Abatir rezago cognitivo

De acuerdo con Unicef, uno de cada tres niños no tiene acceso a preescolar

Lorena Ríos
Todo menos politica
Estimulación temprana
Foto: Pazargic Liviu

En México uno a cuatro niños pueden presentar retraso cognitivo. Son infantes en los que se observa que no saben contar o muestran incapacidad para reconocer los nombres de las cosas. La causa es que estos niños, cuyas edades van de tres a cuatro años, no han acudido a preescolar o no han tenido oportunidad de un aprendizaje o desarrollo inicial.

El jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), Antonio Rizzoli Córdoba, señaló que un problema latente es que los padres de familia no cuentan con los recursos para mejorar el aprendizaje, de modo que es importante “empoderar a la población para que sea el ambiente el elemento que juegue a favor del desarrollo cognitivo de los niños”.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), uno de cada tres niños no tiene acceso a preescolar y 20% de la población infantil tiene retraso cognitivo, razón por la cual el Hospital Infantil de México recibió el donativo de miles de piezas de una empresa de juguetes y armó paquetes, mismos que serán distribuidos en todo el país.

El especialista dijo que la convocatoria está dirigida a todos los sicólogos del país y que la estrategia Te receto un juego arrancará con la distribución de materiales por conducto del Centro Nacional para la Salud, la Infancia y la Adolescencia (Censia) y a través del programa de inclusión social PROSPERA, al igual que IMSS PROSPERA.

La estrategia cuenta con tres puntos fundamentales: distribuir los materiales didácticos a nivel nacional, otorgar a sicólogos herramientas para llevar a cabo intervenciones dirigidas, y sembrar la idea entre la población en general de la importancia del juego como promotor del neurodesarrollo.

Entre las actividades planteadas se encuentra la identificación de colores y de formas, la construcción de determinados objetos, ejercicios corporales algunos de ellos mezclados con juegos de palabras, entre los que destaca la alteración en el orden de dichos juegos, así como la elaboración de dibujos y el rescate de canciones infantiles.

Todas las actividades están estructuradas para repetirse en casa con los padres de familia, quienes deberán señalar en un formato, previamente elaborado por el HIMFG, el grado de participación de sus hijos.

Rizzoli explicó que la estrategia tuvo como punto inicial la puesta en marcha de un programa piloto, con una serie de actividades lúdicas con efectos positivos en el desarrollo pero que pudieran ser comprobables.

Al presentar los resultados (llevado a cabo en Puebla con 300 niños), el jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo afirmó que luego de una intervención de seis meses con las actividades propuestas se observó que 70% de los niños presentaron una mejoría en su desarrollo, y que los principales problemas se asocian al lenguaje y a la comunicación.