Hepatitis C: enfermedad silenciosa y curable

Fatiga, pérdida del apetito, dolor muscular y articular, ansiedad o depresión y dolor leve en la zona superior del abdomen son parte de los síntomas.

Lorena Ríos
Todo menos politica
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Foto: ZaldyImg/Creative Commons

La hepatitis C es una enfermedad más común de lo que se piensa y los síntomas pueden presentarse hasta 20 o 30 años después de adquirida la infección, la cual afecta a 180 millones de personas en el mundo y a 1.7 millones de mexicanos, de los que entre 50 y hasta 75% no sabe aún que tiene la enfermedad.

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Señales

Enrique Wolpert Barraza, presidente del Comité Científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa), aseguró que además de no contar con información, la mayoría de las personas con infección crónica por el Virus de la Hepatitis C (VHC) no presenta síntomas, lo que ha hecho que se le denomine como enfermedad silenciosa.

Detalla que fatiga, pérdida del apetito, dolor muscular y articular, ansiedad o depresión y dolor leve en la zona superior del abdomen son parte de los síntomas que se presentan cuando la enfermedad está avanzada, pero aún así con un tratamiento oportuno puede evitarse cirrosis o cáncer hepático.

“Si no se sabe que se tiene la enfermedad, pues entonces no se va a proteger a las personas que están cerca, la familia o amigos. Es un trauma devastador que a alguien que se siente tan bien de salud, que desea ir a donar sangre, le digan que no lo puede hacer porque tiene hepatitis”, menciona el especialista.

María Teresa Rizo Robles, presidenta de la Asociación Mexicana de Hepatología, dice a su vez que un número importante de los pacientes ha sido diagnosticado de manera fortuita, en especial cuando tienen la intención de donar sangre para algún familiar que será sometido a un procedimiento quirúrgico.

Se calcula que hay una incidencia de 19 mil nuevos casos por año en el país y es posible que se duplique, advierte.

Rizo Robles expone que el diagnóstico temprano es vital para localizar a los pacientes infectados y brindarles el tratamiento oportuno, con lo cual se puede mantener a raya la infección o incluso se puede curar. Además, señala que se debe cambiar el estilo de vida, evitar la acumulación de grasa abdominal, alcoholismo y sedentarismo para impedir que la infección avance y el daño al hígado sea más severo.

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Paciente con VHC

“Yo sé que tengo hepatitis C; nací en Campeche; tengo 42 años con la enfermedad; me contagié de este virus por una transfusión en 1975, probablemente por mi profesión, ya que soy cirujano dentista y me tocó vivir en la época en que los guantes no eran indispensables, así que el contagio es incierto”, menciona Miriam Castellot, paciente y presidenta de Unidos por una vida mejor AC.

Comparte que en 2000 empezaron síntomas como dolores de cabeza, articulares, musculares, mareos y agotamiento físico. Cuatro años después las molestias aumentaron. “Sabía que algo no estaba bien. Empecé con sangrados nasales y vaginales, por lo que acudí a mi ginecólogo, quien por cierto regresaba de un congreso donde se había hablado de la hepatitis C, un virus desgastante que nos ocasiona un deterioro en nuestro organismo y yo no lo sabía. Al verme, me hizo los estudios y salió el diagnóstico”, expone.

Miriram Castellot agrega que ya pasaron 25 años. “Gracias al diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado tengo una calidad de vida muy buena, sin haber negativizado, porque desde que supe que tenía el virus empecé con terapia. Por eso me interesa que la información llegue a más personas y que se hagan la prueba. Es una gotita de sangre que nos puede indicar si existe o no la infección”, señala.

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Tratamiento

En la actualidad, en México se cuenta en el sector público (IMSS, ISSSTE y Seguro Popular) con los medicamentos antivíricos que pueden curar la infección por VHC. Se trata de PEG Interferón, el cual se combina con el antiviral ribavirina, mismos que “no solo reducen la carga viral del paciente sino también ayudan a la no progresión del daño hepático”, precisa Diego Armando Luna, gerente médico de Virología de laboratorios Roche.

Adelanta el especialista que vienen nuevas moléculas resultado de mucha investigación clínica. Son inhibidores de la proteasa e inhibidores de polimerasa, que reducen el tiempo de tratamiento, lo cual dependerá del genotipo que presente cada paciente, y la duración de la terapia oscila entre 24 a 48 semanas y con un porcentaje mayor de remisión de la carga viral.

“Tenemos que eliminar los mitos de que la hepatitis C es una enfermedad crónica, degenerativa y que no se cura, porque afortunadamente podemos hablar de curación en estos casos”, añade Luna.

Precisa que estas moléculas aún no están disponibles en México por los trámites que deben realizarse para su inclusión en el Cuadro Básico y porque están en proceso los permisos que otorga la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Reconoce que las nuevas terapias son de costo elevado, por lo que no estarán disponibles para la mayoría de los pacientes. Sin embargo, con las herramientas farmacológicas existentes se ha podido dar la batalla a la enfermedad, donde incluso hay remisión.