El deshielo

Buena Vista Social Club se convertió en el primer grupo proveniente de Cuba en actuar en la Casa Blanca. 

Pablo Reyes
Columnas
Buena Vista Social Club
Foto: AP

En un hecho inédito e insólito, Buena Vista Social Club se ha convertido en el primer grupo musical proveniente de Cuba en actuar en la Casa Blanca en más de medio siglo de gélidas relaciones entre Estados Unidos y la isla caribeña.

Son muchas las tablas que Omara Portuondo ha adquirido a lo largo de su extraordinaria carrera musical, más larga aún que el conflicto entre Washington y La Habana, por lo que a la artista no le causa impresión el haberse convertido el pasado jueves 15 de octubre en la primera asentada en Cuba que se presenta ante el presidente Barack Obama, como lo señala en un comunicado.

Aun así, Portuondo, nacida en La Habana en 1930, es consciente de que a partir de este hecho su nombre forma parte de la historia, al pisar junto con compañeros de escenario como Eliades Ochoa el lugar desde donde se tomaron las decisiones que durante más de 50 años marcaron la hostil relación con Cuba.

Y tampoco olvida que tuvo la oportunidad de ver cara a cara al presidente que ha ordenado el principio del fin de esa enemistad histórica al iniciar oficialmente el pasado 17 de diciembre la normalización de relaciones con la isla, hecho que con este concierto tan especial se afianza todavía más.

“Dicen que es la primera vez que se presentan músicos cubanos; está bien, nos satisface mucho, es una oportunidad muy bonita, muy hermosa de representar a nuestro país y a nuestra música. Eso es muy importante”, señaló Portuondo en conferencia de prensa desde California, hasta donde la ha llevado Adiós, la gira de despedida del Buena Vista Social Club antes de su cita en Washington.

Pero su objetivo ante su presentación en la Casa Blanca, en una velada para celebrar el Mes de la Herencia Hispana, es el mismo, asegura, que el que se marca en cada una de sus actuaciones: lograr que el público disfrute, ya se trate de presidentes o personas comunes y corrientes.

“Es una de las cosas importantes para el ser humano que haya disfrute, porque la vida es fuerte y por lo menos ese ratico de concierto lo pasan muy bien”, señala Portuondo. “Mostramos al mundo lo nuestro, lo cubano y lo hacemos con el gusto de siempre”, apunta la artista, ya que en sus palabras “la música no tiene fronteras”.

Un poco más

Si hay algo que lamenta en todo caso la artista es que no hubo oportunidad de que actuara la banda completa, por problemas de espacio. Pero quien no faltó al magno evento fue Eliades Ochoa, el otro integrante original del grupo que en 1996, bajo la batuta de Ry Cooder, inició la leyenda del Buena Vista Social Club.

Omara Portuondo es reacia a hablar de política, incluso en estos momentos en que con la normalización de relaciones resulta inevitable buscar en cada gesto o palabra una señal. Lo suyo siempre fue la música y eso, subraya, no entiende de fronteras. “La música es una cosa universal, no tiene paradas; no hay nada que pueda parar a la música, se expande como el aire, como la lluvia, como el ciclón; porque es natural, es la naturaleza, la música no tiene fronteras”, insiste.

La música le da vida al ser humano, es el espíritu, el corazón, la alegría de vivir”, destaca la vivaz octogenaria, quien ya arrancaba encendidos aplausos a ambos lados del Estrecho de la Florida antes de que la política congelara las relaciones que el pasado jueves 15, con su actuación, volvieron a estrecharse un poco más.