Santuario de las luciérnagas

Martha Mejía
Todo menos politica
Espectáculo de luciérnagas
Foto: NTX

Al caer la noche durante los meses de junio y agosto en Nanacamilpa, Tlaxcala, se puede apreciar uno de los fenómenos naturales más extraordinarios de la naturaleza, el “avistamiento de las luciérnagas”, que durante una hora llenan con su luz los parajes boscosos del bosque convirtiéndolo en escenario místico y lleno de magia, por lo que este municipio se convierte una vez al año en el Santuario de las luciérnagas.

Nanacamilpa (Tierra de hongos) se localiza al poniente del estado de Tlaxcala, a dos horas del Distrito Federal, y se puede acceder al lugar a través del Centro Ecoturístico Piedra Canteada. Su zona boscosa está compuesta por oyamel, encino y pino.


Se caracteriza por su clima templado y húmedo a una altura de dos mil 800 metros sobre el nivel del mar. Es un ecosistema ideal para el Santuario de las luciérnagas, donde se cuida, protege y preserva el patrimonio natural de esta región.

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Luces de noche

Las luciérnagas pertenecen a la familia Lampyridae, un tipo de escarabajo del orden Coleoptera. En todo el mundo hay alrededor de dos mil especies de luciérnagas.

En México se distribuyen 22 géneros y el número de especies registradas en el territorio nacional asciende a 164, de las que 84 son endémicas, de acuerdo con un estudio realizado por el Departamento de Zoología del Instituto de Biología de la UNAM, encabezado por el doctor Santiago Zaragoza Caballero.

Sin embargo, la especie que se ubica en la zona de Nanacamilpa, la Macrolampis palaciosi, no coincide con ninguna de las conocidas y es considerada como nueva especie propia de la región.

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María del Carmen Morales, habitante de la zona y guía de Piedra Canteada, explica durante un recorrido por el santuario que las luciérnagas son lampíridos, es decir, insectos con la característica de emitir luz: “Por ello su lenguaje es la luminiscencia: encendido quiere decir disponible; apagado, ocupado”.

Así, el ritual de apareamiento solo es visible durante 60 minutos para los visitantes, más o menos entre las 20:30 y las 21:30 horas.

Este espectáculo tan poco habitual se debe a un proceso químico muy complejo: “Las luciérnagas tienen la capacidad de generar luz por medio de un órgano especial que se encuentra en la parte inferior de su abdomen, a través de una oxidación de hidrógeno y carbón. Tal proceso es conocido como bioluminiscencia”, explica.

El ciclo de vida de la Macrolampis palaciosi es de dos años y en este tiempo la luciérnaga pasa por cuatro estados: huevecillos, larva (etapa que dura un año nueve meses), pupa (similar al capullo de las mariposas) y etapa adulta, que es cuando ocurre el avistamiento.

Para el recorrido por los senderos del bosque se pide a los visitantes respetar un reglamento que prohíbe encender cualquier tipo de luz, ya sea de celulares y tabletas electrónicas, o tomar fotografía con flash, pues altera su ritmo de intermitencia y confunde a las luciérnagas; no se debe fumar y mucho menos beber bebidas alcohólicas, así como evitar dejar cualquier tipo de basura.

Asimismo, antes de iniciar el recorrido por los senderos los guías realizan actividades de integración y meditación con los grupos participantes a fin de que el visitante se sensibilice con su entorno. También se cuentan leyendas, cuentos y fábulas.

De acuerdo con Genaro Rueda, responsable del desarrollo turístico Piedra Canteada, se calcula que 20 mil personas visitan el bosque durante esta temporada, cada fin de semana, “distribuidos en distintos centros ecoturísticos”.

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Santuario

El Santuario de las luciérnagas se compone de 200 hectáreas que fueron declaradas por el gobierno federal como Área Natural Protegida luego de que hace nueve años se descubrió que este pequeño insecto se aparea en los bosques de Nanacamilpa, por lo que la comunidad pidió proteger a esta especie endémica, aunque fue hasta hace dos años que le otorgaron el certificado.

Junto con la certificación, los gobiernos estatal y federal apoyan con recursos a los pobladores de Nanacamilpa para evitar la depredación de los bosques, lo que pondría en riesgo a la luciérnaga, por lo que a través de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha otorgado más de 60 millones de pesos a Tlaxcala para recuperación de áreas protegidas.