Héctor, el joven que llena de sonidos al Metro

Juan Carlos Ponce
H-Ham
Foto: Juan Carlos Ponce

“Si toda la gente fuera feliz seriamos una civilización más avanzada”, es lo que opina Héctor, alias H-Ham Beatbox, quien cada tarde pasea por las diferentes estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro para demostrar que el cuerpo humano puede convertirse en una caja de ritmos.

Desde hace 5 años, utilizando un micrófono y una bocina, Héctor se sube a los vagones del Metro para deleitar a los usuarios de este sistema de transporte y, de paso, ganarse unas monedas.

El joven recuerda que llegó al mundo de la música por casualidad, luego de que un día un amigo le propuso subirse a un micro para “echarse unas rimas”.

“Yo tenía 15 años cuando me subí (a hacer sonidos) al primer camión, pasó año y medio y me subí al Metro. A los 17 años empecé a hacerlo diario, antes nada más lo hacía 3 veces a la semana”, explica.


El arte del beatbox

De acuerdo con Héctor, saber llevar los tiempos es lo primero que debe aprender una persona que quiera destacar en el arte del beatbox.

“Con todas las palabras puedes crear música y por ejemplo los escraches son solamente palabras. El bombo es la letra P, nada más el sonido de la P. Tienen que aprender la fonética de las palabras y también como que irlas adaptando como musicalmente”, indica.  “La técnica que yo les recomiendo es que aprendan a utilizar muy bien su vocabulario, la fonética, las vocales, toda la pronunciación aprenderla a hacer como un sonido musical”, agrega.


Policías, los malos del cuento

Héctor señala que contrario a lo que mucha gente podría pensar, trabajar en el Metro se “disfruta mucho” porque es una forma de estar fuera del sistema y demostrar el talento.

“Está muy bueno trabajar aquí, hay mucha gente sí reconoce el talento, reconoce que hay buenos artistas y aparte de que te apoyan, a veces hasta te contratan. Aunque luego la gente no anda con mucho dinero y eso lo entiendo y es ahí cuando un artista debe demostrar de lo que está hecho”, explica.

A pesar de que a veces tiene que lidiar con los operativos de seguridad, asegura que si colocara en una balanza las cosas buenas y malas de trabajar en el Metro, ganarían las positivas.

“Lo único malo es la policía, pero los policías no tienen la culpa a ellos los mandan para llevarse ambulantes y vendedores,  pero hasta eso no todos los polis son malos, hay algunos que sí respetan el arte, te ven sin bocina que sólo te estás expresando artísticamente y no te llevan”, apunta.

Héctor jamás pensó que la técnica que aprendió viendo videos de beatbox en Internet se convertiría en la profesión que lo llevó a acaparar muchísimas miradas.

“En el Metro aprendí a expresarme más con la expresión corporal, he tratado de ser como que más auténtico, porque en el Metro obtienes más miradas si haces un buen trabajo, pero ya cuando tienes muy buenas miradas tienes que aprender a ser auténtico en tu trabajo”, apunta.


Graba su primer disco

La pasión por la música lo llevó grabar su primer disco titulado “Alumbramiento”, donde el joven plasmó las experiencias que vive a lo largo del día.

“Mi disco lo grabé en 2 estudios semiprofesionales, caseros pero con buenos aparatos. Primero lo grabé en Aragón con unos cuates que se llaman N4.5 Récords, grabé 5 rolas ahí y terminé grabando las otras en Mantenme Récords. Después de que terminé ese disco de 15 canciones saqué otras 2 rolas para un mixtape con Fisko 23. “En mis rolas siempre traté de ser reflexivo. Hablo mucho de lo que yo hago en el parque donde patino, por ejemplo hay una canción sobre lo que hago aquí en el Metro, hay una historia sobre unos faquires que se avientan a los vidrios, hay varias cosas”, agrega.


Apoya a otros jóvenes

Entre los planes de Héctor está lanzar su propio estudio de grabación para ayudar a otros jóvenes que estén interesados en la música, en especial en el rap y el hip hop.

“También estamos haciendo instrumentales, ando vendiéndole instrumentales a la banda que rapea aquí en el Metro, se los dejó a precios muy accesibles, igual yo luego no le gano mucho por venderlos muy baratos pero lo que quiero es apoyar, apoyar a la banda del hip hop”, indica.

Ser músico, lo mejor

Héctor acepta que vivir de hacer lo que le gusta es “como un sueño” porque puede expresar sus ideas, animar a la gente y llevar su mensaje.

“A lo mejor no soy de esos artistas que tienen mucho dinero o que salen en revistas, pero eso solamente es superficial lo que cuenta es el mensaje y como siento que doy un buen mensaje en mi show me siento muy satisfecho con mi trabajo. Estoy en un buen lugar”, indica.

De acuerdo con el músico, los jóvenes que buscan involucrarse en el mundo del beatbox deben ser “sinceros y auténticos con ellos mismo y con las demás personas”.

“En el hip hop lo que necesitas es sinceridad, ser real. El consejo sería que sean auténticos con ellos mismos, porque si eres auténtico contigo mismo lo serás con los demás. Y si eres auténtico con los demás les vas a gustar”, agrega.

Héctor presenta su espectáculo en la Línea 4 del Metro de Santa Anita a Martín Carrera, en la Línea 5 de Consulado a Pantitlán y en la Línea B de Oceanía a Buenavista.

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