México recibe seis de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo: carey, lora, golfita, caguama, verde y laúd; sólo falta la tortuga kikila, que es endémica de Australia, en Oceanía.
En el país operan 32 campamentos tortugueros donde participan comunidades, instituciones y voluntarios; juntos realizan tareas de conservación, recorridos de protección y vigilancia, monitoreo biológico e investigación de este reptil.
En las playas de anidación que opera la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) se liberan cada año más de 30 millones de crías de tortugas marinas, lo que representa casi 90% del total de crías que se protegen anualmente en México.
Algunas de las playas de mayor importancia son:
Santuario Playa de Rancho Nuevo en Tamaulipas, la más importante del mundo para la anidación de la tortuga lora, especie endémica del Golfo de México.
En Oaxaca, la playa Barra de la Cruz, que este año obtuvo más de 300 anidaciones de tortuga laúd, colocándola en primer lugar en las playas de anidación del Pacífico Oriental.
Santuario Playa de Escobilla, la de mayor importancia mundial por el tamaño de las arribadas de tortuga golfina, seguida por la playa Morro Ayuta.
Además de estas playas opera el Centro Mexicano de la Tortuga, ubicado en Mazunte, Oaxaca; fue creado en 1991 con el propósito de difundir la importancia de las tortugas marinas y las acciones de conservación realizadas en México. Cumple una destacada función para el monitoreo y liberación de ejemplares de las tortugas marinas golfita, prieta y laúd.
Las tortugas marinas no son las únicas en nuestro país, también están las tortugas que habitan sólo en tierra o en cuerpos de agua dulce y para adaptarse a estos hábitat han desarrollado características distintas como lo son las extremidades.
Las tortugas terrestres tienen patas en forma de columnas y dedos muy cortos con uñas; en las de agua dulce los dedos son más alargados y con una membrana entre ellos que les facilita la natación, mientras que las tortugas marinas se caracterizan por contar con aletas en lugar de patas.
A diferencia de las tortugas marinas, que pasan prácticamente todo el tiempo en el mar, las tortugas dulceacuícolas están en tierra en varios momentos durante el día, cuando salen a tomar sol, a descansar o a desovar. Asimismo, las tortugas terrestres pasan toda su vida en la Tierra, sólo se acercan a cuerpos de agua para beber.