Este es el trabajo artesanal que se hace en México

Yolanda Trejo
Todo menos politica
Árbol de la vida
Foto: Creative Commons

México destaca a nivel mundial por la riqueza de su patrimonio tangible e intangible. Las características y marcados contrastes de su paisaje (barrancas, ríos, mares, volcanes y selvas), así como la destreza y creatividad de sus artesanos son algunos de los atractivos más apreciados por los turistas extranjeros.

En varias entidades federativas los recorridos turísticos comprenden la visita a uno o varios talleres donde el viajero entra en contacto con la producción artesanal e incluso puede participar en alguna de sus etapas.

Este tipo de experiencias contribuye en cierta forma a darle un justo valor al trabajo de los artesanos y a respetar el precio de los productos. En algunos casos las piezas presentan cualidades estéticas especiales, lo que permite considerarlas como piezas de “arte popular”.

El trabajo artesanal requiere del conocimiento y aplicación de técnicas muy antiguas. Es un legado cultural. Fomenta la creatividad y plasma una manera específica de concebir el mundo (cosmovisión). Asimismo, fortalece la identidad de la comunidad creadora.

La producción de artesanías depende de varios factores: oferta y demanda de artículos, existencia de materias primas, apoyos institucionales para habilitar talleres y acceso a puntos de venta tanto en el país de origen como en otros países.

El catálogo de México es muy nutrido y variado: máscaras de madera talladas en diferentes municipios de Guerrero, papel amate de San Pablito Pahuatlán (Puebla), collares y anillos diseñados en Taxco, jarrones de talavera fabricados en Dolores Hidalgo (Guanajuato), cajas decoradas y laqueadas en Michoacán, entre muchos otros.

Durante sus viajes quedará sorprendido de la destreza manual y actividad creativa de los artesanos mexicanos. Cabe señalar que es conveniente verificar la autenticidad de la artesanía adquirida ya que en la actualidad muchos comercios y mercados se encuentran inundados de piezas (imitaciones) que se ofrecen a bajo precio pero que carecen de calidad y están desvinculadas del contexto histórico y del significado cultural que les dio origen.

De ahí la conveniencia de visitar los talleres artesanales y comprar directamente al productor. Tendrá oportunidad de apreciar múltiples diseños, técnicas y materiales.

En la Ciudad de México el Museo de Arte Popular (MAP) lleva a cabo una labor permanente —a través de conferencias, talleres y exposiciones— para dar a conocer la calidad del trabajo de los artesanos mexicanos y la urgente necesidad de preservar un patrimonio natural, que es parte sustantiva del gran mosaico cultural de México. Recientemente inauguró la exposición temporal El Norte, su materia y su artesanía, que permanecerá abierta al público hasta el 24 de mayo.

Preservar e innovar

Gracias a iniciativas privadas algunas comunidades del norte del país han logrado comercializar sus productos en otros mercados y mejorar sus ganancias. Se han conservado las técnicas tradicionales pero se han introducido nuevos diseños e incorporado otros materiales. De manera paralela se ha promovido un sentido de orgullo por lo propio.

Hidalgo posee gran riqueza artesanal, pero los artesanos indígenas carecen en buena medida de los apoyos necesarios para dotar de infraestructura a sus talleres y viajar a otras entidades federativas a fin de encontrar puntos de venta que les permitan generar ingresos y tener una vida digna.

La falta de recursos los ha obligado en muchos casos a abandonar su actividad para dedicarse a trabajos de construcción o a traspasar la línea fronteriza en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

En el Estado de México son famosos los tapetes de Temoaya, trabajados en telares rústicos, donde se montan cientos de hilos de atractivos colores. Horas de trabajo paciente dan por resultado piezas exclusivas que sorprenden por sus diseños tradicionales o por incluir nuevas combinaciones cromáticas. También son muy apreciados los árboles de la vida que se elaboran en Metepec, en barro cocido y policromado, para reproducir escenas religiosas o de la vida cotidiana.

Las prendas confeccionadas por mazahuas y otomíes, en el Estado de México y en Hidalgo, combinan diseños geométricos con motivos tomados del paisaje donde se asientan sus respectivas comunidades. Las figuras de madera talladas en Quiroga, las bateas (bandejas de madera pintada) de Pátzcuaro y los adornos de palma de Tzintzuntzan (Michoacán) dan un toque distintivo a casas, comercios y museos. En los estados de Oaxaca y Chiapas es rica la producción artesanal. Se puede apreciar el uso de telares de cintura que permite a las mujeres confeccionar diferentes prendas de uso cotidiano.

En la zona del Bajío destacan las lámparas trabajadas en hoja de lata típicas de San Miguel de Allende, los manteles deshilados de Aguascalientes y la loza de Tlaquepaque y de Tonalá (Jalisco).

Cada región, cada comunidad reproduce en sus artesanías aspectos que dan sentido a su vida diaria y/o están ligados a sus creencias religiosas. A decir de algunos estudiosos en la artesanía está presente “el alma de los pueblos”.

Valorar y actuar

Otro aspecto a destacar es el papel que tiene el medio ambiente en el trabajo artesanal. En la naturaleza se encuentran las materias primas que se requieren para elaborar una artesanía.

La explotación de minas de plata en Guanajuato, Zacatecas, Guerrero e Hidalgo permite obtener la materia prima necesaria para hacer joyas y piezas utilitarias u ornamentales, algunas de las cuales han sido galardonadas a nivel nacional e internacional. Anualmente se llevan a cabo concursos que ponderan la originalidad y belleza del trabajo artesanal en plata.

Una buena parte del arte sacro que se conserva en las iglesias católicas de México — candelabros, relicarios, palmatorias, cruces procesionales, incensarios, resplandores (especie de diadema que se coloca en la cabeza de santos y vírgenes), cofres e incluso altares— están realizados en plata. Al respecto, una de las colecciones más importantes se conserva en la exposición permanente del Museo Franz Mayer (Ciudad de México).

Por su parte, las minas de ópalo de Querétaro permiten la producción de una línea de joyas trabajadas con esta piedra preciosa. En esta misma entidad destacan los bordados y deshilados que realizan las mujeres de Tolimán y las canastas y sombreros de palma típicos de Tequisquiapan.

El barro, dependiendo de sus características, permite elaborar numerosos artículos. Algunos conservan su color natural y otros se someten a cocimiento, esmaltado, vidriado y decorado. En la antigüedad la sociedad que ocupó la zona arqueológica de Teotihuacán (Estado de México) destacó por la producción de objetos trabajados en barro: cajetes, ollas, incensarios, vasos, cuentas de collar, etcétera. Los objetos tenían un fin utilitario, ritual o comercial.

En Puebla se producen variados objetos de barro: incensarios, calaveras y árboles de la vida; algunos pueden adquirirse en los talleres familiares de Izúcar de Matamoros.

La loza de talavera poblana tiene como materia prima el barro, pero requiere de estaño y de un procedimiento complejo para adquirir su aspecto final. Si bien la técnica proviene de Talavera de la Reina (España), encontró su propia expresión en tierras mexicanas. En la ciudad de Cholula puede visitar el Museo de la Talavera, donde se exhiben piezas confeccionadas con técnicas tradicionales pero decoradas con diseños contemporáneos.

Las fibras de algunas plantas permiten confeccionar artículos de uso común en las comunidades rurales: huaraches, prendas para protegerse de la lluvia, mecapales, morrales, etcétera. Algunas fibras se utilizan en la elaboración de sombreros, cestos, canastos. La madera permite elaborar pinturas, muebles, máscaras…

La disminución de aves en territorio nacional dio lugar a la desaparición casi total de los cuadros trabajados con plumas: un arte muy apreciado en la época prehispánica que subsistió después de la conquista española. La pluma se empleó para hacer tapetes y representaciones religiosas, algunas se conservan en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán (Estado de México).

La lista de artesanías típicas de México es muy amplia, así como sus técnicas y materiales. Baste señalar que es importante conocer este patrimonio cultural para preservarlo, difundirlo y darle el valor que le corresponde. Asimismo, es importante comprender la íntima relación que existe entre producción artesanal y medio ambiente.