Es un padecimiento dermatológico crónico no contagioso que se controla con tratamiento farmacológico. A nivel mundial afecta a más de 125 millones de personas y en México a 2% de la población.
Se caracteriza por presentar piel roja e inflamada, escamas plateadas, comezón, dolor y posibilidad de sangrado, explica Gladys León Dorantes, miembro de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).
Precisa que este padecimiento crónico, inflamatorio, incurable y autoinmune (las células del sistema inmune atacan al propio organismo) afecta la piel al producirle lesiones que tienden a agrietarse y sangrar. “Puede presentarse a cualquier edad y sin distinción de género”.
Aunque se desconoce aún el origen de la soriasis, se ha podido determinar que existe predisposición genética; así como factores ambientales como el estrés, clima seco, frío y el consumo excesivo de alcohol, que pueden disparar la enfermedad.
León Dorantes señala que la soriasis puede brotar en cualquier parte del cuerpo, aunque las primeras apariciones suelen tener mayor frecuencia en el cuero cabelludo, rodillas, codos, espalda baja, manos, pies e incluso en las uñas y articulaciones.
Además de atacar la piel es una afección sistémica que provoca gran deterioro en la calidad de vida, tanto física como sicológica, puesto que frecuentemente se asocia con artritis soriásica, afecciones cardíacas y algunos tipos de cáncer, lo que conlleva a cuadros de depresión y ansiedad.
Por eso, lejos de intentar ocultar la enfermedad lo recomendable es que los pacientes y sus familias se informen adecuadamente, acudan a un dermatólogo para que sigan un tratamiento adecuado, a fin de hacer frente a los mitos más arraigados en torno de este padecimiento, como la idea falsa de que se cura y es contagiosa.