La CFE en competencia

En 2015 CFE registró pérdidas por 93 mil 912 millones de pesos. Se trata de la mayor pérdida de esta empresa en la historia.

Sergio Sarmiento
Columnas
Electricidad
Foto: NTX

La Comisión Federal de Electricidad enfrenta una de las mayores crisis de su historia. En 2015, el último año en el que gozó de un monopolio, registró pérdidas por 93 mil 912 millones de pesos. Se trata de la mayor pérdida de esta empresa en la historia.

Según la propia empresa dos terceras partes de esta pérdida proceden de un pasivo laboral que se valuó en 68 mil 564 millones de pesos en 2015. El resto es consecuencia de la depreciación cambiaria, que ha elevado el costo de servicio de la multimillonaria deuda de la empresa.

Si consideramos que la CFE tiene una plantilla de 94 mil trabajadores y empleados, la empresa perdió el año pasado un millón de pesos por cada trabajador.

El pasivo laboral de la Comisión está compuesto fundamentalmente por obligaciones de pensiones para las cuales nunca se hicieron las reservas correspondientes. Esto significa que la empresa tiene que pagar estos compromisos directamente de su flujo.

Parte del problema es que la CFE tiene una cantidad de jubilados que supera con mucho la de casi cualquier empresa. En septiembre de 2015 la compañía reportaba 44 mil 659 jubilados, 47.6% de los 93 mil 901 empleados en la nómina. Debido a unas reglas que han permitido a los trabajadores retirarse a muy temprana edad, el número ha venido creciendo con rapidez y lo seguirá haciendo hasta que los contratados más recientes, que están entrando ya con cuentas individuales de retiro, empiecen a jubilarse en unos 25 años.

Mientras tanto, se calcula que para 2025 casi 75% de la plantilla de la empresa estará formado por jubilados. Estaremos pagando las tarifas de electricidad para mantener a los jubilados más que para recibir un buen servicio.

Las pérdidas de la CFE están siendo compensadas parcialmente por un subsidio de los contribuyentes. En este 2016 el monto será de 30 mil millones de pesos. Pero de todas maneras la situación de la empresa es muy complicada. El 30 de abril vence el contrato colectivo de trabajo y las negociaciones han sido mucho más complejas que de costumbre: la empresa busca una disminución de su muy pronunciado costo laboral.

Disciplina

A pesar de sus pérdidas, la CFE tiene que reducir sus tarifas industriales. Esto es producto en parte de la apertura del mercado: los productores privados pueden ya vender sus excedentes de electricidad al mercado industrial, aunque no pueden hacerlo en el residencial. Lo anterior explica por qué bajan las tarifas industriales, pero las domésticas, que para muchos consumidores están subsidiadas, solo bajan en los estratos más altos.

El problema ahora, sin embargo, es que la CFE tendrá que someterse a una mayor disciplina de mercado. Ninguno de sus rivales carga con el peso de un costo laboral tan alto, ni mucho menos con un pasivo tan exagerado y con un ritmo de crecimiento tan rápido. Ninguna de las demás empresas tiene que dedicar casi la mitad de su nómina a sostener jubilados ni verá elevarse ese gasto a 75% de su nómina en diez años.

La CFE ya no puede escudarse en el monopolio. Si quiere realmente salir adelante en los nuevos tiempos tendrá que volverse más eficiente, más fuerte y más delgada.

No será fácil, porque el sindicato sigue pensando que puede negociar como si las condiciones de la empresa no hubieran cambiado.