Contaminación desconocida

El fracaso del Hoy No Circula provoca especulaciones acerca de cuáles son las verdaderas razones por las que estamos viendo una crisis ambiental

Sergio Sarmiento
Columnas
Doble No Circula
Foto: NTX

Si algo han demostrado las primeras semanas del nuevo y endurecido programa Hoy No Circula es que conocemos muy poco acerca de la contaminación de la Ciudad de México.

Las autoridades ambientales de la Megalópolis han decretado la aplicación del Hoy No Circula a los autos particulares sin importar su holograma o grado de contaminación a partir del 5 de abril, después de que se registraron varios días de altos niveles de contaminación. El argumento era que los automóviles privados generan la mayor parte de la contaminación del aire en la Ciudad de México.


El problema es que la restricción, que retiró a alrededor de 1.3 millones de vehículos de la circulación cada día, no redujo la contaminación. De hecho, en estas últimas semanas ha habido tres contingencias ambientales, que hace 14 años no se registraban, las cuales detonaron la aplicación del Doble Hoy No Circula. El retiro de 2.6 millones de vehículos tampoco sirvió, lo que hizo que las contingencias se prolongaran varios días. Ha sido el cambio de las condiciones climáticas, en particular el surgimiento de nublados, vientos y lluvia, lo que ha limpiado el ambiente, pero no las restricciones a la circulación.

El fracaso del Hoy No Circula ha provocado una serie de especulaciones acerca de cuáles son las verdaderas razones por las que estamos viendo una crisis ambiental. Algunos críticos, por ejemplo, señalan que el retiro de automóviles de la circulación no significa que haya un menor consumo de combustible, ya que los vehículos que sí circulan se ven obligados a recorrer un número mayor de kilómetros. La calidad de las gasolinas es cuestionada, a pesar de que Pemex ha señalado que los combustibles que se venden en la Ciudad de México están sometidos a los mismos criterios de calidad que se aplican en Estados Unidos. Algunos advierten, de hecho, que los autos particulares no son realmente la fuente principal de contaminantes en la Ciudad de México y afirman que otros emisores, como los camiones de diésel y las industrias, son los verdaderos responsables de la crisis.

Incongruencias

Tampoco ha quedado claro cuáles son las verdaderas consecuencias para la salud de la contaminación del aire. Al inicio de la crisis el coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis, Martín Gutiérrez Lacayo, declaró que la contaminación del aire provoca 22 mil muertes cada año. Durante la crisis, sin embargo, tanto el director general del IMSS, Mikel Arriola, como el comisionado federal para la Protección de Riesgos Sanitarios, Julio Sánchez y Tépoz, han señalado que no hay una sola muerte registrada que pueda atribuirse a esta crisis ambiental.

Las autoridades ambientales se muestran confundidas. Y con razón. Las convicciones que sirvieron de base para aplicar el Hoy No Circula se han desmoronado. La información que se presentaba como dogma está hoy sujeta a un abierto cuestionamiento por parte de la población y por especialistas que encuentran incongruencias en la información oficial.

El tema tiene una enorme importancia. Los costos económicos del Hoy No Circula endurecido han sido enormes. Una acción como esta por parte de las autoridades generará siempre inconformidad, como ha sido el caso. Pero esta sensación se multiplica cuando los afectados se dan cuenta de que el sacrificio no sirve para bajar la contaminación. Es como si la contaminación viniera de esa “dimensión desconocida” que nos presentaba hace años un programa de televisión.