¿Adiós a la vaquita marina?

Esta marsopa mexicana está hoy más cerca que nunca de la extinción

Martha Mejía
Todo menos politica
Vaquita Marina
Foto: Omar Vidal

Entre 2014 y 2015 la población de vaquitas marinas en el Golfo de California pasó de 97 a 60, pero se estima que para estas fechas ya solo queden 48 y la especie se encuentre al borde de la extinción pese a los esfuerzos de autoridades ambientales, el gobierno federal y la Marina Armada de México.

Omar Vidal, director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) en México, alertó que así lo demuestra la más reciente estimación del tamaño de su población, que dio a conocer recientemente la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) con base en datos del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva): en diciembre de 2015 solo quedaban 60 de estas marsopas.

“Prácticamente se perdió un año en los esfuerzos por salvar a la vaquita. Las 60 que Cirva estima que sobrevivían en diciembre probablemente se redujeron 20% más debido a que fueron atrapadas y se ahogaron en la pesca descontrolada de la totoaba entre enero y abril de 2016”, advirtió Vidal.

La especie

La vaquita es el único mamífero marino originario de México y el más pequeño de los cetáceos (grupo que incluye a las ballenas, delfines y marsopas).

Es robusta, con las aletas pectorales largas y cóncavas; aleta dorsal alta, triangular y ligeramente curvada hacia atrás. Su cabeza es redondeada y su hocico corto. Su dorso es de color gris oscuro, con zonas laterales gris claro y vientre blanco. Tiene parches negros alrededor de los ojos y los labios.

La hembra es ligeramente más larga: alcanza hasta 1.5 metros mientras que el macho mide 1.4; su peso llega a 55 kilogramos en la hembra adulta.

Esta pequeña marsopa viaja solitaria o en grupos de dos a tres (el promedio es de dos); aunque se han reportado de ocho a diez animales juntos. Al igual que otros cetáceos, la vaquita utiliza la ecolocación (sistema sensorial que consiste en emitir sonidos y recibir las ondas acústicas de rebote utilizando un órgano especial llamado melón que funciona como lente acústica) para reconocer su entorno, buscar alimento e identificar depredadores.

Come una veintena de especies de peces, entre ellas la curvinita, la anchoa y la corvineta; también se alimenta de calamares y camarones, los cuales son abundantes en el Alto Golfo de California.

La vaquita marina se reproduce cada dos años o más. Se aparea entre abril y junio y sus crías nacen entre febrero y abril. Su periodo de gestación es de diez a once meses.

Dan a luz una sola cría y la madurez sexual es de alrededor de seis años.

Peligro

En opinión de Constantino Macías García, director del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, de continuar la tendencia actual de pérdida de flora y fauna no solo se homogenizará el ambiente únicamente con la presencia de ciertas especies, sino que se perderán además los servicios ambientales que nos proporciona la naturaleza: “Todo ello nos llevará a ambientes aún más degradados”.

El experto señala que con la pérdida de servicios ambientales en muchas zonas, entre ellas donde más se necesitan, “en los países pobres, se podría acelerar el ciclo perverso de pobreza-deterioro-desigualdad cuyas consecuencias serían incalculables”.

En los últimos años las autoridades mexicanas aumentaron significativamente los esfuerzos para detener la pesca ilegal de la totoaba. Pero a pesar de ello este pez, que también está en peligro de extinción, se sigue pescando y en las redes totoaberas continúan muriendo más vaquitas.

Para detener la pesquería ilegal de totoaba se debe eliminar la demanda de su vejiga natatoria, conocida localmente como “buche”, principalmente por parte de China.

Estas vejigas son transportadas de contrabando de México a Estados Unidos para ser traficadas a China, donde se consideran un alimento de lujo por el que se pagan miles de dólares.

“Creo que aún es posible salvar a la vaquita, pero claramente esta es nuestra última oportunidad”, sentencia Vidal.

“Los gobiernos de México, Estados Unidos y China deben tomar medidas urgentes y coordinadas para detener la pesca ilegal, el tráfico y el consumo de productos de totoaba. Al final, si la vaquita se extingue será de forma inevitable una responsabilidad compartida entre los tres países”, alerta.

Indica que si bien las medidas del gobierno mexicano no son malas, también es necesario contar con el apoyo de Estados Unidos y China, que tienen su dosis de responsabilidad: los primeros al permitir el tráfico de totoabas por su territorio sin hacer gran cosa por impedirlo y los segundos por dejar que la demanda de este pez siga aumentando en ese país.

Ante el oscuro panorama, Vidal pide al gobierno mexicano que prohíba prácticamente toda la pesca comercial en esa zona del Golfo de California. La Marina y las autoridades medioambientales mexicanas patrullan ahora la región, pero algunos pesqueros legales podrían estar colocando redes clandestinas para capturar totoabas.

De hecho, en abril de 2015 las autoridades mexicanas anunciaron un plan de 70 millones de dólares para prohibir el empleo de redes de enmalle de fondo en el Mar de Cortés. El plan prometía compensaciones a los pescadores por no utilizar estas redes y les ofrecía otras más seguras.

Sin embargo, el plan no ha sido efectivo por motivos que van desde el económico —una vejiga de totoaba se puede vender por cinco mil dólares en Estados Unidos y el doble en Asia— hasta la ineficacia del programa de compensaciones. Algunos señalan que podría haber grupos criminales implicados en el comercio ilegal.

El WWF también propone por ello la vigilancia en el hábitat de la marina sea prioridad de la recién creada Gendarmería Ambiental. “En tiempos modernos los humanos hemos llevado a la extinción a cuatro especies de mamíferos marinos: la vaca marina de Steller en 1768, la foca monje del Caribe en 1952, el lobo marino de Japón en 1970 y el delfín chino de río en 2006. Estamos a punto de perder la quinta”, concluye el director general de WWF México.

ABC para salvar a la vaquita marina

1. Los gobiernos de México, Estados Unidos y China deben tomar medidas urgentes y coordinadas para detener la pesca, tráfico y consumo de productos de la totoaba.

2. Las autoridades mexicanas deben cerrar inmediata e indefinidamente todas las pesquerías en el hábitat de la vaquita, e instrumentar una vigilancia estricta y permanente a lo largo del año para garantizar que ninguna vaquita más muera en actividades pesqueras. Los pescadores afectados deberán ser compensados económicamente.

3. Hacer de la vigilancia en el hábitat de la vaquita la prioridad de la recién creada Gendarmería Ambiental.

4. Una vez que se demuestre que la vaquita está en camino a la recuperación y que se usan ampliamente las artes de pesca que no las atrapan, se deberán abrir las pesquerías que no afectan a esta marsopa y así asegurar que los pescadores y sus familias tengan un modo de vida más sustentable.