La verdadera revolución de Sanders

Sanders, de 74 años, accede a los podios preguntando si alguien quiere comenzar una revolución

Lucy Bravo
Columnas
Bernie Sanders
Foto: AP

Aunque Bernie Sanders pierda la nominación como candidato presidencial por el Partido Demócrata, el senador de Vermont ya ganó algo mucho más importante: impregnar a la campaña de una auténtica revolución.

Hablar de la contienda electoral en Estados Unidos es hablar de controversia. No es ningún secreto que la lucha dentro del Partido Republicano por la candidatura ha sido un doloroso proceso de ruptura, producto de una ausencia total de un candidato centrista viable y la entrada en escena de un hombre de negocios con un incendiario discurso de odio y populismo.

En el caso de los demócratas la pugna entre una candidata del establishment, ex primera dama y posiblemente la primera mujer en asumir la presidencia de EU y un socialista declarado que, a pesar de su edad, ha atraído en gran medida al voto joven, ha resultado en un refrescante debate progresista sobre las grandes transformaciones que la Unión Americana necesita.

Sanders, de 74 años, accede a los podios preguntando si alguien quiere comenzar una revolución. Su lema de campaña, Feel the bern, no solo puso en aprietos a la dinastía política de los Clinton sino que logró ampliar el debate hacia la izquierda con posturas socialistas y democráticas. Su llamado hacia un “futuro en el cual creer” nos recuerda a un Barack Obama encumbrado por la promesa de cambiar las cosas. Ahora aquellos seguidores de Sanders que se sienten defraudados por el pragmatismo de Obama y que perciben a los Clinton como una especie de republicanos light se enfrentan a un voto indeciso.

Rol

Muchos analistas han lanzado explicaciones en todas las direcciones para tratar de elucidar la insólita contienda electoral en EU, pero debemos recordar que estamos hablando de una nación que aún se recupera de una recesión económica que sacudió el mundo. Un país que al no ver una fuerte recuperación financiera voltea la mirada contra la inmigración.

Se trata de un Estado envuelto en conflictos globales durante más de una década, donde el apoyo a una guerra aparentemente interminable y distante está decayendo. Una nación agobiada por la latente amenaza terrorista y desafiada por el resurgimiento de viejos rivales como Rusia y China. Estamos frente a un país que, al igual que muchos otros en el mundo, lucha por una identidad nacional en un momento en que la globalización es inevitable.

A medida que la campaña electoral de las primarias presidenciales se acerca a su fin, una gran cantidad de norteamericanos cuestiona el papel de EU en el mundo.

Hasta el momento de la redacción de este texto Clinton tiene casi 95% de los dos mil 382 delegados que necesita para obtener la nominación. Pero la virtual candidatura de la demócrata no ha podido tomar pleno vuelo porque aún debe librar la batalla por dos frentes: la extrema izquierda y la extrema derecha. No ha logrado unificar el partido de cara a las elecciones generales, en momentos en los que el casi certero candidato republicano Donald Trump ya prepara su artillería.

Sanders sabe que no será el candidato demócrata a la presidencia, por lo que ahora usa su influencia para inclinar a su partido en su dirección lo más posible. La pregunta es si la revolución de Sanders se quedará en el vacío o si logrará incorporarse a un proyecto mucho más amplio encabezado por Clinton para detener a la maquinaria de Trump.