Insatisfacción materialista

El hecho de acumular cosas de manera insensata y pensar en tener objetos nuevos o mejores nos ha llevado a ser personas materialistas

Daniela Suárez
Columnas
Tarjetas de Crédito
Foto: Sean MacEntee/Creative Commons

Diciembre ya va a la mitad y el Año Nuevo está por comenzar; el aire fresco ya se respira y los compromisos están a la vuelta de la esquina. Hay que asistir a cenas, brindis, comidas, posadas y festejos. Estas citas que tenemos a menudo nos recuerdan lo bonito que es pasar el tiempo con los seres queridos, compartir sonrisas, momentos plagados de armonía y seguramente los gastos que tenemos que invertir, ya que ahora es tiempo de regalar.

Por un lado los regalos representan una sorpresa, una mirada genuina y un momento íntimo donde intercambiamos cosas que nos harán inmensamente felices hasta que alguien nos dé algo más y olvidemos al objeto que nos dieron el día anterior. Quizá no te sientas identificado con esto, pero considero que en alguna ocasión todos hemos vivido esta situación. ¿Por qué desechamos las cosas tan fácilmente? Así, sin pensarlo, nos hemos acostumbrado a acumular cosas materiales en vez de atesorar las memorias, esas que son imborrables.


El hecho de acumular cosas de manera insensata y pensar en tener objetos nuevos o mejores nos ha llevado a ser personas materialistas y, por ende, consumistas. Esto como resultado nos hace estar eternamente insatisfechos.

Símbolos

La investigadora Marsha Richins, especialista en consumismo, define al materialismo en tres facetas: 1. La adquisición de bienes materiales como foco central en la vida; 2. La búsqueda de bienes materiales como fuente principal de satisfacción, y 3. La visualización de las posesiones como un símbolo de éxito.

Gracias a sus análisis en consumismo, sicólogos han encontrado que el materialismo exacerbado puede provocar infelicidad, soledad, depresión y en algunos casos baja autoestima. Un ejemplo de ello es el estudio realizado por James A. Roberts, de la Baylor University. Al efectuar diversas encuestas y exámenes a 249 alumnos identificó que las personas que basan su bienestar en cosas materiales de hecho son más infelices.

“Las personas que persiguen la felicidad a través de la ganancia material tienden a sentirse peor y esto se relaciona con las evaluaciones negativas de su satisfacción con la vida”, asevera en su estudio publicado en el Journal of Positive Psychology.

El sicólogo Tim Kasser coincide con él y lo demuestra en su libro The high price of materialism, donde no solo examina lo que sucede cuando organizamos nuestras vidas en torno de actividades materialistas sino que también nos propone cómo podemos cambiar esto.

Quizás esta Navidad nos resulte muy difícil cambiar los regalos materiales por un abrazo genuino o una sonrisa que durará en nuestra memoria de por vida, pero podríamos proponer un intercambio de corazón a corazón para ver qué perdura más en cada rincón.