Algunas características del Estado Islámico

El Estado Islámico comenzó por hacer una reivindicación jamás manifestada: reclamar para sí una determinada geografía.

Javier Oliva Posada
Columnas
Estado Islámico
Foto: AP

Desde luego que es uno de los principales temas en los centros de estudios especializados, oficinas de inteligencia y cuerpos de seguridad de los 67 países que integran la gran coalición contra esa organización, así como de numerosos analistas.

El perfil de sus integrantes, fuentes de financiamiento, activismo cibernético, relaciones con la población de las zonas ocupadas… son solo algunos de los focos de atención para poder comprender cómo ha sido posible su existencia, expansión y fuerza.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI), dado a conocer hacia junio de 2014 como ISIS, comenzó por hacer una reivindicación jamás manifestada por organización terrorista en la historia: reclamar para sí una determinada geografía.

Si bien otras expresiones del terrorismo asumen un papel esencial para presionar o promover la independencia de una zona o región específica, no lo hacen desde la posibilidad de ser poder y gobierno.

Así Euzkadi Ta Astatazuna (ETA), Irish Replublican Army (IRA), Partiya Karkerên Kurdistán (PKK) o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre otras organizaciones, implican variantes de la recurrencia a la violencia con fines políticos y soberanistas, pero distanciados o al menos sin tener como motivo principal —como en el caso irlandés— las reivindicaciones religiosas.

Por otra parte tampoco aparece, como sí en el caso de la identidad sunita, la exclusión de los no pertenecientes a una etnia determinada. El no ser identificado con esa expresión del Islam le permite al EI planear y actuar mediante actos terroristas, en mezquitas de interpretación chiita. No se diga contra comunidades cristianas en las zonas de su influencia. La forma en que actúa para depurar mediante el asesinato colectivo otro tipo de conductas sociales, como la homosexualidad, también marca a los seguidores de su líder, Abu Bakr al-Baghdadi.

La procedencia multinacional de sus combatientes es otro aspecto a considerar, puesto que se trata de una organización terrorista que mediante los recursos que ofrecen las redes digitales de comunicación ha podido reclutar a cientos de miles en casi todo el mundo, incluyendo a Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Inglaterra, España, Holanda, Rusia y otros países europeos.

Clave

En particular el manejo de recursos informáticos, como videos, ha sido el vehículo preferido para transmitir crímenes y ejecuciones, que a su vez han servido de guía para que grupos criminales, al menos en México, procedan de manera similar para amedrentar a rivales y autoridades.

Sin tratar de agotar aquí la caracterización del EI, el financiamiento es otro de los aspectos clave distintivos: utilizando alta tecnología para la explotación y comercio de petróleo, mediante la incautación de instalaciones en el norte de Siria, la venta clandestina del energético es una de sus principales fuentes para la obtención de recursos económicos para, entre otras cosas, invertirlas en armamento.

Quién y en cuánto compran los ilegales embarcos de petróleo del EI es una cuestión que aclararía en muy buena medida el conflicto de intereses que azuela a la región.

No es exagerado señalar que el EI representa a uno de los antagonismos más complejos y difíciles de lo que va del siglo XXI. No será sencillo derrotarlo; y antes es probable que se llegue a algún acuerdo, aun a costa de las pérdidas territoriales que pudiera significar para Siria e Irak.

El problema está muy lejos de resolverse si se sigue tratando al EI solo como una organización terrorista más.