El caso Moreira

Moreira ha sido acusado e investigado en Estados Unidos sin que hasta la fecha se hayan podido comprobar los cargos.

Redacción
Columnas
Humberto Moreira
Foto: NTX

Humberto Moreira acumuló a lo largo de su vida política toda una serie de cuestionamientos. Se forjó a la sombra del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de la maestra Elba Esther Gordillo.

Fue presidente municipal de Saltillo y gobernador de Coahuila. Como gobernante se distinguió por su populismo. Elevó fuera de toda proporción razonable la deuda pública del estado. Hizo mucha obra pública, es cierto, pero en buena medida de relumbrón.


Gobernó Coahuila en un periodo de alto crecimiento económico, pero no por sus políticas sino por los altos precios de los productos de la minería y la siderurgia y por un auge en la industria automotriz generado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Moreira fue nombrado presidente nacional del PRI antes de concluir su periodo constitucional como gobernador, pero cuando Enrique Peña Nieto fue postulado como candidato a la Presidencia de la República en diciembre de 2011 lo desplazó de la dirigencia del partido en una medida que ya prefiguraba las acciones del mandatario contra Elba Esther y sus allegados.

Durante su mandato en Coahuila, y después, se registraron muchas acusaciones en su contra por supuestos desvíos y actos de corrupción. Hasta este momento, sin embargo, ninguna ha fructificado.

Uno puede siempre descartar las investigaciones que se han hecho en México porque hay la presunción generalizada de que la impunidad de los altos personajes de la política es muy alta. Pero vale la pena señalar que la maestra Gordillo, su mentora, está sometida a proceso desde 2013 por supuestas operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Moreira ha sido acusado e investigado en Estados Unidos sin que hasta la fecha se hayan podido comprobar los cargos.

La acusación en su contra en España no sorprendió ante la mala fama pública del ex gobernador, pero sí sorprendió por el monto tan pequeño por el que se le investigaba: 199 mil euros o casi cuatro millones de pesos. Moreira argumentó que este dinero, el cual fue recibiendo a lo largo del tiempo en que vivió como estudiante en Barcelona, era producto de aportaciones legales para financiar sus actividades. Los abogados presentaron las pruebas del origen de estos fondos y al final el político convertido en estudiante fue exonerado por la justicia española.

Desacuerdo

Hay muy buenas razones para cuestionar a Moreira. El daño que le hacen al país los políticos populistas como él es enorme. El endeudamiento irresponsable que contrató en Coahuila ha sido un lastre para el gobierno del estado que hoy, paradójicamente, encabeza su hermano Rubén.

Pero así como hay buenas razones para criticar a Moreira por lo que ha hecho, es indispensable reconocer que no se le ha podido comprobar ninguna acusación por enriquecimiento ilícito o corrupción.

No estoy de acuerdo con quienes piensan que Moreira ha sido protegido por el actual gobierno. Desde antes de llegar a la Presidencia, Peña Nieto dejó en claro su distancia de Moreira y de la maestra Gordillo. Si las autoridades federales no han presentado cargos en su contra, me parece, es porque no han podido. Lo mismo ha ocurrido con las autoridades estadunidenses o españolas.

Moreira ya ha sido enjuiciado y condenado en el tribunal de la opinión pública. La revista Forbes lo consideró como una de las diez personas más corruptas de México. Las llamadas y cartas a emisoras de radio y periódicos subrayan que la reputación de Moreira está por los suelos.

Pero si realmente creemos en la presunción de inocencia, tendremos que aceptar que ninguno de los fiscales que ha investigado a Moreira ha podido comprobar algún ilícito. El ex gobernador y ex presidente del PRI tiene muchos defectos que señalar. No es necesario inventarle lo que no se ha podido demostrar.