Alimentación sana y ejercicio, mancuerna perfecta

Lorena Ríos
Todo menos politica
Alimentación sana y ejercicio, mancuerna perfecta
Foto: NTX

Una alimentación nutritiva y balanceada, aunada a la realización de actividad física continua, permiten a las personas de cualquier edad prevenir la acumulación de grasa abdominal y visceral, así como una larga lista de enfermedades del corazón, de los sistemas circulatorio e inmunológico, y diferentes tipos de cáncer; pero lo principal es que generan la energía para llevar a cabo diversas tareas cotidianas como asistir al trabajo, a la escuela, practicar un deporte o realizar actividades artísticas, entre otros.

Cuando no se realizan estas dos funciones a la par se originan los problemas de sobrepeso y obesidad, porque la ingesta de calorías es mayor a lo que el organismo consumirá o quemará.

De ahí las personas empiezan a acumular y a ganar peso, advierte Raúl Morín Zaragoza, presidente fundador de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO).

El especialista resalta que existen cinco factores que generan la ganancia de peso: consumo de bebidas de alto valor calórico, aguas saborizadas y endulzadas; actividad física moderada en las escuelas; factores genéticos; vivir en un ambiente obesogénico, donde las personas de las grandes urbes tienen mayor disponibilidad de alimentos con un contenido de alta densidad energética o “comida chatarra”; así como factores conductuales, que consisten en alimentarse sin tener apetito y frente al televisor o algún dispositivo móvil, lo cual puede producir trastornos alimenticios como anorexia y bulimia.

Recomendaciones

Morín Zaragoza precisa que para prevenir, atender y superar los problemas de sobrepeso y obesidad hay varios puntos clave.

Uno tiene que ver con promover una ingesta saludable y variada de alimentos, con una distribución correcta de todos los grupos. “En los niños con problema asociados debe dárseles una dieta disminuida en 25 a 30% de las calorías requeridas”, indica.

Otro punto es el ejercicio. El más completo y adecuado para cualquier edad es la marcha o caminata, la cual debe iniciar de forma leve. También debe acompañarse de una atención farmacológica y terapia cognitivo-conductual; es decir, promover el cambio de patrones de conducta y de pensamientos disfuncionales que caracterizan a las enfermedades relacionadas con sobrepeso y obesidad.

Principalmente, resalta el fundador de AMEO, debe ponerse atención en las costumbres familiares, pues 60% de las personas considera que el origen del problema se encuentra en ese entorno. De ahí la importancia de que se involucren todos y cambien a un estilo de vida más saludable, que favorezca un ambiente más sano en términos no solo alimentarios, sino también emocionales y conductuales.

Obesidad femenina

En México 73% de las mujeres presenta algún grado de obesidad o sobrepeso y esto se encuentra relacionado con diversos factores, como la conducta alimentaria, la falta de actividad física y los patrones de consumo de alimentos.

Aunado a ello existen otros, como los antecedentes genéticos, la edad, cambios hormonales, efectos secundarios de medicamentos como anticonceptivos hormonales y antidepresivos, y el embarazo, plantea por su parte Osama Hamdy, director médico del Programa Clínico de Obesidad en la Clínica de Joslin en Boston.

El especialista resalta que “la obesidad es un problema creciente, al grado de alcanzar proporciones epidémicas a nivel mundial. Esta condición genera la muerte de más de 2.8 millones de personas; asimismo, 44% de la carga de diabetes y de 7 a 41% de la carga de algunos tipos de cáncer son atribuibles a la ganancia de peso”, advierte.

Respecto de la obesidad femenina, se reporta un aumento significativo en los últimos años: de 1988 a 2012 la obesidad en mujeres de 20 a 49 años se incrementó de 9.5 a 35.2%, de acuerdo con datos de la Encuesta nacional de salud y nutrición (Ensanut), donde se demuestra que esta condición es 3.6% mayor en las mujeres que en los hombres.

Tratamiento personalizado

En este sentido, Pedro Gutiérrez Castrellón, director del Centro de Investigación Transnacional en el Hospital Manuel Gea González, expresa que “debemos fomentar el diseño de nuevas estrategias de prevención y tratamiento para disminuir la incidencia de pacientes obesos. La pérdida de peso debe ser el tratamiento inicial en las pacientes que asistan a recibir atención médica; cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes existen tratamientos coadyuvantes para lograr las metas de manera integral y personalizada que solo el médico puede indicar”.

Insiste en señalar que es necesario que las personas con sobrepeso u obesidad acudan a las clínicas o centros hospitalarios, porque los médicos especialistas son los que pueden evaluar el impacto de la carga de la enfermedad a través de una evaluación diagnóstica integral. Cada persona requiere de un abordaje individual en su tratamiento para poder hacer un cambio significativo en su estilo de vida.

Sobre las afectaciones que provoca la obesidad en las mujeres, Julio Morfin, director de la Clínica de Climaterio de Santa Teresa México, señala en tanto que “las consecuencias de la obesidad femenina son serias, tanto en el aspecto sicosocial como en la salud de las mujeres, pues aumentan el riesgo de infertilidad, ovarios poliquísticos, preeclampsia, diabetes gestacional y complicaciones obstétricas en el momento del parto”.

Finalmente, señala que es importante concentrar todos los esfuerzos en continuar con las estrategias de prevención y control de sobrepeso y obesidad que hasta ahora se han llevado a cabo en México, ya que actualmente no existe evidencia que permita inferir que la obesidad disminuirá en el país”.

Por ello, las políticas públicas para su prevención y control deberán intensificarse y mejorarse, concluye el especialista.