Morena y Zacatecas

Morena ha amenazado con la posibilidad de retirar todas sus candidaturas a gobernador si se le niega el registro a David Monreal

Juan Gabriel Valencia
Columnas
David Monreal
Foto: Senado de la República

En el transcurso de esta semana el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tendrá que resolver sobre la validez de registro de la candidatura de David Monreal por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura de Zacatecas. El caso puede tener muchas implicaciones. El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) negó el registro de esa candidatura como sanciónpor no informar de los gastos de precampaña del reclamante.

Sus actividades de precampaña fueron inequívocas. Sostiene, falazmente, que como no hubo contienda interna —es decir, fue candidato único dentro de su partido— no se pueden considerar las actividades que realizó como una precampaña propiamente dicha.

Su actividad proselitista fue inequívoca y las pruebas las presentó y examinó con todo cuidado el INE. Si las disposiciones legales aplicadas son o no sensatas, queda a juicio del lector, pero es la ley y Monreal lo sabía; y Morena también.

Lo que resuelva el TEPJF tiene diversas lecturas. Una, la más inmediata, de orden electoral. Si no se registra su candidatura, la elección de Zacatecas será de dos contendientes fuertes, no de tres. Eso significa que con posibilidades reales de ganar quedarían solo el candidato del PRI y el de la alianza PAN-PRD.


La consecuencia es que el voto de la izquierda no se dividiría y las posibilidades de perder para el PRI aumentarían. Eso en lo que toca a Zacatecas, pero el escenario nacional de corto y mediano plazo puede cambiar.

Morena ha amenazado con la posibilidad de retirar todas sus candidaturas a gobernador si se le niega el registro a David Monreal. Parece un capricho; puede ser una ocurrencia muy peligrosa.

Consecuencias

Si Morena retira sus candidaturas a gobernador parecería estar ensayando una maniobra política en contra del marco jurídico de las elecciones no del próximo 5 de junio sino de 2018. Todo lo que les falta de inteligencia les sobra de perversidad

Es claro que el curso de acción adoptado en los últimos años por Andrés Manuel López Obrador inevitablemente quebrantará la legalidad establecida, buena o mala, y tarde o temprano Morena y el dueño de ese partido serán sancionados. Es un curso premeditado de colisión para descalificar de antemano la legitimidad de las elecciones presidenciales en 2018 y su resultado, gane quien gane.

Evidentemente Morena y su dueño aspirarían a ganar la elección presidencial. Sin embargo, en los poco más de dos años que restan la situación puede complicárseles hasta el punto de que no les sea políticamente rentable participar en la elección con la observancia de las reglas del juego y lo mejor para ellos sea invalidar el juego por completo.

Pondrían al país en una situación en la que habría que reconocer que algunos millones de votantes, que sí tiene Morena, no tendrían capacidad de decisión, creando condiciones de riesgo e inestabilidad para el país en su conjunto.

Decisión difícil la que tendrá que tomar el Tribunal Electoral esta semana ya que, con apego a derecho, que es su función, tendrá que valorar también las consecuencias políticas de sus actos.