Alianzas y negociaciones

Crear alianzas en política es construir la posibilidad de políticas públicas comunes para un mejor gobierno.

Juan Gabriel Valencia
Columnas
Agustín Basave, líder del PRD
Foto: Cuartoscuro

Crear alianzas en política es construir la posibilidad de políticas públicas comunes para un mejor gobierno. En un sistema de partidos como el mexicano, en el que las alianzas no se excluyen, en cualquier caso se presupone que si aquellas se concretan haya una especie de —para usar la expresión de Goethe— afinidades electivas.

A la hora de escribir estas líneas el Partido de la Revolución Democrática se debate en una nueva crisis, otra más. Existen desacuerdos sobre las negociaciones del presidente del PRD para formar alianzas con el PAN en diversos estados, como son Tlaxcala, Puebla y, sobre todo, Veracruz.

En Tlaxcala las consecuencias ya fueron perniciosas para el PAN y para la fallida alianza. Adriana Dávila, la panista de mayor presencia en el estado, aseveró que ella estará en la boleta electoral, con el PAN o sin él, con o sin alianza; ella va a ser candidata. Si por alguna razón remota la alianza se llegara a concretar nació muerta, ya que el PRD daba por supuesto que en ese estado el partido llevaría mano en la designación del candidato, que sería otra mujer, Lorena Cuéllar.

El hecho es que ya se les hizo bolas el engrudo, calcularon mal las ambiciones de la senadora Dávila y la dirigencia nacional del PAN fue incapaz de cumplir el compromiso asumido ante la dirigencia nacional del PRD en el sentido de que en Tlaxcala este último partido llevaría mano.

En Puebla el PRD no ha podido concretar un nombre con su presunto aliado, bajo la premisa, además, de que ahí decide el PAN.

En Veracruz la candidatura cantada del PAN ya dividió a ese partido y fracturó al PRD: Miguel Ángel Yunes será candidato del PAN a la gubernatura con o sin alianza.

Negociar

En este contexto, el presidente del PRD, Agustín Basave, amaga con renunciar a la dirigencia si el CEN no le autoriza las negociaciones a las que llegue con Acción Nacional. Es cierto que el Consejo Nacional de ese partido autorizó las negociaciones para hacer alianzas con diversas fuerzas rumbo a las elecciones de junio y que la resistencia de grupos perredistas a las negociaciones que ha emprendido su presidente parecería revocar un mandato que recibió de inicio de su gestión. Pero también es verdad que una negociación, en cualquier terreno, implica dar y recibir.

Más allá de incrementar las posibilidades de una derrota del PRI en Puebla y Veracruz mediante la alianza PAN-PRD, es nebulosa la ganancia para el PRD en caso de lograr su objetivo.

Se argumenta que hay que impedir la restauración autoritaria del PRI. Se puede o no compartir esa visión, en términos personales. Pero en el marco de una institución se requiere mucho más que eso para justificar una alianza política con fuerzas doctrinaria y orgánicamente opuestas y hasta contradictorias.

El PRD autorizó la negociación de las alianzas, sin letra chiquita; no a cualquier precio. En estas horas y en los próximos días el presidente nacional del PRD tendrá que negociar con sus propios correligionarios para establecer el marco de la negociación que a su vez realice con otras fuerzas políticas. Así es este negocio. El PRD no le otorgó a Basave un cheque en blanco y si no quieren llegar a una crisis mayor, quienes lo impulsaron tienen que convencerlo de que retroceda en sus planteamientos de todo o nada y de que llegó el momento de hacer política, esto es, negociar dando y recibiendo.