El Gritón gana la Bienal de Yucatán

El Gritón, como es conocido por su familia, amigos y fichado por los críticos y biografías, nació en 1953 en la Ciudad de México.

Masha Zepeda
Columnas
Antonio Rafael Ortiz Herrera
Foto: Miguel Fuentes / Creative Commons

En un país al que acaban de anunciarle que ya su ansiada y necesaria Secretaría de Cultura es un hecho, se desea también que los concursos que tanto bien hacen a los artistas y sus acervos se lleven a cabo de la mejor manera y las instituciones cobren la importancia que merecen al ser punto de encuentro de tantos grandes quehaceres con miras a aumentar su grandeza.

La trasformación de El Gritón y su ascendencia como pintor ha sido un ejemplo de trabajo y constancia única: labora y busca su oficio sin dejar un día de pintar, a lo que se añade el escuchar a las visitas en su estudio que le han sido de gran valía e instrucción.

Asimismo, ha sabido dejar atrás lo que no funcionaba, simbólicamente hablando, en pos de un crecimiento evidente como pintor.

Nobleza

Reseñan algunos medios que “calificado de colorido y bello paisaje emocional, el óleo Mujer desnuda con abanico, del pintor Antonio Rafael Ortiz Herrera, El Gritón, consiguió el primer lugar en la disciplina de pintura en la séptima Bienal Nacional de Artes Visuales Yucatán 2015”.

Añaden que “el encuentro tuvo este año una participación sin precedente en tres décadas de existencia, al recibir mil 551 obras de 660 artistas en pintura, gráfica, dibujo, escultura, fotografía y videoinstalación”.

De esta manera, “el resultado implica un incremento de más de 50% en contraste con 2013. Las entidades que registraron mayor participación esta vez fueron el Estado de México, Jalisco, Oaxaca, Distrito Federal y Yucatán”.

El Gritón, como es conocido por su familia, amigos y fichado por los críticos y biografías, nació en 1953 en la Ciudad de México. A sus 62 años se siente y comporta como un adolescente al que saberse ganador de un premio nacional de pintura le da más alegría compartida que sensación de ganador.

Así es la nobleza y la sencillez de El Gritón.

Felicidades y que sea el primero de muchos que están por llegar.