Rubén, el músico que utiliza el arte para ayudar a discapacitados

Juan Carlos Ponce
Rubén Salinas
Foto: Creative Commons

La música es una manera de canalizar las ideas ”, así lo considera el maestro Rubén Salinas Espinoza, quien desde hace seis años utiliza ritmos y melodías para apoyar a jóvenes con capacidades diferentes.

Relacionarse con un familiar con discapacidad auditiva hizo que Salinas Espinoza descubriera su facilidad para trabajar con personas con capacidades distintas. Esta conexión especial lo llevó a dar clases de música en una comunidad judía en 2010.

Salinas Espinoza recuerda que no fue una tarea fácil, ya que primero tuvo que vencer el miedo que ataca a los seres humanos cuando están apunto de iniciar una nueva tarea. Tras superar dicho obstáculo, el joven aceptó el desafío de apoyar con clases de música a niños con autismo y Síndrome de Down.

Tras dicha experiencia, en la que aprendió a sensibilizarse y lograr una mejor comunicación con los menores, Salinas Espinoza decidió comenzar a dar clases de música a personas con capacidades distintas, en su estudio ubicado en la colonia Doctores, de la delegación Cuauhtémoc.


Música, la mejor terapia

Salinas Espinoza, quien estudió en la Escuela Superior de Música del INBA, señala que uno de los momentos más agradables de su trabajo es cuando los papás de sus alumnos descubren todo lo que pueden lograr sus hijos.

Entre los casos de rehabilitación gracias a la música está la historia de Itzel, una de sus alumnas, quien al nacer fue diagnosticada con un síndrome en los huesos que le impedía tener movilidad.

“A través de la música empezó a llevar el ritmo, y ese mismo ritmo la llevó a tratar de agarrar las cosas y así poco a poco se empezó a poner de pie. Gracias a la música empezó a fortalecer sus músculos y así fue como poco a poco comenzó a caminar”, relata. 

El instructor aclara que durante los primeros años de vida de Itzel, quien ahora rebasa los 20 años de edad, fue otro profesor quien la inició en la música de una manera empírica. Por tal motivo, la función de Salinas Espinoza es completar su conocimiento y enseñarle a leer la música.

“Llevo dos años trabajando con ella, pero una vez me sorprendió cuando me dijo: ‘tengo muchas ganas de tocar una canción pero no sé cómo se llama’, le pregunté cuál y ella comenzó a tocar el tema en el piano igualito a como la escuchó”, explica.

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El miedo, el principal obstáculo

El miedo y los extremos cuidados que tienen los papás de niño o jóvenes con alguna discapacidad, es uno de los obstáculos que debe superar el maestro para poder ayudar de una mejor manera a sus alumnos.

Según Salinas Espinoza, en ocasiones son los padres quienes, sin así desearlo, limitan u obstruyen el desarrollo de sus hijos.

“Los papás se limitan mucho al diagnóstico de los doctores, porque dicen ‘mi hijo no puede mover la mano, es que mi hijo no pueda aprender’. Llegan conmigo y poco a poco se dan cuenta que era un error porque el niño aprende”, indica.

Para que los papás tomen confianza y vean de qué se trata una clase de música, Salinas Espinoza realiza tres primeras clases de muestra para que identifiquen cómo es la dinámica.

Música desde el vientre materno

Salinas Espinoza asegura que la educación musical es una materia que debería estar presente en todas las escuelas “porque si todos tomáramos clases de música conoceríamos otra manera de vivir. Sería una vida más armónica”.

Según el instructor, nuestro primer encuentro con la música debería ser desde que estamos en el vientre de nuestra madre porque es algo que nos genera tranquilidad y hace que vayamos identificando los sonidos.

“Tenía una alumna que estaba embarazada tomando clases de música, aquí escuchábamos conciertos y temas de Mozart. Cuando nació su bebé, la mejor manera de calmarla cuando estaba llorando era con música. Era como mágico”, relata Salinas Espinoza.

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Rock y música clásica

Salinas Espinoza, quien de niño inició su vida musical cuando pasaba horas escuchando un cassete con sonidos de piano, comparte que la música clásica y el rock son los géneros que tienen un lugar en su corazón.

La música clásica es “una bella costumbre” que le heredaron sus padres, mientras que el rock es un género que llegó más tarde a su vida y lo llenó de enseñanzas; entre ellas, que “la música es una manera de expresar los sentimientos y canalizar las ideas de una manera buena. Si estoy enojado puedo golpearte, pero en vez de eso mejor hago una canción muy fuerte, al estilo del rock que llaman pesado”.

El instructor asegura que todas las personas pueden llegar a tocar un instrumento, todo depende de las ganas y la constancia que se aplique en dicha actividad.

A sus 29 años, Salinas Espinoza afirma con orgullo que logró romper el estereotipo que hay entre la gente de que “como músico te mueres de hambre”, ya que gracias a sus clases puede vivir de hacer lo que le gusta.

Salinas Espinoza abre la invitación para que la gente interesada en aprender a tocar un instrumento se acerque a su estudio. Deja claro que no importa el rango de edad de los asistentes pues trabaja con niños, jóvenes y hasta con adultos mayores.

El único requisito es que sean constantes, lleguen con muchas ganas de aprender y consigan el instrumento que quieran tocar, para que puedan ensayar desde casa.

El instructor de piano puede ser contactado a través de la página de Facebook Arte Estudio o al teléfono 044 55 34235284

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