Los hombres que compraron el mundo

Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft ahora reinan sobre todo lo que acontece en la tecnología digital.

Juan Pablo Delgado
Columnas
Internet
Foto: John Lester/Creative Commons

Prepárense, estimados amigos, para el regreso del sistema feudal. No, no me refiero al tipo de gobierno que dominó por mil años el Medioevo de Europa, sino a un nuevo feudalismo digno del siglo XXI: el feudalismo digital.

Quizá no hayan caído en cuenta, pero cada día nos acercamos más a ser siervos de uno de los cinco grandes reyes que dominan el mundo digital. Porque es un hecho que casi todas las acciones que realizamos en internet terminan por involucrar a estos titanes que dominan el Olimpo de la World Wide Web.


Bien lo menciona el periodista Farhad Manjoo al indicar que algo indiscutible es que Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft ahora reinan sobre todo lo que acontece en la tecnología digital; y no solo eso, sino que el poder e influencia que ejercen estas empresas en sus zonas de control se incrementan cada día, garantizando que estos monarcas permanezcan en sus tronos al menos en el futuro cercano.

Parecería que este laberinto al que hemos ingresado es ahora ineludible, puesto que con cualquier paso que damos en el mundo digital estamos ya traspasando el territorio de una de estas grandes empresas.


Cito nuevamente a Manjoo para explicarme: “Windows sigue siendo el rey de las computadoras de escritorio, Google reina sobre las búsquedas en internet y las nuevas tecnologías, y junto con Apple, Google también controla los sistemas operativos de los teléfonos móviles y las aplicaciones que usamos en ellos; Facebook y Google controlan el negocio de publicidad en internet y Amazon, Microsoft y Google controlan la infraestructura que utilizan muchas nuevas empresas para funcionar”.

Poder

Como dirían en aquella popular serie de comedia: “Y ahora, ¿quién podrá defendernos?” La realidad es que no es posible visualizar a un héroe que nos salve, porque el tamaño y el poderío de estas empresas evitan el surgimiento de cualquier competencia que pueda ponerlas en jaque.

Cada start-up que aparece en el radar termina por ser devorada por estos gigantes glotones, o simplemente (como sucede con nuevos jugadores como Uber y Netflix) deben utilizar los servidores que controlan estas empresas.

Resulta sorprendente que incluso la CIA y otras dependencias del gobierno norteamericano dependen de Amazon para almacenar su información. ¡Salve, Imperator Bezos!

Para muchos esta realidad es algo imperceptible. Finalmente, ¿a quién fregados le importa que estas corporaciones dominen el internet? ¿Que al final del día no nos dan una enorme cantidad de servicios gratuitos? ¡Faltaba más!

En este mundo absolutamente nada es gratis, y en el centro de todo este embrollo se esconde una realidad todavía más perversa: que a través de nuestras actividades cotidianas en internet, lo único que hacemos es alimentar las bases de datos de estas empresas, dando información y regalando nuestra intimidad, todo para hacerle la vida más fácil a quien sea que quiera vendernos algo.

Ahora bien, es sabido que todos los imperios tienden a desaparecer en algún momento de la historia, por lo que habría que preguntarnos si estos nuevos monarcas digitales seguirán el mismo camino.

Sin embargo, me parece que la pregunta correcta es otra: ¿queremos realmente que desaparezcan? Porque, como yo veo las cosas, muchos preferirían ser esclavos a perder su acceso a Facebook.

¿Qué opinan, compañeros?