Cuidar bien hoy la piel significa salud para mañana

Martha Mejía
Todo menos politica
Salud de la piel
Foto: Lucas Cobb/Creative Commons

La piel es vital para nuestra salud y bienestar: además de actuar como primera línea de defensa del organismo frente a bacterias y virus, mantiene el equilibrio de líquidos y contribuye a regular la temperatura corporal. Es el órgano más grande y visible, que cubre casi 2 metros cuadrados y representa casi una sexta parte de nuestro peso corporal.

La dermatóloga Ana Lilia Ruelas, miembro de la Fundación Mexicana para la Dermatología, señala que el estado de la piel también puede ejercer un impacto significativo sobre nuestra autoestima, “ya que es el único órgano directamente relacionado con la belleza”.

Este órgano se compone de 3 capas principales: epidermis, dermis e hipodermis, cada una de las cuales está formada por varias subcapas. Los anexos de la piel, como folículos y glándulas sebáceas y sudoríparas, también desempeñan diversos papeles en nuestro organismo.

Epidermis

La epidermis es la capa más externa que vemos y tocamos; nos protege frente a toxinas, bacterias y pérdida de líquidos. Consta de 5 subcapas de células llamadas queratinocitos. Estas células, producidas en la capa más interna, migran hacia la superficie de la piel madurando y experimentando una serie de cambios.

La epidermis es la más capa más vulnerable a los daños medioambientales, como la luz solar que normalmente puede dejarla opaca, seca, arrugada y envejecida.

“De ahí que las cremas corporales sean un buen recurso para cuidar la salud de la piel y de todo nuestro organismo, pues al proteger este tejido contribuimos a mantener una adecuada temperatura corporal y nos protegemos de la acción de microorganismos y agresiones ambientales”, señala en entrevista la dermatóloga Ana Lilia Ruelas.

Dermis

Es la capa intermedia y la más gruesa. Se compone principalmente de fibras de colágeno; estas hacen que la piel tenga propiedades de firmeza y elasticidad. En esta capa se encuentran los vasos capilares y sanguíneos, las glándulas sebáceas y sudoríparas, los folículos pilosos y receptores nerviosos.

“Los problemas que le pasan al pelo y a las uñas también se considera problemas de piel, por que son anexos de ella. Los folículos pilosos contienen las raíces del pelo. Las glándulas sebáceas producen el sebo que lubrica e impermeabiliza la última capa de tu piel. Por otra parte las glándulas sudoríparas ayudan a eliminar las toxinas o residuos del cuerpo; esta capa tiene mucha importancia”, explica la especialista.

Con el paso del tiempo el colágeno y la elastina de la piel se agotan. Por esta razón la piel pierde su humedad y se arruga. Existen cremas faciales que pueden ayudar a incentivar la producción de estas vitales fibras.

Para mantener hidratada esta capa de la piel es necesario aumentar su reserva de agua.

El consumo de agua suficiente durante el día también te ayuda a mantener la hidratación. Si no se bebe suficiente agua se puede deshidratar y ello se reflejará en este órgano. Los especialistas recomiendan beber entre seis y ocho vasos de agua diariamente.

Las cremas hidratantes también son un buen aliado para hidratar a la dermis, ya que contienen macromoléculas que ingresan hasta esta segunda capa y actúan como esponjas de reserva hídrica.

Hipodermis

La hipodermis ayuda a conservar la temperatura corporal, proporciona forma al contorno corporal y le da movilidad a toda la piel. Su grosor puede cambiar dependiendo de las partes del cuerpo y puede ser diferente entre las personas.

El sistema linfático cumple una función importante en la autolimpieza de la piel. Sus vasos corren paralelos a los sanguíneos, circulando la linfa entre la piel y los músculos. La linfa es un líquido claro esencial, pues suministra alimento a la piel y extrae aquellos residuos que no necesita. Si la circulación se interrumpe la piel pierde alimento y se puede causar toxicidad o la generación de otras enfermedades de este órgano.

Para conservar sana esta capa córnea se debe realizar ejercicio, mantenerla hidratada y protegerla del clima y la contaminación.

La clave para la hidratación consiste en restaurar y fortalecer la barrera que captura y fija el agua en las células. Para esto el uso de aceite de girasol, el extracto de castaña u otro exfoliante natural pueden ayudar a fijar el agua y evitar su evaporización.

Por otro lado, realizar ejercicio con regularidad es beneficioso para la salud y es vital para la hipodermis porque fortalece al sistema linfático.

Cuidados a cualquier edad

De acuerdo con la especialista todas las personas deben utilizar cremas faciales y corporales desde temprana edad, además de una ducha diaria con jabón neutro y agua tibia, y usar bloqueador solar si el objetivo es evitar problemas relacionados con cáncer de piel y arrugas prematuras.

Durante pubertad y adolescencia es mucho más frecuente la aparición del acné, que afecta a casi 90% de los adolescentes: “Es necesario que los adolescentes limpien debidamente la piel para evitar la aparición del acné; puede crearse el hábito de aplicar cremas humectantes suaves que se caracterizan precisamente por estar formuladas para pieles jóvenes y poco sensibles”, indica.

Por otra parte en las mujeres jóvenes es frecuente el paño o melasma, que son manchas cafés en la cara que se pueden relacionar con causas hormonales durante el embarazo; hay cremas que ayudan a aminorar esta afectación.

Las mujeres al llegar a la edad adulta comienzan a padecer resequedad tanto en las palmas de las manos como en las de los pies y mayor resequedad en las mucosas; estos son signos de envejecimiento, además de flacidez y manchas por el sol.

“En los adultos mayores los padecimientos relacionados con la piel son resequedad en la piel o comezón; esto es porque la piel se va haciendo incapaz de protegerse y humectarse por sí sola. A esta edad es muy importante aumentar la humectación de la piel, incluso ya no recomendamos el baño diario sino el baño cada tercer día en los adultos mayores”, concluye la especialista de la Fundación Mexicana para la Dermatología.