que usó ingresos de Noos como gastos personales, cuando en realidad se trataba de dividendos que debían tributarse a la Hacienda.

Cristina negó conocer las actividades de su esposo en su declaración ante el juez Castro el pasado 8 de febrero.

La infanta y los 4 hijos de la pareja se mudaron a Suiza en 2013. El cambio de domicilio, oficialmente por motivos laborales, se interpretó como la mejor forma de poner tierra de por medio ante la presión de los medios y la opinión pública.