El gran poeta Federico García Lorca (1898-1936), fusilado cobardemente durante la Guerra Civil Española, acusado de homosexual y cuyo cadáver terminó en una fosa común sin que hasta ahora se haya podido rescatar, es considerado el escritor ibérico más significativo, popular e influyente del siglo XX.
Exploró con gran talento en la poesía, la dramaturgia y la prosa, pero gracias a su gran energía y genialidad también tuvo cercanía a la música (que fue donde se inició como artista desde su infancia), el arte escénico, la labor editorial y la difusión de la cultura durante su corta aunque muy intensa vida.
Viajero apasionado conoció y tuvo estancias largas en Nueva York, Montevideo, Buenos Aires, La Habana y Madrid. Incluso quedó pendiente su ansiada visita a la Ciudad de México, frustrada por su cobarde asesinato.
Como buen miembro de la Generación del 27 se relacionó con muchos intelectuales, científicos y artistas de su época: Einstein, Madame Curie, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Pablo Neruda y Joan Miró, entre muchos otros.
Su acercamiento con Dalí y la gran amistad que se profesaron lo encaminó a dibujar: el resultado de estos trabajos es expuesto en la muestra La teoría del duende, que se presenta hasta el 10 de enero próximo en el Centro Federico García Lorca en la hermosa ciudad de Granada (en la Plaza de Romanilla) y en la que se puede ver una veintena de sus dibujos.
Recorrido
La exposición es también un recorrido por el mundo que rodeaba a García Lorca y lo que su obra sigue generando en muchas y subsiguientes generaciones, puesto que también se incluyen obras de sus contemporáneos, así como de artistas de primer nivel que han trabajado sus propias obras homenajeándolo a él.
Salvador Dalí, Joan Miró, Pablo Picasso, Juan Gris y André Masson, a la par de pintores en activo como Olav Christopher Jensen (Noruega), Joao Penalva (Portugal), Miquel Barceló (España), Michael Craig-Martin (Reino Unido), Steven Wolpe (Estados Unidos), Sakiko Nomura (Japón), Francesco Clemente (Italia), Iran do Espirito Santo (Brasil) y Guillermo Kuitka (Argentina), son algunos de quienes participan en este proyecto, que busca seguir difundiendo la obra del gran Federico García Lorca.
Para completar la muestra está la Ruta Lorquiana, en la que el espectador puede seguir sus pasos cotidianos y que lo llevan a la Huerta de San Vicente, la finca familiar donde creció y ahora es un museo de sitio, para conocer el contexto que recreó en muchas de sus obras.
Ojalá esta muestra pudiera itinerar a las ciudades en que vivió y, por supuesto, tenga una escala en nuestro país.