¿Crisis en el Partido Republicano?

La situación de incertidumbre y división dentro del Partido Republicano afecte sus prospectos para las elecciones presidenciales de 2016.

Gabriela Guajardo
Columnas
Partido Republicano
Foto: Aaogo/Creative Commons

El 25 de septiembre pasado, John Boehner, el líder de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos, sorprendió al anunciar que dejaría su puesto. Desde que se convirtió en líder de la cámara baja en 2011 el republicano ha tenido el reto de negociar con facciones extremistas al interior de su partido, que exigen cada vez más recortes al gasto público y proponen medidas que son imposibles aprobar con Barack Obama a la cabeza del Poder Ejecutivo.

La salida de Boehner es un reflejo más de las divisiones al interior de su partido. El legislador de Ohio fue impulsado a lo largo de su carrera por políticos afines al Tea Party, ya que ideológicamente comparten mucho. Sin embargo al llegar al liderazgo de la cámara baja, Boehner tuvo que balancear entre presiones de los grupos más conservadores del partido y el liderazgo del mismo.

Uno de los conflictos que precipitó la salida del líder republicano fue una amenaza de legisladores del Tea Party. John Boehner estaba trabajando en un acuerdo para incrementar el techo de la deuda estadunidense para evitar que el gobierno tuviera que cerrar sus puertas. Sin embargo legisladores conservadores como Ted Cruz, precandidato presidencial, anunciaron que no votarían a favor de cualquier medida que provea de fondos a Planned Parenthood, una clínica de salud sexual que entre los muchos servicios que ofrece también realiza abortos.

Esta no es la primera vez que Boehner experimienta algo así. La última vez que el gobierno estadunidense cerró sus puertas en 2013 los mismos grupos extremistas en el Partido Republicano se rehusaban a votar por cualquier medida que fondeara la Reforma de Salud de Obama.

Boehner ha tenido que satisfacer a esos grupos en el pasado para no perder su posición de liderazgo. Sin embargo en esta ocasión ya no tiene nada que perder, pues ya renunció a su puesto. Se prevé que de aquí a octubre, cuando salga definitivamente del puesto, utilice esta posición de ventaja para promover un presupuesto que suba el techo de la deuda y mantenga el gobierno a flote a corto plazo.

¿Y las elecciones?

Sin duda hay a quienes preocupa que la situación de incertidumbre y división dentro del Partido Republicano afecte sus prospectos para las elecciones presidenciales de 2016. Si los republicanos se oponen a subir el techo de la deuda una vez más, la opinión pública los podría castigar y afectar los comicios. Aunado a esto están los comentarios de algunos de los precandidatos como Donald Trump, Ted Cruz y Marco Rubio, que han capitalizado con la salida de Boehner. Estos candidatos han apelado al sentimiento antigobierno que existe entre los más conservadores entre el electorado republicano y celebraron la salida del líder.

Sin embargo sus posturas ultraconservadoras serán menos apetecibles conforme avance el proceso electoral, ya que para ganar también tienen que apelar al público general. Es por esto que la sucesión del líder de la cámara tendrá mucho significado. Habrá que ver si el liderazgo del partido toma las riendas y promueve a un legislador con un perfil más conciliador para proteger la reputación del partido. De otra manera, la contienda primaria podría subir de tono y terminar por darle ventaja a los demócratas.