Él lo sabía muy bien: las premoniciones no eran invención senil sino realidad inminente, y ha cerrado su último capítulo con el evento más grande, aunque tal vez nadie entendió el mensaje hasta la mañana del 10 de enero de este 2016: David Bowie prácticamente planeó su propia despedida, a manera casi de testamento, y fue capaz de rubricarla expirando dos días después de su cumpleaños número 69 y del lanzamiento de su último (de verdad último) disco Blackstar, del que habíamos hablado hace apenas unas semanas.
No hay fotos del artista en la portada de un álbum que se salvó de ser póstumo por 48 horas. Solo una estrella negra, que ahora se revela como el adiós del hombre que cantó a las arañas de Marte.
La letra de Lazarus, canción que se lanzó como anticipo de este álbum, parece verdaderamente un adiós. El texto es críptico, repleto de premoniciones mortales y vocalizaciones de quien se siente ya muerto pese a estar todavía entre los vivos:
“Mira aquí arriba, estoy en el cielo/ Tengo cicatrices que no se ven/ Poseo el drama, nadie puede robármelo/ Todos me conocen ya”.
No quedan dudas, Bowie era un artista total y fue capaz de mantener la coherencia creativa, incluso hasta la muerte.
“David Bowie ha muerto en paz hoy rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer”, rezaba el comunicado oficial del 10 de enero. “Siempre hizo lo que quiso”, plasmó en Facebook, a su vez Tony Visconti, amigo y productor de míticos discos de Bowie, incluido el último. “Siempre quiso hacerlo a su manera. Su muerte no ha sido diferente a su vida: una obra de arte. Hizo Blackstar para nosotros, como su regalo de despedida. He sabido durante un año que así es como iba a ser”.
La noticia fue confirmada a primera hora de la mañana del 10 de enero, también en las redes sociales, por su hijo, el director de cine Duncan Jones, de 44 años. “Lamento mucho y me entristece decir que es verdad”, escribió.
Elecciones
El representante del artista también confirmó la noticia, según diversos medios británicos. Asimismo, el primer ministro inglés, David Cameron, también lamentó la “enorme pérdida” de un “maestro de la reinvención”.
Blackstar, el álbum número 25 de su carrera, con siete canciones de aires de jazz y toques electrónicos, fue elogiado por la crítica en todo el mundo.
El creador de Ziggy Stardust, según sus colaboradores, no tenía previsto presentar el disco en vivo ni conceder entrevistas de promoción. En los últimos años Bowie había reducido su capacidad de trabajo, después de que se informó que había sufrido un ataque al corazón en la década pasada. Su última actuación en directo fue en 2006 en Nueva York, junto a Alicia Keys.
Ante una muerte anunciada no se podía esperar menos de un artista que vivió en permanente revolución, desafiando todas las convenciones en la música, la moda y hasta la sexualidad. Fue más que la voz de una generación. Su imaginación y su talento marcaron la segunda mitad del siglo XX. “Lo que hago es muy sencillo, solo que mis elecciones son muy diferentes de las de otras personas”, dijo en alguna ocasión.
El final de Lazarus reza la frase culminante con la que aquí lo despedimos:
“Seré libre, como yo”.