Jorge, el pedagogo que enseña ‘stop motion’ a jóvenes con adicciones

Juan Carlos Ponce
Stop Motion
Foto: The Community - Pop Culture Geek / Creative Commons

Utilizando la técnica de stop motion, el pedagogo Jorge Pineda Cervantes retrata las experiencias que viven los adolescentes y las expone en cortometrajes, durante los cursos que imparte a jóvenes en situación de riesgo.

La vida en la calle, el alcoholismo, la drogadicción, la violencia familiar y la naturaleza, son algunos de los temas más frecuentes en las sesiones que imparte en el Centro Cultural Digital de la Ciudad de México.

Pineda Cervantes, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que todos los cortometrajes que se realizan en el taller nacen de las historias que proponen los alumnos.

“Algunas son experiencias personales, otras una adaptación de una lectura, incluso sueños. Siempre proyectan algún problema dentro de las historias, pero aparte de plasmarlo siempre dan una alternativa, una solución que difícilmente se lo pueden externar a lo mejor a su papá, a su mamá o a la persona con la que tienen el problema. Incluso están preocupados por el medio ambiente y ellos proponen una solución”, explica.


El cine, su gran pasión

Pineda Cervantes confiesa que su gran pasión es el cine, pero debido a los altos costos que lleva dicha carrera decidió involucrarse en Pedagogía, profesión que más tarde lo acercaría de cierta manera al séptimo arte, pero con la técnica stop motion.

“En el 2005 tuve un primer contacto con la animación en stop motion en una empresa que solicitaba apoyo para un curso de verano. Fui prácticamente a apoyar nada más, pero la idea de trabajar con este recurso ya la traía desde chavito”, relata.

Tras descubrir que su carrera le daba la oportunidad de desarrollar material audiovisual, Pineda Cervantes decidió enfocar la animación hacia los chicos para trabajar valores sociales o cuestiones personales.

“Estando en la carrera dentro de la universidad comienzo a ver convocatorias para concursar con cortometrajes, animación, hacer guión, etc. Dije ‘de aquí soy’ y por ahí me colé”, agrega.


Incluir a todos, la mejor técnica

Pineda Cervantes, quien inició su trabajo con poblaciones en riesgo en el año 2006 en el Museo del Caracol, busca que todas sus sesiones sean entretenidas para atraer la atención de todos los alumnos y lograr una integración completa.

Cada sesión es una nueva prueba para el pedagogo, si bien es cierto que sus conocimientos lo respaldan, debe saber afrontar cada situación que se le presente, por ejemplo: cuando hay un una persona con una discapacidad.

Durante una de las sesiones en el Centro Cultural Digital, el pedagogo utilizó una técnica donde pidió a los alumnos “bloquear” uno de sus sentidos o extremidades, para que otro de los chicos con una discapacidad, no se sintiera excluido.

“Si en algún momento se llegan a encontrar con otra persona en otra condición desfavorable, el punto no es que lo excluyan, sino que también los integren y se integren con ellos”, subraya. “En este caso por eso omití un sentido o una extremidad para que se sintieran ‘limitados’. Si creen que su compañero está limitado están equivocados, pero para que vean que a él le ha costado trabajo desenvolverse y ser aceptado”, agrega.   

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Pedagogía no es sólo tomar un curso

Pineda Cervantes hace énfasis en aclarar que un buen pedagogo no sale de un curso, porque para trabajar con jóvenes se deben manejar diferentes estrategias, dinámicas y técnicas.

“Muchos dicen tómate un curso de pedagogía, tómate unas técnicas de pedagogía, no, error. Es todo un proceso, por eso es una carrera, una licenciatura, pero más que eso es un estilo de vida”, señala.

De acuerdo con el pedagogo, esta profesión se enriquece con todo lo que se aprende en las asignaturas que se imparten a lo largo de la carrera.

“En la universidad te enseñan estrategias, dinámicas y técnicas para saber qué hacer en tal situación, cuando te enfrentes con una población con ciertas características, cómo puedes llegarles, cómo puedes tocar la fibra sensible para que participen”, explica.

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Un pedagogo rockero

Entre los próximos planes de Pineda Cervantes, quien es un rockero de hueso colorado, están tener una escuela de programas digitales y grabar un video con uno de sus grupos favoritos.

“Soy rockero de corazón, el rock abre siempre más y más puertas, pautas y géneros. En el rock puedes escuchar desde sonidos afroamericanos, clásicos, hasta norteña, cumbia lo que tú quieras. Lo bonito es la diversidad que hay dentro de la cultura del rock”, explica. “Tengo una infinidad de grupos con los que a mi me gustaría participar, así como que ‘órale les hago un video’. De los que me he quedado con la idea definitiva de participar con ellos son Led Zeppelin, U2 y La Cuca.

Otro de los sueños de Pineda Cervantes es tener una escuela de artes visuales donde se impartan clases de animación, cine documental, proyectos multimedia, realidad aumentada y los talleres típicos de la cultura.

La distinción de la escuela que platea el pedagogo es que sería un plantel itinerante que recorrería todo el país, sobre todo las comunidades más pobres, donde la tecnología todavía es algo desconocido.

“Lo que queremos hacer es ir hasta allá, hasta la gente, o sea llegar hasta comunidades indígenas, si ellos no pueden venir nosotros vamos, la cuestión es armar cuadrillas o tener una unidad móvil de cine para llegar y crear cortometrajes y tener todo ahí, así como la biblioteca móvil.