Nuestra ubicación en las dinámicas internacionales

La diplomacia mexicana, con su larga y reconocida trayectoria, puede jugar papeles relevantes

Javier Oliva Posada
Columnas
Claudia Ruiz Massieu
Foto: NTX

Con frecuencia tengo la impresión de que estamos tan ocupados en los múltiples y complejos problemas que nos aquejan, que los acontecimientos mundiales nos pasan de largo: además de los estrictamente propios de agendas como son los encuentros promovidos para atender guerras, conflictos internos, cambio climático y migraciones, entre los más conocidos, hay otros que forman parte de las naturales tensiones que viven sociedades y gobiernos en el planeta.

Para comenzar, América Latina se encuentra en un serio proceso de cambios políticos. Desde luego que de ninguna manera son homogéneos. Recordemos que en el análisis político y en la toma de decisiones predominan las tendencias generales.

Pues bien: Brasil, y antes Argentina y Venezuela, así como Perú al igual que Bolivia, observan cambios en sus élites gobernantes, lo que no significa que haya desplazamientos absolutos: es la naturaleza de la democracia que unos quieran entrar y los de adentro no se quieran salir.

En estos casos, lo más que ha hecho nuestro país es enviar varios embajadores improvisados a testificar tan sustanciales relevos en los gobiernos.

Otro caso, este sí paradigmático y reliquia de la Guerra Fría, es el proceso de apertura diplomática y económica de Cuba. Primero fue con España y ahora, de forma más que simbólica, con Estados Unidos. Aquí México ha estado del todo ausente de ese proceso aunque el Granma, que transportó a los principales guerrilleros cubanos que hicieron la revolución en la isla, zarpó de Tuxpan, Veracruz.

Pero quizá porque fue hace tanto tiempo, en la lógica de la política exterior de nuestro país parece que ya ni se recuerda. Ya veremos cómo se pone la competencia para los destinos turísticos del Caribe mexicano.

De hecho, hace unos días, llegó a La Habana procedente de Estados Unidos el primer crucero, llamado Adonia, con poco más de 700 pasajeros a bordo.

Variables

Desde luego, que uno de los asuntos más importantes de la agenda mundial —sobre todo en Europa— es el de los migrantes procedentes de países con severos problemas de estabilidad, otros en guerra y algunos más con crisis agudas de sequía: Libia, Siria, Afganistán, Irak, Pakistán, Somalia, Eritrea, Mali, Chad y Sudán del Sur, entre otros.

Sin embargo, la crisis en Europa está muy lejos de resolverse. Sus efectos se perciben en los ánimos electorales, que no son los que mejor funcionan para la democracia, ya que han dado paso a expresiones nítidas de racismo y xenofobia, de exclusiones por motivos de lengua y religión, de falta de oportunidades por miedo o, peor aún, por la falta completa de habilidades básicas para desempeñar algún trabajo u oficio de parte de los miles y miles de inmigrantes. En este tema en particular nuestro país tiene bastante que decir y aportar.

Otro escenario más, este más enfocado a aspectos de geopolítica militar, son las tensiones que hay en las partes sur oriental del Océano Pacífico. China, Japón, Taiwán, Vietnam, Corea del Norte, Corea del Sur, Indonesia, Camboya e incluso Australia han ido elevando poco a poco el tono y las decisiones para defender lo que consideran sus aguas territoriales y probables rutas comerciales, así como las explotaciones del subsuelo y la pesca.

México es parte clave de la enorme Cuenca del Pacífico: es muy posible que podríamos hacer algo más que limitarnos a atestiguar esa dinámica. Recordemos que firmamos en 2011 la Alianza del Pacífico con Chile, Colombia y Perú. Allí hay un enorme potencial.

El descongelamiento del Océano Polar Ártico es una variable que cambiará los equilibrios políticos, militares, económicos, comerciales y ambientales. La diplomacia mexicana, con su larga y todavía reconocida trayectoria, podría jugar un papel relevante para que lo descubierto en una superficie equivalente a cinco veces Europa no quede en manos y beneficio de un puñado de países.

México debe asumir un papel activo en el concierto de las naciones.