Nombres poderosos

“Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos”. José Saramago.

Daniela Suárez
Todo menos politica
Nombres
Foto: Creative Commons

¿Qué hay detrás de un nombre? Quizá exista una persona, quizá dentro de ella habiten esperanzas, expectativas, sueños, frustraciones, miedos, anhelos y sensaciones. Un nombre conlleva de manera implícita una historia, un pasado, un presente y un futuro que deviene. Todos tenemos nombres. Pero, ¿qué existe detrás de ellos?

Los nombres pueden ser una ventaja o representar también un bache en el desempeño profesional. Aunque suene difícil de pensar, los nombres nos ayudan a llevar la delantera, pero también nos pueden perjudicar y encaminar a firmar una sentencia.

Existen varios ejemplos para simplificar este pensamiento. Cuando conoces a una persona y no logras pronunciar su nombre de manera correcta puede ser perjudicial, puesto que la habilidad que tenemos al pronunciar el nombre de una persona se relaciona directamente con la manera como nos sentimos hacia ella.

Estamos condicionados: cuando nuestro cerebro cree que algo es difícil de entender, suponemos de manera inmediata que aquello que no entendemos es el equivalente a tomar un riesgo innecesario.

¿Sabías que cuando las compañías tienen nombres sencillos y simples de pronunciar reciben mayores inversiones que aquellas que tienen nombres que no son fáciles de recordar?

Los nombres son una fuente rica de información, dan señales de género, etnicidad y clase. También tienen una connotación que nos ayuda a identificar la personalidad, ya que llevan características de cercanía, humor y moralidad.

Investigadores de las universidades de Melbourne (Australia), Leuven (Bélgica) y Nueva York (EU) realizaron cinco estudios en los que se dedicaron a analizar las diferencias entre los nombres de más de 600 estudiantes internacionales de 19 a 55 años, para poder identificar las posibilidades que tenían de encontrar un trabajo. Al analizar fonéticamente los nombres y hacer varias combinaciones intercambiando los nombres y apellidos de los investigados, se percataron de que aquellas personas que tenían nombres cortos, fáciles de pronunciar y aquellos nombres que sonaban más firmes y responsables tenían mayores posibilidades de ser contratados que aquellas personas que tenían nombres difíciles.

Elemento

Dentro de los cinco estudios publicados en el Journal of Experimental Social Psychology, los investigadores también se percataron de que las mujeres que estudiaban leyes y tenían nombres que podrían sonar masculinos elevaban su probabilidad de ser contratadas en una firma reconocida.

En los resultados los expertos aseguran que los nombres nos afectan de manera significativa, puesto que también influencian la forma en la que pensamos y recordamos a las personas.

Esta situación también aplica en la política: los nombres pueden afectar en cierta medida las candidaturas; es decir, es más factible que las personas voten por alguien que tenga un nombre que les suena familiar en vez de votar por una persona que tiene un nombre que no les resuena.

Más allá de tener un peso o una ventaja, nuestros nombres nos crean una identidad y nos regresan al elemento más entrañable de nuestra existencia: ser.