La Secretaría de Cultura es un hecho. El Poder Legislativo allanó el camino para concretar uno de los anuncios estelares del presidente Enrique Peña Nieto durante su III Informe de Gobierno.
Un debate que tomó décadas, al menos desde la creación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 1988, fue resuelto por el titular del Ejecutivo en cuestión de meses.
En su discurso del 2 de septiembre pasado, el mandatario federal reconoció que la cultura es una prioridad para impulsar el bienestar y el desarrollo integral de los mexicanos, “por lo que el país debe tener una institución de Estado a la altura de los nuevos desafíos”.
En este sentido adelantó que presentaría “una iniciativa para crear la Secretaría de Cultura”.
El anuncio, que sorprendió a propios y extraños, está hoy cerca de concretarse, ya que el pasado día 10 la Cámara de Diputados aprobó por 426 sufragios a favor, cero en contra y una abstención el dictamen de la iniciativa enviada por el Ejecutivo federal y que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) se transforme en Secretaría de Cultura.
Días después la Cámara de Senadores hizo lo propio. La tarde del 15 de diciembre aprobó de manera unánime el documento que advierte que todos los bienes y recursos materiales, financieros y humanos del Conaculta se transferirán a la nueva secretaría, junto con los expedientes, archivos, acervos y demás documentación, en cualquier formato, que se encuentren bajo su resguardo.
La dependencia será la encargada de elaborar y conducir la política nacional en la materia; conservar, proteger y mantener los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos del patrimonio cultural de la nación, así como conducir la elaboración del Programa Nacional de Cultura.
En respuesta a la iniciativa, investigadores y académicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia dijeron temer que la estrategia del gobierno abra la puerta a una sobreexplotación del patrimonio histórico.
También se declararon preocupados por una eventual desvinculación de la educación con la cultura, que podría contradecir el principio impulsado como parte de la reforma educativa de José Vasconcelos y afectar la formación integral de las nuevas generaciones.
En este sentido, la propuesta del Ejecutivo expone que los derechos laborales de los trabajadores que presten sus servicios en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en la Secretaría de Educación Pública, en los órganos administrativos desconcentrados y en las entidades paraestatales que, con motivo de la entrada en vigor del decreto, queden adscritos o coordinados a la Secretaría de Cultura, respectivamente, serán respetados en todo momento.
En términos de recursos el dictamen puntualiza que el organismo no tendrá un impacto presupuestario, toda vez que los recursos económicos y capital humano con que cuenta el subsector son suficientes para llevar a cabo su transformación.
Atribuciones y objetivos
El dictamen establece que entre sus objetivos están proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales; fomentar la interculturalidad a efecto de desarrollar la interacción cultural, con el fin de construir puentes entre los pueblos; reiterar los derechos soberanos de los estados a conservar, adoptar y aplicar políticas y medidas que estimen necesarias para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales en sus respectivos territorios.
Deberá promoverse también la producción cinematográfica, de radio y televisión y en la industria editorial, temas de interés cultural y artístico y de aquellas tendentes al mejoramiento cultural y la propiedad del idioma nacional, así como diseñar, promover y proponer directrices culturales y artísticas en dichas producciones.
Dirigirá y coordinará la administración de las estaciones radiodifusoras y televisoras pertenecientes a la Federación, que transmitan programación con contenido preponderantemente cultural, con exclusión de las que dependan de otras dependencias; estimulará el desarrollo y mejoramiento del teatro en el país; otorgará becas para que los estudiantes de nacionalidad mexicana puedan realizar investigaciones o completar ciclos de estudios relacionados con las artes en el extranjero.
Promoverá el uso de las tecnologías de la información y comunicación para la difusión y desarrollo de la cultura, así como impulsar programas de educación artística a la Secretaría de Educación Pública, que se imparta en las escuelas e institutos oficiales, incorporados o reconocidos para la enseñanza y difusión de las bellas artes y de las artes populares.
A la nueva secretaría se le otorga la facultad en materia de derechos de autor y conexos, de conformidad con la Ley Federal de Derechos de Autor. También sumará esfuerzos para impulsar el uso de tecnologías digitales de la información y la comunicación para difundir, desarrollar y dar mayor accesibilidad a la cultura, a los bienes y servicios culturales en manos del Estado. Para ello todas las televisoras y radiodifusoras con contenido eminentemente cultural, posteriormente de los acuerdos administrativos que se tomen pasarán a formar parte su administración y sus contenidos a la Secretaría de Cultura.
Por decreto
El presidente Enrique Peña Nieto aprovechó la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales de Ciencia y Arte para firmar el decreto que oficializa la creación de la nueva secretaría de Estado.
Finalmente, en la edición del jueves 17 de diciembre, el Diario Oficial de la Federación publicó el anuncio que establece que todas las disposiciones, normas, lineamientos, criterios y demás normativa emitidas por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes continuarán en vigor hasta en tanto las unidades administrativas competentes de la Secretaría de Cultura determinen su modificación o abrogación.
Dentro del proceso de ingeniería burocrática lo que sigue será debatir sobre una Ley General de Cultura, que “deberá ser incluyente y se escuchará a todas voces”, según lo expuesto por el senador panista Javier Lozano.
De acuerdo con el informe ¿Cuánto vale la cultura?, diseñado por el economista Ernesto Piedras, este sector aporta poco más de 7.2% del PIB.
Y según el INEGI anualmente 62 de cada 100 mexicanos asisten a sitios y eventos culturales, actividad que genera alrededor de 800 mil empleos en todo el país.
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