El abuso policial cobran cada vez más fuerza e indignación en la actualidad, en particular en una época en la que los medios masivos, incluido el Internet, difunden con mayor penetración noticias de este tipo.
La madrugada del pasado domingo 3 de mayo, un comandante de policía en el municipio de Cholula, Puebla, está acusado de matar a un joven de 18 años cuando supuestamente lo sorprendió al pintar una barda. Aunque el caso aún está en curso y falta deslindar responsabilidades, ha llamado la atención la acción del elemento de seguridad al enfrentar a un adolescente desarmado.
En la madrugada del 3 mayo, 3 jóvenes –uno de ellos menor de edad- salían de un bar, cuando supuetamente tuvieron la idea de realizar pintas de graffiti en paredes que encontraran a su paso. Se trataba de Ricardo Cadena Becerra, su hermano y otro acompañante.
La versión del hermano de Cadena, quien reserva su identidad por ser menor, detalló que la pinta no pudo concretarse debido a la llegada de una patrulla, de donde emergieron policías que comenzaron a perseguirlos. Uno de ellos era Jaid Mothe Hernández, subdirector de la Policía Municipal de San Pedro Cholula.
Los adolescentes regresaron al bar del que momentos antes salieron, pero los oficiales los alcanzaron y los tomaron llevaron al vehículo.
De acuerdo al hermano pequeño del graffitero fallecido, cuando él ya se encontraba en la patrulla escuchó la detonación de un arma de fuego, pero no fue hasta después cuando supo que ése fue el momento en que Ricardo murió con el arma de Mothe Hernández.
Mothe Hernández afirma, de acuerdo a su versión, que vio a los jóvenes rayar con gis una pared en la calle Morones, entre 12 y 14 de Oriente. Ante esto, desciende de la patrulla en la que viajaba para detener a los infractores cuando éstos “ya estaban corriendo”.
El comandante indica que su arma, que portaba a la altura del pecho cuando “sale una persona de entre los vehículos” que lo impacta. Este encuentro lleva a un forcejeo que “ocasiona el accidente”. Mothe abandonó el lugar y no se supo de él hasta el día siguiente.
La madre de Ricardo, Guadalupe Becerra, indica que no se le notificó de la muerte de su hijo cuando la policía le comunicó que debía recoger a uno de sus hijos y pagar una multa de 1,000 pesos.
Cuando regresaba a su casa fue cuando, mediante una segunda llamada telefónica, se le pidió acudir al Complejo de Seguridad de San Andrés Cholula, donde Fernando Cadena, padre del menor, acudió y supo del fallecimiento.
Becerra reprochó que la falta que su hijo cometió no ameritaba su muerte.
En tanto que la versión de Mothe señala un disparo en el pecho, la herida que privó de la vida a Ricardo se encuentra en la nuca.
El policía implicado afirma que se trató de un accidente y que su intención no era lastimar al menor. Asimismo, rechazó que se le perciba como un criminal y pidió perdón a la familia por la pérdida del joven de 18 años.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla consignó a Jaid Mothe por homicidio calificado y abuso de autoridad, delitos por los que no tiene derecho a fianza.
El dictamen de la dependencia determinó que el policía disparó en la nuca a Ricardo cuando ya lo tenía sometido en el suelo, lo que le ocasionó la muerte.